_Vaya si que eres fuerte, segura que no quieres que te ayude con las fundas _ me dice Leo sorprendido.
_No estoy bien, gracias.
_Ok pues andando, si agilizamos más llegaremos para la hora de la comida.
Luego de unos minutos en silencio Leonardo vuelve a hablar y me hace una pregunta que me deja pensativa.
_ Oye Madi, te puedo hacer una pregunta _ me dice él con un poco de duda a lo que yo asiento.
_ ¿Por qué no habías vuelto aquí desde la última vez que viniste?
_ Nunca había pensado en eso, la verdad es que no lo sé, siempre me gustó venir aquí porque este lugar era como mágico, la naturaleza me hacía sentir en paz, pero un día me fui y ya no volví.
_ Dicen que uno siempre vuelve donde fue feliz _ tras ese comentario río un poco.
_¿Cómo conocieron a mi abuela?
_ Pues, mi padre me tuvo muy joven y estaba solo, nuestra situación económica no era la mejor por lo que se ganaba la vida en distintos trabajos en el pueblo. Un día perdimos nuestra casa, yo tenía como unos 6 años, ese día recuerdo que tuve un accidente y estaba muy mal, cuando recupere la conciencia estaba en casa de tus abuelos, según me contó mi papá tu abuelo iba pasando por allí nos llevó a su casa y me salvó la vida, después de eso tu abuelo le ofreció trabajo, un techo donde dormir y comida solo a cambio de su lealtad. Supongo que eso fue después de la última vez que viniste porque nunca te vi aquí.
_ Wow _ es lo único que puedo decir por la sorpresa.
_ No se si lo notaste pero en esta conversación has dicho más de dos palabras, debo de considerarlo un logro _ me dice después de un rato en silencio mientras sonríe.
El resto del camino él se la pasó hablándome de algunas plantas y cosas que se hacen aquí en un día normal.
Al llegar ya era mediodía así que comí junto a la señora Mila y Leo, mi abuela al parecer no había llegado ni el señor Thomás. Cuando terminé de comer iba a repetir la acción de ayer, sin embargo la señora Mila no me lo permitió otra vez, sin ánimos de replicar me voy a mi habitación y duermo un poco.
Luego de unas 3 horas me despierto por el sonido de un carro, me levanto con pesadez hacia la ventana y observo que es mi abuela que llegó junto al señor Thomás. Cuando bajo y llego hasta ella, me abraza y me pregunta qué tal ha ido mi día y que me pareció el pueblo a lo que yo le respondo con un simple, bien.
Después junto a la señora Mila y mi abuela nos sentamos a ver su novela la cual se llama Elif, con solo escuchar el nombre se me quita el deseo de verla, todo sea por pasar tiempo con mi abuela.
Ya en la noche, entre sueños escuché una voz que me susurraba cosas pero no podía entenderlas con claridad y después se le unieron otras más haciendo imposible entender algo, siendo yo muy curiosa me levanté a ver si eran imaginaciones mías o realmente alguien estaba ahí, pero no había nada. Al final no le di importancia a este hecho pues aún sigo adormilada; cuando me iba a acostar nuevamente, vislumbre a través de la ventana pequeñas luces que se movían en la penumbra del bosque, me sorprendí un poco porque nunca había visto algo así, supuse que serían algunas luciérnagas extrañas, así que me dormí otra vez.
A la mañana siguiente me desperté temprano para ayudar con el desayuno, pero me encontré con mi abuela que ya estaba sentada en la mesa comiendo.
_Buenos días Madi.
_Buenos días Abuela.
_Siéntate que se enfría, no quise despertarte.
_Ok
_Madi aunque no te lo dije ayer, lamento haber estado ausente toda la mañana y parte de la tarde, es que como te dije tenía que resolver unos pendientes y el tiempo se me pasó volando, pero hoy te compensaré el tiempo perdido.
_Abuela no te preocupes yo entiendo, además ya estoy acostumbrada a esto.
_No quiero que vuelvas a pensar en esas cosas, hoy pasaremos todo el día juntas. Por cierto si no te gusta algo se libre de decírmelo, soy consciente de que a muchos no les gusta mi novela y más que me ponga a explicar cosas, a medida que la veo _ dice haciéndome sacar una sonrisa por su perspicacia.
Así como dijo mi abuela pasamos todo el día juntas haciendo un sin número de cosas. Cuando terminamos de desayunar fuimos a su jardín donde regamos las flores, cortamos hojas secas y les echamos abonos, después fuimos a sus invernadero (del cual desconocía su existencia) ahí cosechamos algunas frutas y verduras, luego fuimos con la señora Mila a ayudarla a cocinar pero nos encontramos con casi todo listo así que nosotras nos encargamos de poner la mesa y en la tarde la pasamos viendo películas y comiendo palomitas con refresco.
Hoy conocí una faceta de la abuela que no conocía y me gustó mucho, ya que pude pasar más tiempo con ella y me divertí al igual que aprendí muchas cosas que si no fuera por ella no hubiera experimentado.
A la mañana siguiente la abuela desapareció, esta vez dejó una nota disculpándose y diciendo que llegaría antes del almuerzo. Esta situación me extraña un poco y a la vez me preocupa, no soy muy cercana a la abuela por lo que no sabría si esto es algo común o si realmente está pasando algo malo.
Decidí por ahora tomar las cosas con calma y ver la famosa biblioteca de la que me habló Leo, a quien por cierto no he visto desde que fuimos al pueblo.