Guardemos el secreto

Cuatro

La noche que nos abraza es fría y solitaria, la ciudad está silenciosa a causa del horario nocturno en cual estamos transitando. Nuestra única compañía es la luna llena y un silencio incomodo, que ninguno de los dos se atreve a romper. Desde que hemos salido del colegio yo me limito a caminar y a dar intrusiones acerca de que camino debemos tomar para llegar más rápido a mi hogar.

Daren tampoco se esfuerza en hablar, es más ni siquiera me dirige la mirada. Cosa que yo agradezco, ya que no tengo ganas de soportarlo. Obligarme a guardar su secreto bajo amenazas me molestó bastante, sin embargo, la gota que derramó el vaso fue el hecho de imponerme ser su novia sin importar lo que yo pensara, no voy a negarlo sentí la necesidad de explotar, eso complicaría las cosas aún más.

Llegamos a mi casa, iluminada por una pequeña luz sobre la puerta principal. busco las llaves en mi mochila con mucho conflicto, por la falta de luz. Daren solo permaneció en el mismo lugar sin inmutarse para ayudarme. Cuando las encuentro, intento abrir manera sigilosa para evitar molestar a mi hermano. No obstante, antes de que pudiera siquiera poner un pie dentro de la casa el pelinegro habla por primera vez desde que salimos del colegio.

—mañana pasare por ti, para ir al instituto—informa el dedicándome una mirada seria, yo asiento y volteo para entrar, el vuelve a gesticular—estaré aquí a la siete

—está bien, Daren te esperare

Entro a mi residencia silenciosamente y me quito los zapatos antes de avanzar a mi habitación. Tras entrar a mi cuarto lo primero que hago es lanzarme a la cama a llorar. De alguna manera me siento frustrada y traicionada conmigo misma, por ser una maldita cobarde que, aunque desea morir le teme a la muerte. Tal vez si hubiera tomado la decisión de no ayudar a Daren en este momento yo estaría muerta, en el fondo del rio y no aquí derramando lágrimas, sintiéndome culpable de un homicidio que no cometí o de ser cómplice de un asesino.

El resto de la noche trascurre de manera lenta y tortuosa, a causa de la ansiedad y la tristeza que se encargan de quitarme hasta el mas mínimo rastro de sueño

[...]

Me encuentro desayunando mi exquisito café amargo, sentada en el comedor, mirando desde la ventana frente a mi asiento. Ese amanecer, que tanto me recordaba a ella, con su sonrisa cálida, mientras preparaba mi desayuno, escuchando alguna canción de back Street Boys a todo volumen. Suspiro al recordar todo eso buenos momentos, los cuales son interrumpidos por la entrada de mi hermano

—Buenos días, princesa —saluda avanzando hasta el desayunador para servirse un poco de café —Esto...

—Sabes que odio lo dulce — lo interrumpo antes de que pudiera continuar — solo añádele azúcar

—¿Esperas a alguien? —cuestiona el viendo a través de la ventana. Yo niego con la cabeza—¿y entonces porque un bugatti negro se acaba de estacionar frente a nuestra casa. —dejó de mirar la ventana para clavar los ojos en mi

—No tengo la más remota idea. —digo poniéndome de pie — Si deseas voy a investigar.

—Iré yo, tu sigue desayunando que se te hace tarde para el colegio— responde antes de salir a recibir al visitante.

Ante la curiosidad tentadora me acerco a la ventana. En la entrada esta Daren, vestido con una playera verde oscuro y unos jeans rotos. Trae el pelo revuelto, lo que le añade un toque sexy. Preocupada por la seguridad de mi hermano. tomo de un sobo toda mi bebida para luego recoger mi mochila y salir a toda prisa al jardín delantero, donde lo primero que veo es la sonrisa sádica del pelinegro, que informa su victoria

—Ya estoy lista, vamos — interrumpí su conversación—

—Ya estaba por ir a buscarte, nini— declara mi hermano—Tu amigo es agradable.

—Lo se...podrán conversar mejor otro día —comento abriendo la puerta para salir —Ahora estamos llegando super tarde

—Estas hermosa — me halaga el pelinegro con amabilidad.

—Gracias —intento usar mi tono amable— nos vemos, Jack— le digo a mi hermano caminando hacia el auto de Daren

—Cuídate—suelta él.

Daren solo se limita a caminar hasta su auto, abriendo el lado del copiloto, luego extiende su mano tomando mi mochila, la cual colgaba de mi hombro izquierdo. Con una ligera seña me indica que subiera al auto, yo obedezco sin rechistar. El cierra la puerta para después rodear el auto, subir en el asiento conductor y pasar mi mochila en el asiento de atrás. Enciende el motor. Es entonces que yo decido hablar.

—¿Estás loco? ¿Como demonios se te ocurre aparecer así y hablar con mi hermano? — pregunto furiosa.

—Tranquila, suicida. no he dicho nada— suelta él, viendo el camino.

—No sé lo que planeas Maxwell, te aseguro que si le haces algo a mi familia. Haré tu vida un infierno— lo amenazo señalándolo con mi dedo índice.

—No me digas— su tono burlón me enfada aún más—Cariño, soy el hijo del diablo. Vivo en un infierno desde que nací.

—¿y eso me tiene que dar lastima? —inquiero en tono frio— Según tengo entendido muchos en este pueblo matarían por tener tu apellido.

—Pero no cualquiera está dispuesto a pagar el precio— dice para mirarme un segundo

—¿Ser asesino? —indago con curiosidad

El no responde, en cambio enciende la radio y sube el volumen. Wake me when september eds. de Green Day comienza a sonar a través de los parlantes. Yo me dedico ver por la ventana, mientras tarareo la canción, debido a que mi pronunciación en inglés es malísima y quiero evitar ridiculizarme ante el pelinegro.

No sé si es la canción o la nostalgia, pero mi mente comienza a recordar momentos, y como consecuencia mis ojos sueltan unas cuantas lágrimas. Por suerte Daren no se da cuenta de esto, cosa que agradezco, porque no puedo demostrar debilidad ante el

Minutos mas tardes llegamos al colegio y puedo asegurar, que tras salir del auto de uno de los chicos más inalcanzables, no solo del colegio, sino del pueblo entero me hace destacar del resto. Tanto así que ahora soy el centro de todas las miradas, lo cual me pone muy incómoda, ya que jamás suelo distinguir entre los demás. Para que yo destacase siempre debe haber un mérito, ya sea ganando un concurso de matemática o bien por participar en clases, jamás por mi belleza o popularidad.



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En el texto hay: misterio amor

Editado: 06.03.2022

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