230 a.C Ochagavía, Hispania (Actual España).
Hace millones de años cuando la tierra aún era joven y la humanidad apenas estaba en sus inicios, una chica de nombre Ella, observaba el firmamento lleno de puntos blancos que iluminaban el cielo con su luz; tan brillantes que con una de ellas bastaría para iluminar todo el lugar. Al estar ahí recordó lo que su madre solía decirle de las estrellas, y era que las personas al morir se convertían en estrellas, si eran buenas brillarán tan fuerte como un sirio y siempre estarían acompañando a sus seres queridos y guiando su pasos, pero si eran malas la luz sería más opaca. Estaba tan ensimismada que no noto que alguien la observaba a los lejos.
_ Son muy bonitas ¿no?
Ella se sorprende al escuchar la voz, al girar nota a un joven a unos metros de ella, quien le sonríe cuando nota su escepticismo.
_Lo siento, es que iba a mi casa y te vi mirando las estrellas muy concentrada y pensé en saludar _ la joven aún recelosa sigue en silencio estudiándolo, hasta que al final decide hablar.
_ Eres nuevo en el pueblo, ¿cierto?
_Si, Hola, mi nombre es Ying Zheng
_ ¿Eres de origen Catay?.
_ correcto
_¿Cómo es que llegaste aquí?, digo estás muy lejos de casa.
El joven más allá de ofenderse sonríe y le responde:
_ Escape aquí por la guerra en mi lugar de nacimiento, ¿y tu? vives aquí.
_ Este ha sido mi hogar desde siempre, por cierto mi nombre es Ella.
Tras esa breve charla ambos se quedaron contemplando las estrellas en silencio hasta que Ella se despidió.
Ying Zheng quedó deslumbrado con la belleza de la joven, estaba seguro que nunca en su vida había visto una criatura tan hermosa como ella; si noto su desconfianza pero sabía que pronto lograría tenerla con él.
Tras constantes encuentros en el puente de piedra en el cual ambos jóvenes se habían conocido, comenzó a surgir una amistad que pronto pasaría a algo más.
Ella lo amaba tanto que ese amor la cegó, tanto así que le contó sus más profundos secretos. Lo cual fue un grave error, porque en los siguientes meses Ying mostró su verdadera cara e intentó matarla solo para obtener el poder que él deseaba y ella tenía.
Con el dolor de la traición, Ella se va y se establece en otro bosque junto a los suyos, mientras que Ying organiza un grupo para cazar y exterminarla a Ella y su pueblo.
Al no poder atraparlas, regresa a su nación y se convierte en el primer emperador de China,conquistó los diversos reinos, unificó sus escrituras y sus leyes y construyó la Gran Muralla.
A pesar de todo esto él quería más, quería el poder absoluto,por lo que años después muere mientras se encontraba haciendo un viaje por la China oriental, en busca de las legendarias islas de los inmortales y el secreto de la vida eterna.
Ella por otro lado, no volvió a encontrar el amor por lo que muere sola y triste un par de siglos después, sabiendo que “no hay hombre que, revestido de un poder absoluto para disponer de todos los asuntos humanos, no sea víctima de la soberbia y la injusticia” y eso se encargaría la historia de reafirmarlo.