Guardianes

Capítulo XI - Perder la cabeza entre la nieve

Era de mañana y todos se estaban preparando para ir al "reto de supervivencia". El reto no era más que un entrenamiento de cuatro horas donde te explica dónde encontrar comida, agua y refugio en climas como estos. También te explican qué hacer si te pierdes, cómo mantener el calor corporal y saber ubicarte en medio del bosque. Las muchachas irían, yo no lo haré pues ya he ido dos veces en los años pasados, esta vez me quedaré leyendo un libro mientras espero a que las demás vuelvan.

-¿Segura que no quieres ir, Ly? - Karen estaba secando su cabello frente al espejo. Yo fui la primera en meterse en la ducha luego de despertar, pero no había secado mi cabello todavía. Dentro de la casa y al rededor hay varias habitaciones o dormitorios (como cabañas), en cada una se pueden alojar cuatro personas, a veces más.

-Segurísima, las esperaré aquí. Ve tranquila - estaba desayunando tranquila sobre mi cama - detesto tener que comer apurada.

-Bueno, de cualquier forma irá Mateo y Vanessa, así que puede ser desagradable.

-Hablando de eso, ten un ojo encima de Vanessa, cuida que no se acerque a Katte - me levanté y cerré la puerta - no confío en las intenciones de esa mujer.

-Y mucho menos yo - bajó un poco la voz. Katte y Támara estaban todavía en el baño. Katte estaba en la ducha y Támara estaba secándose el cabello en el tocador del baño - no entiendo qué le sucedió, y pensar que pasamos prácticamente toda nuestra infancia juntas.

-Yo tampoco lo entiendo, pero si es de defender a alguien prefiero defender a mi hermana. Que otro ser bondadoso se encargue de ser comprensivo con Vanessa, yo no puedo - No sabía si Támara nos estaba escuchando o no, no sé si los Guardianes también tenían un súper oído.

-No te preocupes, cuidaré que Vanessa no se quiera pasar de lista - me miró a través del espejo y puso una sonrisa traviesa - Ahora que lo pienso, no me has contado lo que sucedió ayer... Ryan y tú parecían haberse reconciliado dándose el lote en el cafetín - debí haberme sonrojado - era muy temprano como para que hubieran hablado con anterioridad y en la noche del día anterior no bajaste a cenar, además Katte dijo algo de unas cuidadoras en la madrugada de ayer en tu habitación... - mi amiga era bastante inteligente y rápida - y la forma en que me miras me confirma que mis sospechas son ciertas.

-No sé qué puede estar pasando por tu retorcida cabeza - salté encima de ella sentándome en sus piernas, ella comenzó a reír - pero definitivamente si pasó algo - me uní y comencé a reír también - te lo contaré luego, cuando vuelvan del reto - me levanté y busqué entre mis cosas sacando mi libro y mi celular - apúrense o las van a dejar.

-Eres cruel pero justa - se levantó a apurar a Katte y a Támara y yo bajé a una de las salas de la casa a leer. Era un salón muy bonito, tenía grandes ventanales que daban al bosque, la chimenea chispeaba cerca de mí, era un lugar muy reconfortante. Pude ver cuando todo el grupo se marchó a través de la ventana, los seguí con la mirada hasta que desaparecieron a través de los arboles.

Me perdí en la lectura, pasé página tras página, me sumergí en mi propio mundo, estaba prácticamente sola en la casa. Levanté mi mirada del libro luego de escuchar que alguien entraba de nuevo a la casa, sentí pasos por el pasillo acercándose, miré el reloj en la pared y apenas habían pasado dos horas desde que se fueron.

Por la puerta entró Vanessa y se sostuvo en el marco mirándome con desprecio. Al ver que era ella me giré en redondo y volví a abrir mi libro, estaba completamente dispuesta a ignorarla. Quizás desaparecería rápido si no le prestaba atención. No entiendo qué hace ahí parada mirándome, últimamente estoy muy agresiva y no le recomiendo meterse conmigo en este momento. Tantos años de autocontrol comenzaban a irse por la borda y no entendía por qué.

-Katte está como loca en el bosque, gritando y llorando - al escuchar eso mi estómago se comprimió de temor. Me volví para mirarla - se regresó a buscar su celular pues lo olvidó en su habitación y comenzó a actuar raro, como lo viene haciendo desde hace meses.

-¿Y cómo sabes eso? - Quizás solo quería molestarme, pero debo admitir que estaba preocupada porque en el fondo sabia que esa era una posibilidad, yo conocía la condición de Katte - se supone que tú también debes estar en el reto.

-Yo también quería venir a buscar algo, la única razón por la que nos dejaron volver fue porque lo haríamos las dos juntas, pero en el camino enloqueció - se miró las uñas quitándole importancia a la bomba que estaba soltando - por respeto a los viejos tiempo te lo estoy comunicando para que vayas por ella.




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