Si hace tres años me hubieras dado la espalda por aquel ser habría llorado y me habría sentido traicionada.
Sí hace dos años me hubieras recordado tu lado posiblemente me habría sentido miserable y sola.
Sí hace seis meses me hubieras reiterado tu favoritismo me habría sentido incapaz de respirar.
Pero ahora que me lo recordaste se me hace irónico, casi infantil, casi hipócrita.
Tal vez no deberías recordarme tu elección, tal vez deberías recordártela a ti, tal vez deberías recordar tus descuidos, tal vez deberías recordar tu responsabilidad en lugar de reprocharme tus elecciones, tal vez deberías de tener noción de las consecuencias.