Guardemos el secreto

Dos

Siento la adrenalina recorriendo mí cuerpo, lo que me mantiene alerta, mientras me doy cachetadas mentales por dejar que Taína me arrastrara hasta aqui. Ella a diferencia de mí se mantiene relajada y tranquila, como si esto fuera parte de su rutina.

Echo una mirada rápida a la puerta principal de la oficina para asegurarme que nadie viene.

Suspiro de alivio a notar que aún no éramos descubiertas. Retomo mí labor con desespero, debido a las ansias que aumentan con el pasar del tiempo.

-Lo encontré!!-exclama la chica mostrando una carpeta roja, que coloca encima del escritorio.
-Bien, léelo y vamos- pido. Ella niega con la cabeza y saca su teléfono de su bolsillo trasero de su pantalón.

Ella desbloquea la pantalla y comienza a sacar foto al contenido del archivo. Mientras yo vigilo que nadie se acerque.

A lo lejos el director se asoma a pasos tranquilos pero imponente demostrando autoridad.

Exaperada le indico a mí compañera que debemos salir de aquí.Con calma y delicadeza ella guardo todo y dejo el archivo en su lugar, luego me toma la mano guiándonos a la salida.

-Director, lo estábamos buscando, con mi amiga ideamos un club de aprendizaje y nos gustaría saber su opinión acerca de esto- intento justificar

- ¿Así? -Cuestiona él y yo asiento - La señorita Hansen no parece estar de acuerdo-le doy un leve golpe en las costilla a la rubia, quien no tarda en sonreír

-De hecho director la idea del proyecto es mía... Si gusta podemos pasar otro día, porque estamos llegando tarde a clases- dice la rubia avanzando unos pasos

-Alto ahí señorita Hansen. Honestamente me parece satisfactoria la idea que han tenido, sin embargo los tres sabemos que es una mentira para salirse con la suya

- Nosotras hemos cambiados- comento tranquilamente- Usted mismo me felicitó la semana pasada por no haberme metido en problemas durante meses

- Lo sé señorita, y estoy sorprendido por ello, sin embargo no puedo por pasar alto el hecho de que las ví salir de mi despacho.

- En eso se equivoca. Nosotras hemos estado aquí todo el tiempo- declara mi amiga

-Les creo jovencita, pero para estar seguro prefiero verificar las cámaras- Asiento sin dudar

El director entra a su oficina seguido por nosotras. guarde silencio para intentar mantener la calma planeando alguna táctica de negocio para que el castigo fuera leve. Ya que no es la primera vez que lo hacemos y no será fácil librarnos de esta. El hombre toma asiento en silla giratoria y nos invita a a que también lo hiciéramos. El silencio reina en aquella habitación marrón y aburrida, repleta de diplomas que adornaban las paredes libres de muebles.

Los minutos de silencio parecen ser horas interminables marcadas por reloj que marcar los minutos para nuestra sentencia.

El sonido de la puerta abriéndose interrumpe aquel sepulcral silencio. La profesora de francés entra a la habitación. Se puede percibir su enojo a simple vista, detrás de ella venía el autor de tal acto, a pasos tranquilos y despreocupados.

-Disculpe señor director, pero vengo a reportar al joven Maxwell, por estar fumando en el sótano de la escuela-explico la mujer firme mostrando el pequeño objeto.

El hombre juzgo al chico con la mirada -Está bien Lilian. Yo me encargare tu vuelve a dar clase, en cuanto usted señor maxwell debe permanecer aquí.

Daren bufó como respuesta -Bien- Su rostro inexpresivo decía todo

(...)

El castigo resultó ser peor de lo imaginado. Debíamos limpiar todo el maldito colegio, comenzando por los salones los cuales eran un completo desastre, papeles y envoltorio de todo tipo de comida, repartidos por todo el suelo, asientos mal ubicados.

Todos nos dividimos el trabajo para que todo fuese más fácil. Yo trapeo el piso; Daren limpia y acomoda los asientos así como también lava las ventanas; Taína por su parte se encarga de encerar el piso mojado

- ¡¡Esto es repugnante!!- comentó Taína asqueada-no puedo creer que este limpiado el colegio un viernes

-Ya Barbie ninfómana, no es para tanto -solto el chico limpiando la ventana

-Tu,m cierra la boca Drogadicto inadaptado- atacó la rubia. El chico rueda los ojos con fastidio- Ya vuelvo, necesito fumar - ella se baja de la máquina, para camina hasta la puerta y así emprender su camino al baño.

-Daren - llamo. El chico claramente me ignora. Lo volví a llamar un par de veces más, pero el seguía ignorandome.-¡¡Daren!!- grito está vez. El por fin me presta atención cruzando su azulada mirada en mí atraves del vidrio.

- ¿Qué buscas, Gianna? - cuestionó con los ojos clavados en mi

Solté el trapeador y me acerque a el -Respuestas-Respondí aún más cerca- ¿Quién eres y porque me has salvado?. -

El se voltea y recuesta su espalda en la ventana.quedando ambos cara a cara. trae una media sonrisa en el rostro —Podría decirse que me has dado lástima— Responde en un tono seco. 
Hice una mueca ante su respuesta fria- ¿Te crees superior al resto no es así? - Avanzo unos pasos.

El  se encoge de hombros restándole importancia-Deberías obedecer la advertencia que te han dado.

-Es una pena... odio obedecer- avance hasta quedar a su lado.
-No deberías jugar con fuego, suicida

- ¿Es una advertencia? interrogo acortando la distancia entre nosotros

-Tómalo como quieras -contesta el indiferente- solo asegúrate de no salir herida. - el disminuye aún más la distancia.

-No tengo miedo. Solo eres un maldito ególatra - alego cruzando los brazos.

Él me sostiene por los hombros impidiendo cualquier movimiento, entoces soy consciente de su altura, de su cercanía, del calor que emana su cuerpo.

Me observa por un instante con una mirada extraña que logra estremecerme y causa un temblor temeroso, pero agitado. Su rostro posicionado tan cerca, nuestras respiraciones mezcladas con facilidad y nuestros labios separados por un centímetro de distancia. Estámos tan cerca que por un instante creo en la remota posiblidad de besarnos.



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En el texto hay: misterio amor

Editado: 06.03.2022

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