Narra Madison
Ya ha pasado un mes y hace 2 semanas comence con mi entrenamiento físico y otra vez no es lo que pensaba, pensé que me enseñarian a pelear de verdad, pero lo único que he hecho es mucho ejercicio y quejarme porque es demasiado esfuerzo físico para mí ya que no soy para nada atlética, admiro mucho la paciencia de Leo cualquiera en su lugar hubiera tirado la toalla; por otro lado mi abuela ha avanzado mucho con las dos posibles vacunas ,ella dice que en unos dos meses iniciará a experimentar con una de ellas.Las cosas en general han estado tranquilas lo que preocupa a la abuela ya que tanta calma no es buena.
Estos días también he ido más al pueblo y conocido algunas amistades de la abuela, durante esas salidas he tenido nuevamente la sensación de ser vigilada, ya no se identificar si realmente es así o solo son cosas mías, no he dicho a nadie porque todos están metidos en sus asuntos y no creo que sea buena idea preocupar a todos sin tener una certeza de algo, por mi parte procuro siempre salir acompaña para evitar problemas; otra situación un tanto estresante es Leo, otra vez anda misterioso y a veces lo he visto con una chica, que después identifique como la ‘’misteriosa pelirroja’’, esa misma que estaba con la abuela en el bosque, esa situación me produce malestar y no se porque, nunca me habia pasado algo asi….
Por estar metida en mis pensamientos no me doy cuenta de la rama que está en el suelo y me caigo muy estrepitosamente; de inmediato Leo se acerca a mi a asegurarse que no me he roto nada.
_ Estoy bien, solo tropecé con una rama, por estar distraída..
_Madison ya hablamos de esto no puedes distraerte.
_Ya lo sé y lo siento si, pero cuando empezaremos a entrenar de verdad_ Leo suspira como por quinta vez y me contesta:
_ Bien; tu ganas iniciaremos tu entrenamiento ‘’de verdad’’_ hace comillas con los dedos_ iniciaremos mañana, si te quejas o te lastimas por no haber aprendido bien lo de las últimas semanas, comenzaremos desde el inicio.
Lo pienso un poco y me parece justo, asiento y seguimos corriendo hasta el límite que la abuela trazó para nosotros.
La verdad ya estaba comenzando a acostumbrarme a esta rutina pero como él dice hay mucho que aprender y poco tiempo y siento que esta vez sí lo estamos perdiendo. Me siento lista para el reto; nuestra rutina consiste en levantarnos a las 5:00 de la mañana, corremos un par de horas hasta llegar a un punto en específico y de ahí nos devolvemos, esto era para ejercitar mi vista durante la noche y mejorar mi resistencia. Siendo sincera esto fue lo que menos me gustó, primero porque no me gusta madrugar y segundo porque no soy de hacer ejercicio y más de noche, los primeros días sufrí mucho y me golpee en igual medida; después descansamos por una hora y desayunamos.
En lo que restaba de la mañana lo pasaba con la abuela o leía un libro, ya en la tarde cuando Leo terminaba de trabajar seguiamos entrenando mis habilidades físicas; probaba mi fuerza levantando cosas pesadas, me paraba en un pie sobre una gran piedra para practicar el equilibrio, esquivaba piedras para probar mi velocidad, agilidad y reflejos, para ejercitar el oído hacia lo mismo pero con los ojos vendados. Estos son unos pocos de los entrenamientos que realizamos hasta ahora.