-¡Pepe! - Estaba gritando. Esto nunca antes me había pasado. Generalmente Pepe aparecía rápido, pero esta vez llevaba unos cuarenta minutos llamándolo. Es realmente extraño, se supone que al abrir los ojos iba a ser más fácil comunicarme con él.
-Lyla - di un salto del susto - me estabas llamando, aparezco y te asustas...
-No aparezcas a mis espaldas, no tengo ojos en la nuca - suspiré cansada - tengo un buen rato llamándote.
-Estaba en otro lugar - eso estaba más que claro - no había podido acercarme, aunque abriste los ojos, al tener a esos guardianes patrullando tu casa, me es imposible aparecer.
-Lo supuse... Pepe... Yo quería disculparme por lo sucedido hace unos días - me acerqué a donde estaba - de verdad...
-No hay tiempo para esto - lo miré bastante confundida. Lucía alarmado - estaba esperando las noticias de mis mensajeros, por eso tardé. Pero ya llegaron - ¿Mensajeros? - te mostraré lo que ellos me mostraron - cerró la distancia entre nosotros y toco mi frente con sus dedos, luego de eso todo fue oscuridad.
Katte y Vanessa estaban sentadas en la sala de la casa, hablaban, pero Katte parecía bastante molesta y Vanessa no se quedaba atrás. Creo que discutían por mí, escuché mi nombre y el de Ryan en varias ocasiones. No entendía qué sucedía pero me acerqué a la escena para sacar a patadas a Vanessa de mi casa, pero cuando lo hice, ninguna de ellas me escuchó. Cuando intenté tocar el brazo de Katte mi piel traspasó la suya.
-Me traicionaste, Katte - Vanessa comenzó a subir la voz - Ryan lo era todo para mi, y no te importó, le metiste por los ojos a tu hermana...
-Las cosas no fueron así Vanessa, no entiendo por qué vienes a mi casa a hablar de esto ahora - Katte la miraba como si estuviera loca, y por supuesto que lo estaba - en ese momento tu relación con Ryan no daba para más, con o sin Lyla eso iba a terminar... Y yo nunca jugué nada a tu espalda, siempre fui sincera contigo y te acompañé en los peores momentos...
-Lo dices como si quisieras que te agradeciera... ¿Cómo puedes ser tan cínica? Lo sé todo, sé que tú eres la principal culpable de todo - se levantó y apretó los puños - tú, pequeña mosca muerta - me hervía la sangre de rabia al ver cómo Vanessa trataba a mi hermana - mereces lo peor ¿Escuchaste? ¡Lo peor! - Se acercó amenazante y Katte se levantó para quedar a su altura - y yo sintiéndome mal por lo de Brandon, cuando te merecías eso y mucho más.
-¿Lo de Brandon? - sentí que vertían un balde de agua fría sobre mi cabeza, mi garganta se trancó y mis manos comenzaron a sudar. No puedo creer que Vanessa de verdad le vaya a decir la verdad de esta forma.
-Sí - se rió sin gracia alguna - tu noviecito y yo tuvimos sexo - Katte la miró impresionada, sin saber cómo reaccionar ante aquello - cuando ustedes dos aun eran novios, tuvimos sexo toda una noche, una y otra vez. Brandon se retorcía debajo de mí. Él te engañó y yo te traicione.
-Eso no puede ser cierto, solo lo dices porque estas molesta y quieres hacerme sentir mal - Katte aun estaba enamorada de Brandon, era más que obvio. Debí habérselo dicho yo, mi hermana no merecía esto.
-En la fiesta de los Parker, a la que tú no quisiste ir ¿Acaso no nos notaste raros luego de ese día cuando nos volviste a ver? - comenzó a mirarse las uñas restándole importancia a lo que decía. No lo podía creer, no podía soportar ver la expresión en el rostro de mi hermana - lo digo intentando hacerte sentir mal y por vengarme, eso es cierto, pero no es mentira... Todo lo que estoy diciendo es verdad. Puedes preguntarle a Brandon... – soltó una risa irónica - Ahora entiendes lo que yo sentí cuando me enteré de lo que hiciste... - Támara salió a escena hecha una fiera. Supongo que había estado detrás de la pared debatiéndose si debía intervenir o no, hasta que se agotó su compostura.
-Ya es suficiente - Vanessa la miró sorprendida al verla entrar - te vas de aquí - tomó a Vanessa del brazo con fuerza, y aunque ella protestó la arrastró fácilmente hasta la salida - eres más peligrosa que cualquier demonio. Lárgate - aunque Vanessa se había ido y ya no contaminaba el ambiente, mi hermana seguía petrificada donde estaba - Katte... - Támara intentó acercarse pero Katte reaccionó y salió disparada escalera arriba a su habitación. Támara la persiguió pero le cerró la puerta en la cara y colocó el pestillo.
-¡Déjame sola! ¡Necesito… Necesito estar sola! - eso fue lo único que se escuchó de Katte: su voz estrangulada. Támara no pudo hacer más sino respetar su decisión. Se tomó la cabeza y se tumbó en el piso soltando un largo suspiro.