Narrador omnisciente
Cada vez más se asoma el ocaso entre las colinas de la región de Ardenas, mostrando así el paso del día a la noche . Era una tarde de verano con un clima agradable para salir a pasear y disfrutar de las maravillas que ofrece el pueblo de Colline Noire, las personas ya comenzaban a encender las lámparas de sus casas y las calles se comenzaban a ver más abarrotadas de familias y parejas que buscan despejar su mente y contemplar el espectáculo que se abría paso en las noches de bélgica. Entre todas las personas de la calle venia caminando una pareja peculiar. La chica una pelirroja de buen ver, mostraba un enfado palpable contrario a su acompañante, un joven de su misma edad el cual exhibía una alegría desbordante, algo no muy acorde con su físico, quien a simple vista daba la impresión de ser alguien serio e imponente.
La pelirroja de nombre Vic no podía creer como su reciente amiga la había lanzado del avión y sin paracaídas. Ella más que nadie sabía de la aversión que ella siente hacia la raza humana, en especial por aquellos que buscan acabar con ella y su raza.Sin embargo, su amiga no escuchaba razones, ahora pretendia encontrarle novio, como si ella lo necesitara. De lo único que estaba segura es de que se vengará de esa traición.
Por otro lado, el chico se encontraba feliz pues la joven que le interesaba, estaba junto a él y además había descubierto su nombre. Desde ese día que la vio en el bosque quedó deslumbrado con su belleza y su lengua filosa, nunca había conocido a una mujer así y le encantaba, el único problema es que ella pareciera huir de él, pero esta vez no la dejaría escapar.
_ Y, cuentame de ti_ le pregunta él, una vez se sientan en una pequeña cafetería cerca de un lago en el cual se reflejaba la luna en su máximo esplendor.
_ Escucha, si me invitaste porque crees que tienes alguna oportunidad conmigo,olvídalo no estoy interesada _ le dice ella sin titubeos
_ No se que estás pensando pero…
_ Lo mismo que tu_ lo interrumpe ella, no queriendo escuchar sus argumentos.
_ Bien,no se que te habrán hecho para que desconfíes de los hombres pero no nos eches a todos en un saco, no todos somos iguales _ ella inevitablemente rueda los ojos por sus palabras, ese era el mismo cuento que usaban muchos hombres con sus novias y al final se iban con la primera que se arrimaba.
_ Si tu lo dices _ le responde con desinterés para acto seguido levantarse de la silla; pero antes de tan siquiera dar un paso él sujeta su mano y la detiene.
_ Por lo menos hablemos, sí; no pasará nada que tú no quieras _ mientras él hablaba su mente le trajo recuerdos del abuelo Max, el tambien era humano y murió dando su vida por su raza.
Pensando en él decidió darle una oportunidad a Jhon, pero más que eso lo hizo porque él le generaba intriga y presentía que escondía algo. Bueno o malo eso ella no lo sabía pero desde ese momento decidió averiguarlo _ Entonces que dices, aceptas.
Ella no respondió, solo se sentó nuevamente en su silla, observandolo con una mirada que mostraba una amenaza implícita, el conciente de esto solo sonrió entendiendo el mensaje y prometiendose asimismo que desde entonces sería un niño bueno si no quería tener problemas con la hermosa pelirroja frente a él.
A partir de ese momento ambos iniciaron una conversación cuyo interlocutor principal era Jhon, quien hablaba sobre su vida y su estadía en Bélgica, omitiendo algunos detalles importantes que definirían el rumbo de esa relación que aún no comenzaba. Vic por otra parte lo escuchaba atentamente y sólo intervenía cuando era necesario, no pudo evitar sorprenderse cuando se dio cuenta de que tenían gustos en común y lo mucho que él sabía de la naturaleza. Luegos de unas horas, Roja; como le decía Jhon, al percatarse de todo el tiempo que llevaba allí, decide marcharse antes de hacer algo de lo cual se arrepintiera, puesto que se dejó llevar bebiendo cerveza y por su genética y su condición de no bebedora su cuerpo absorbe el alcohol más rápido y eso solo le traeria problemas.
Su acompañante al verla tambalearse la ayuda a estabilizarse y en un gesto de caballerosidad la cubre con su chaqueta para resguardarla del frío, ella al tenerlo más cerca puede percibir el olor de su colonia tan embriagadora como el olor de las flores, al observar a detalle sus ojos nota lo hermosos que son, de un verde intenso que refleja calidez pero al mismo tiempo los tormentos que hay en su vida; bajando la mirada nota en su cuello una pequeña parte de un tatuaje cuya forma le parece vagamente familiar.
Jhon al notar el azoramiento de la chica intenta preguntarle acerca de su dirección para llevarla a casa sin embargo sus palabras se quedan interrumpidas al ver que la chica observa fijamente sus labios y comienza a acortar la poca distancia que queda entre ambos, cuando piensa que va a ocurrir ese roce tan deseado desde la primera vez que la vio, ella desvia sus labios hacia su mejilla y se despide con un vago; adios, dejando a Jhon aturdido por la cercanía. Cuando pasa la estupefacción corre hasta alcanzarla y le dice que la llevara, a lo cual ella responde con una negativa continuando con su caminar torpe y despacio.
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A unos kilómetros de ellos se encontraba una pareja que se aproximaba a una hermosa casa de piedra, al entrar los recibe una señora cuya sonrisa habitual no se encontraba en su rostro, le indica al chico que lleve las bolsas a la cocina mientras ella guía a la chica a la biblioteca donde se encuentran con otra señora mayor, la señora aun sin notar la presencia de su amiga y su nieta, tose ruidosamente y se sujeta el pecho, despertando la preocupación de sus espectadoras.
Mila ya sabiendo la terquedad de su amiga decide dejarla con su nieta, Madi por otro lado se acerca de inmediato a su abuela la cual la aparta diciéndole que no es nada y le dice que tome asiento para poder explicarle el motivo por el que la llamó. Madi un tanto reacia a seguir la orden, decide obedecer a su abuela para no hacerla enojar y que esto agrave su salud.