Anoche soñé contigo; soñé que perdías el miedo.
Soñé que las miradas furtivas se convertían en contacto visual.
Soñé que por fin mis dedos rozaban los tuyos.
Soñé que no nos perseguimos.
Soñé que te tomaba de la mano y que tu reclamabas mi cintura como tuya.
Y justo cuando soñé que nuestros labios se rozaban…desperté.
¿Qué esperas para perder el miedo mientras despiertos estamos?
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