Mire al cielo y siempre lo vi con añoranza.
Lo vi con deseo de volver a casa.
Lo vi sabiendo que no pertenecía aquí.
Lo vi como una niña cuando aprendí a leer las estrellas.
Mire al cielo y vi las constelaciones.
Leí las constelaciones y en ellas encontré mi destino.
Leí mi pasado, presente y futuro.
Lo vi tan borroso que quise rasgar a la bóveda celeste y reescribir todo nuevamente.
Leí las estrellas y pregunté a Dios por ayuda pero siempre ha sido un misterio su juicio.
Trate de saltar a donde pensé que pertenecía pero caí en el tan mundano asfalto y cuando miré arriba entendí que no sería tan fácil.
Todas las estrellas habían sido para mí pero habría de aprender a adueñarme las.
Yo pertenecía allá pero habría de encontrar el camino prometido.
Yo habría de encontrar mi destino aquí para ser libre allá.