Han pasado 67 días desde la muerte de Katte, 60 días desde que terminé con Ryan y los guardianes se fueron, 59 días desde que desperté como Rahea. Es curioso cómo pasa el tiempo. No sé si realmente fue un despertar o todo fue producto de mi imaginación y un simple sueño. Pero me asustaba mucho la idea de ser el primer Rahea surgido de la misma generación que el Rahea anterior. Me aterraba.
He intentado comunicarme de todas las formas posibles con Támara y Leon, pero me bloquearon en todas las redes sociales y no responden ni mis llamadas ni mis mensajes suplicantes donde les cuento todo. Había abandonado mi orgullo muchas veces solo para pedir su ayuda y ellos me han estado ignorando de la forma más cruel posible.
Fuera de eso mi vida ha pasado de estar perfectamente estructurada a ser un caos. He comenzado a faltar mucho a clases, creo que he perdido exámenes y proyectos importantes. Las citaciones llueven hacia mis padres pero ellos simplemente mandan a criados a las reuniones. La única razón por la que no me han expulsado es por la jugosa contribución monetaria que hacen mis padres al colegio anualmente.
No es que quiera faltar porque ahora me hago la ruda, se trata más bien de que sea una cobarde. No pude soportar las miradas de lastima y los constantes murmullos en los pasillos donde yo soy el centro de atención. Mi ruptura con Ryan rueda en la boca de todo el mundo, no sabía que tantas personas sabían de mi existencia y mucho menos de nuestra relación.
Seré sincera, ese no es el peor de mis tormentos, el peor es ver a Ryan reincorporarse a su antiguo grupo junto a Vanessa y Brandon, es insoportable. La segunda razón es que me he vuelto agresiva y no puedo controlarlo. No me molesta que hablen de mí y de cómo me dejó Ryan porque enloquecí, me importa escuchar cómo hablan de mi hermana "la loca que se lanzó por la ventana".
Hace tres semanas le rompí la nariz a una chica y no mentiré diciendo que me arrepiento pues ella se lo merecía. Lo cierto es que mi vida académica está por el piso. Mi situación familiar no es mejor, mis padres están teniendo problemas entre ellos y cada vez se deteriora más su relación, a mí casi ni me prestan atención. Intenté llamar su atención y comencé a salir a fiestas y reuniones por la noche, pero me rendí luego de algunas semanas. Creo que tuvo que ver el hecho de que un chico se lanzó a mi boca e intentó meter su lengua en mi garganta.
Ahora salgo todas las noches a entrenar, sigo practicando todo lo que me enseñó Leon y me estoy esforzando como nunca. Me estoy preparando para el día en que mi poder se active, claro, si alguna vez llega a activarse (esperemos que solo haya sido un sueño y no suceda).
No tengo a muchas personas con quien hablar de esto, los Guardianes no me contestan, Ryan no es una opción y Pepe anda desaparecido. Todos los días intento invocarlo y por más que lo busco no aparece. Me asusta la idea de que Ryan le haya hecho algo, pero no tengo forma de confirmar o no mi teoría. Cuando volví al bosque a buscarlo encontré mi teléfono (Estaba hecho nada, tuve que comprar uno nuevo) pero ni señales de Pepe.
Se me olvidaba mencionarlo, la espera para saber si ando fantaseando o no acabó, pues hoy es mi cumpleaños número 17, nací a las 11:45 pm, debo esperar hasta esa hora para confirmarlo. En este momento me encontraba con Karen en su casa, me quedé a dormir aquí anoche. Karen me ha ayudado con lo que puede, me presta sus apuntes y me trae todos los trabajos que debo hacer. Si no fuera por ella creo que estaría en el horno.
-Recuerda que debes asistir a la clase de artes modernas – Karen estaba revisando la ropa que me habían traído sus padres de la ultima pasarela por mi cumpleaños – Es la única materia en la que realmente has perdido exámenes importantes. El lado positivo es que el proyecto final tiene una ponderación de 50 puntos, así que con eso podrás salvar el semestre y pasaremos juntas al próximo año.
-Claro... - no tenía muchos ánimos, generalmente ese proyectos se trataban de recitar poesía, cantar, pintar, dibujar o actuar en vivo. Karen me lanzó una mirada acusadora pero no dijo nada.
-Están preciosos... De verdad mis padres te aman, generalmente se olvidan del cumpleaños de todo el mundo.
-Del tuyo nunca se olvidan.
-Es que sería el colmo, soy su única hija... - Karen quedó en la mitad de la oración y volteó a mirarme pidiéndome una disculpa. Mis padres se habían olvidado de mi cumpleaños, hace una semana se habían ido de viaje por no sé qué negocio y no habían enviado notificación alguna de que volverían pronto, de hecho, enviaron a la casa a alguien para que buscara unas cosas y se las enviaran – lo lamento... fui una idiota – levanté mi mano para detenerla.
-Ni lo menciones, sé que nunca lo dirías con esa intención – traté de sonreír para tranquilizarla.