Guardianes

Capítulo IV - ¿Quién eres tú?

Pasé un fin de semana espantoso, el domingo desperté con un dolor de cabeza insoportable. Me llevaron en la tarde a emergencias y aunque me inyectaron dipirona no se calmó ni un poco, me hicieron algunos exámenes y una tomografía. No salió nada, según el médico era una situación muy extraña y poco común pues aunque se veía cierta alteración en los sistemas neuronales, no se veía nada que justificara tal dolor.

Lo cierto es que ya es miércoles y aun siento un leve dolor constante en la cabeza. Decidí que no podía faltar al colegio pues ya el lunes lo había hecho y el martes había entrado solo a dos clases. Los exámenes de lapso se acercan y no confío en nadie de mi clase de física como para que me pase los apuntes. Si llego a reprobar a mamá le crecerá otra cabeza.

Mientras caminaba por los pasillos no pude evitar pensar en que estaba olvidando algo importante, pero mientras más intentaba recordar más se iba alejando la idea y el dolor en mi cabeza aumentaba. Sentía que estaba dejando algo atrás y no pude dejar esa sensación de lado durante toda la mañana.

-Lyla – Vanessa, la mejor amiga de mi hermana me estaba llamando - ¿Tienes un minuto? – Sospechaba de qué iba todo esto. Si no mal recuerdo, Katte se alejó de todos ellos y supongo que de ella también, además, si Katte se estaba comportando así de extraño con nosotros (su familia), no me imagino cómo debe ser con los demás.

-Claro – Me hizo una seña con la cabeza para que la siguiera y entramos a un salón vacío - ¿Qué sucede?

-Se trata de Katte – Bingo – últimamente está muy rara ¿Sabes qué le sucede?, desde que empezamos este año escolar está...

-Se está comportando extraño, lo sé, en la casa es igual – recuerdo que cuando era pequeña Vanessa y yo nos llevábamos muy bien, era como otra hermana más, yo era la "hermanita pequeña" para ellas. Pero luego de ingresar a secundaria tuvo un cambio radical conmigo, incluso con Karen.

-¿Sabes por qué? – Parecía nerviosa, indecisa, incluso parecía un poco asustada.

-Lo siento, Vanessa – Entendía en parte lo que sentía, entendía su preocupación, todas nos conocíamos desde muy pequeñas, solo que por la diferencia de edad yo me hice más cercana a Karen y Katte a Vanessa. De cualquier forma mi relación con mi hermana siempre ha sido muy buena, al menos lo era, y Vanessa tenía con ella una relación parecida – Estoy igual de angustiada, yo tampoco entiendo qué está sucediendo.

-¿Quizás sea por problemas familiares? - ¿A dónde quería llegar? Ya le dije que no sabía nada.

-No, en la casa no sucedió nada... - Me pasee un poco dentro del salón - La verdad me carcomen las dudas ¿Quizás ustedes dos tuvieron algún problema? – Tantee el terreno - ¿Quizás se peleó con Brandon...?

-No tiene nada que ver con nosotros – Contestó molesta. Me sorprendió su reacción, no supe qué decirle. Al instante salió del salón.

Me quedé en el salón un rato analizando la situación, y de repente apareció en mi campo de visión un atractivo espécimen del sexo opuesto. Increíblemente caminó hacia mí y me miró como si me estuviera retando, yo solo levanté una ceja confundida.

-Oye, Lyla ¿Verdad? – este chico debe ser nuevo, no lo había visto antes. Alto, cabello castaño, ojos de un color café y acento inglés...

-Sí... ¿Tú eres? – Pregunté mientras fruncía el ceño.

-¿Ahora fingirás no recordarme? – Me miró con una mueca de fastidio en su rostro. Hoy no, por favor, ya habían pasado muchas cosas raras y aun me dolía la cabeza.

-Mira, hoy no es el mejor día para que hagas tus bromitas de niño nuevo queriendo llamar la atención – Mi boca soltaba una palabra tras otra – Tengo un dolor de cabeza de hace días y tu presencia no hace más que empeorarlo nuevamente.

-¿A qué estás jugando? ¿Fingirás que no me conoces?

-Lo siento – ¿No comprendía castellano? – No sé de qué me estás hablando – Parecía que lidiaba una lucha interna mientras decidía si creerme o no.

-Tú no... - Y ahí se quedo, como si lo hubiera empujado y estuviera confundido. Poco a poco sus ojos se iluminaron con lo que parecía entendimiento y luego de eso movió de una forma extraña su boca mientras sus fosas nasales se dilataban, parecía molesto... creo – Mi nombre es Leon Northom – Estiró su mano y yo la estreché brevemente con educación, al fin había dejado el tema – Yo y mi compañera Támara somos estudiantes de intercambio, supongo que somos las únicas caras nuevas que veras por aquí, lamento lo de antes yo... Creo que te confundí – Pues eso no parecía una simple confusión, pero lo dejaré pasar.




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