Guardianes

Capítulo XX – La venganza se sirve fría

La abuela me dijo que me quedara con ella, así sería más seguro, pero anoche me tuvo que llevar a donde Karen pues hoy teníamos clases y necesitaba cambiarme. No había vuelto a mi casa porque estaba desolada, la única persona que iba durante el día era el ama de llaves y otras dos chicas que iban a limpiar en las mañanas.

Anoche la abuela me explicó muchas más cosas, como por ejemplo ¿Por qué si ella es un Guardián, mamá no lo es también? Pues es bastante simple, para ser un Guardián debes tener dos padres Guardianes, no la combinación de humano-Guardián o Rahea-Guardián. Por ello dividen las funciones de cada Guardián según sus cualidades, aquellos que poseen cualidades como Támara y Leon los envían a proteger a los Rahea, quienes poseen cualidades como los de Mía desempeñan cargos diferentes, como directores en informática, ingenieros, electricistas... En fin.

Esos Guardianes que pueden llevar una vida relativamente normal son los que procrean, por ello la relación de Mía y Támara es tan complicada, no es porque sean homosexuales, sino porque Mía "debería" enamorarse de alguien que le permitiera reproducirse. Los Guardianes que no son elegidos por sus Raheas vuelven a la agencia y hacen el papel de entrenadores.

Esto sucede porque suelen volver cuando tienen más de 25 años, y ellos necesitan enviar Guardianes que se aproximen a los 17 (Que es la edad en que despierta el Rahea) para que se enamore de ellos (generalmente los enviaban a los 20 o 21 años). Todo esto me daban nauseas, pero así venía funcionando desde siempre.

El caso del padre de Ryan fue muy polémico al parecer, porque no solo se escapó él, sino que arrastró a una de las hijas de una de las familias más importantes de Guardianes. La mamá de Ryan es bastante poderosa y también era un Guardián, ese detalle no lo conocía, creo que intentan ocultarlo porque se avergüenzan de eso.

Dejando todo esto de lado, ya descubrí por qué siempre los Rahea suelen ser millonarios o increíblemente exitosos. La línea familiar del Rahea, al poseer sangre divina atrae la buena fortuna, les va bien en cualquier negocio que se planteen, lo mismo le pasa a los Guardianes.

De hecho cada Guardián al nacer recibe suficiente dinero como para vivir varias vidas repletas de lujo, y la mayoría solía invertir ese dinero y lo que hacía era multiplicarse, en pocas palabras, los niños Guardianes de 10 años tenían más dinero que cualquier potente empresario de un país desarrollado. Así que al recibir siempre ganancias pasivas, se pasaban la vida entrenando, ejerciendo, procreando o protegiendo a un Rahea. La agencia de Guardianes era como un imperio.

Compran pueblos enteros, de esos que iban quedando deshabitados en Europa, para crear unas comunidades de Guardianes. Esto lo hacían por varias razones, entre esas estaba que cada uno tuviera su espacio, vivieran todos cerca, y esos Guardianes que no tuvieran que proteger a un Rahea, se enamoraran y procrearan. Antes creo que eran más convencionales y los casaban a la fuerza, supongo que van avanzando poco a poco, aunque a mí esto me parece algo horrible de todas formas.

En este momento me encontraba en el colegio, estaba llamando a la abuela pero no me respondía. Algunas personas pasaban y murmuraban al verme, creo que pensaban que hice todo lo que hice para llamar la atención, y otros simplemente alimentan su conversación con todos los acontecimientos que han frecuentado mi vida últimamente. Hace poco nadie me conocía, ahora todos querían saber quién era para hablar de mí y regodearse por sus felices vidas comparadas con la mía. El teléfono comenzó a repicar, la abuela me estaba devolviendo la llamada.

-¿Hola?

-Lyla, lamento no contestar antes – Parecía que estaba algo ajetreada – hablé con la agencia y de alguna forma ya sabían de tu situación.

-No puede ser, yo no se lo he dicho a nadie más – me apoyé a la pared y bajé la voz – De hecho cuando fui a tu casa fue para buscar una forma de contactarme con ellos.

-Dijeron que habían sido informados el domingo por la noche, lo cual es raro porque justamente ese día era tu cumpleaños. Tus Guardianes salieron ayer al mediodía hacia acá, debieron llegar en la madrugada de hoy... - Mi mente comenzó a maquinar todo. La única respuesta lógica es que alguien haya escuchado mis suplicantes mensajes en el teléfono de Támara o Leon – Pero bueno, es una buena noticia. Te debo dejar, ten cuidado y no hagas nada arriesgado.

-Pero... - Ya no había nadie del otro lado.

-Oye ¿Eres tú, verdad? – Un grupo de chicas se acercó a donde yo estaba. Me quedé estática esperando con qué estupidez saldrían esta vez – Eres la chica que le rompió la nariz a esa chica hace unas semanas y ayer discutió con el nuevo profesor de artes – típico.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.