Si un día ya no me encuentras aquí, no me busques:
me habré ido, tenlo por seguro.
Partiré hacia donde las montañas murmuran sus secretos más antiguos
y los ríos brotan como suspiros de luz.
Caminaré descalza, dejando atrás toda liturgia vacía,
sin equipaje de memorias, pero con el corazón aún sangrante.
Me envolveré en la oscuridad para que mis manos aprendan a guiarme
y renunciaré a mi nombre para recordar quién soy.
Me alejaré más allá del mapa y del olvido;
no me sigas.
Portaré las costillas astilladas,
para que el viento las cure a su ritmo lento y paciente.
Renunciaré a todo lo que de mí se decía —poco o nada—
y escucharás, en mi ausencia,
susurros de leyenda:
la historia de una bruja que calló para siempre,
que reza en el cauce de los ríos y llora al declinar el sol,
que ríe con la ráfaga del crepúsculo y conversa con las bestias del bosque,
que se volvió mística errante sin hallar ya razón en este plano.
Me iré tan lejos que ni yo misma recordaré mi huella,
y el mundo, despistado, la olvidará también.
Me volveré inmortal en el eco de los murmullos humanos,
pero solo Dios sabrá lo que ocurrió después.
Nota del autor:¡ Gracias por leer! No olvides seguirme en mi Instagram: agostine_soleil