Aviso: Este poema habla de pensamientos suicidas. Si tú o alguien que conoces está en riesgo o necesita hablar ahora, pide ayuda: en México llama o marca 800 822 3737 (Línea de la Vida) o contacta SAPTEL: (55) 5259-8121. También hay líneas internacionales y servicios 24/7, como la línea 988 en EE. UU. y centros locales listados por Befrienders. No estás sola/o. Busca ayuda.
Me da pena, porque ni siquiera puedo decir lo que quiero decir.
A veces pienso en arrancar las flores de mi jardín.
No hay motivo que explique el impulso; aun así, ese pensamiento llegó y se quedó.
No es odio: es un cansancio que convierte lo bello en peso.
Pienso que quizá no cambiaría nada; la ausencia podría confundirse con calma.
Me da miedo pronunciarlo; temo que la palabra lo haga cierto.
Temo también que, al hablar, la gente no respalde, y todo empeore.
No quiero abonos.
No quiero otra tierra.
No quiero más sol.
No quiero más lluvia.
Solo quiero arrancarlas ahora.
Y sin embargo —y esto es lo que no siempre digo— a veces me sorprendo cuidando una hoja, observando cómo vuelve a asomar otra primavera.
No sé si arrancaré las flores o si acabaré cultivando otra vez; por ahora, solo nombro el deseo y lo sostengo sin resolver.