A pesar de haber pasado tan sólo unos pocos minutos después de las audiciones sentía que habían transcurrido largas horas, todo lo que me sucedía se sentía ajeno a mí y no era capaz de despertar mis sentidos hacia la realidad.
Compartí con Nathan todo lo ocurrido durante la audición y de mi participación decidida en El ruiseñor y la rosa; a pesar de ello y de la motivación por parte de mi amigo no sentí desasosiego por conocer lo que sucedería después.
—Rosalie, ¿recuerdas que mencioné que tenía algo que decirte durante clases? —emitió una pausa, dubitativamente o tal vez buscando las palabras correctas para continuar—. Necesito que nos volvamos a reunir, tengo algunas pistas e información que podría servirnos, además de que tu ayuda me es indispensable.
—De acuerdo. —Inferí por sus palabras que se trataba de un asunto de suma importancia del que no podríamos debatir en frente de la multitud, por lo que acepté instantáneamente.
Decidimos encontrarnos cerca de los linderos que daban al bosque; al parecer el territorio en el que se encontraba mi casa era el lugar más seguro para reunirnos y ejecutar parte del plan que Nathan tenía en mente.
Los sonidos en conjunto de las sensaciones transmitidas por el viento, creaban una indudable armonía llena de calma e ímpetu, algo de lo que nunca que había percatado hasta este momento, al igual que con otros incidentes con los que logré ver cuánto había cambiado lo que antes era mi normalidad.
—Rosalie, antes que nada necesito revelarte algo. Desde hace un corto periodo de tiempo, decidí dedicarme a resolver pequeños conflictos a los cuales no se pueden enfrentar personas normales e involucrarme en determinadas búsquedas, a pesar de que algunos sigan pesando que lo que hago es peligroso. —Reflexionó por un minuto encontrando la forma de continuar su explicación—. Durante mis investigaciones, formulé una hipótesis con respecto a la naturaleza de tu energía, y por otro lado he descubierto algunas pistas que nos llevarían a resolver lo sucedido en el bosque en nuestro primer encuentro y muy posiblemente al origen de la barrera.
—Así que has hecho esto solo todo este tiempo —cuestioné con asombro no sin dejar de ser respetuosa.
—No quiere decir que realmente me interponga al peligro ni situaciones serias; además no lo hago solo, he conocido muchos amigos a través de eso —meditó por un instante, revolviendo un poco su cabello con la mano hasta llegar a su nuca—. De cualquier manera, mi padre no me dejaría sin protección, a pesar de ser su mejor alumno.
—¿Su alumno? —inquirí con cierto desconcierto.
—Sí, te lo explicaré —emitió una pausa, sopesando sus palabras por un momento—. En este mundo es extremadamente raro encontrarte con un híbrido natural o un dividido puro, como en el caso de mi padre y yo. Un dividido puro nace de la unión de un hada y un humano, aunque… esa no es la única forma en la que puede existir un dividido, ¿recuerdas lo que mencioné sobre los tratados de paz?
—Sí, algo así, permiten que no haya conflictos entre hadas y humanos, eso recuerdo.
—Y es precisamente que por ello fueron creados, pero eso no quiere decir que no han surgido conflictos, han existido y el más grande hasta la fecha se ha conocido como «La guerra silenciosa».
—¿Una guerra? —inquirí con la misma inquietud que sentí cuando descubrí por primera vez algo relacionado a las hadas.
—La guerra silenciosa más que de un conflicto, surgió de un atentado contra las hadas por parte de los humanos; eso sucedió hace aproximadamente un siglo. —Se detuvo antes de reparar cómo continuar la explicación—. En un principio, varios años atrás, las hadas tenían libre acceso a la Tierra al igual que eran capaces de interactuar con los humanos, y era visto como algo normal comparado a la actualidad; hasta que se decidió que era mejor guardar en secreto la existencia de las hadas. Con los avances científicos de la época, se crearon experimentos y en contraposición a lo que cualquiera creería, tuvieron éxito, lo que dio como resultado la mezcla de sangre; los sobrevivientes son considerados híbridos impuros, y a través de estos años se han multiplicado, generando una gran descendencia —Hizo una pausa, reparando su mirada en mí al observar mi rostro confuso y atento, para finalmente continuar—. Lo que quiero dar a entender es que mi padre lidera una academia para aquellas hadas perdidas, es por eso que llegado a una conclusión que me lleva a ti.
—¿A mí? —respondí con sorpresa, abriendo por completo mis ojos.
—Sí, la única posibilidad que me ha pasado por la mente es que tu naturaleza sea resultado de los experimentos humanos causados durante la guerra silenciosa, y es probable que alguno de tus padres tenga sangre híbrida sin siquiera tener conocimiento, eso resolvería varías incógnitas.