Me desperté esta mañana con unas ganas tremendas de pintar, y lo iba a hacer pero recordé que llegaba tarde a mi trabajo.
De camino a mi trabajo quise leer mi libro, y lo iba a hacer pero anoche no dormí bien así que opté por descansar un poco de camino.
De pronto en la tarde sentí unas ganas por escribir un poema, y lo iba a hacer pero tenía que entregar un reporte.
En el almuerzo quise aprovechar el tiempo para hacer todo eso que no había podido hacer, y lo iba a hacer pero no me daría tiempo de comer entonces.
De regreso a mi casa quise retomar mi lectura, y lo iba a hacer pero había tanta gente en el metro que al igual que yo iba a su casa y no pude ni sacar mi libro.
Cuando a llegué a mi casa volvieron mis ganas por pintar, y lo iba a hacer pero hacer dos horas a mi casa me quita tiempo y ahora ya solo podía hacer mi cena.
Quería hacer tantas cosas pero no pude, mi inspiración llegó en los momentos más inoportunos y es tan difícil, uno trabaja para vivir pero luego ya no tiempos tiempo para eso, uno tiene que cuidarse para trabajar y luego te olvidas de ser humanos y vivir. Había pasado tanto tiempo desde que fui humana que ya no recordaba que la inspiración y las ganas de vivir surgen como si de una estrella fugaz se tratase.