Guardianes

Capítulo XXII - No lo mires

Me levanté algo desorientada. Lo primero que vi fue una caja que estaba a centímetros de mi cara, la observé por al menos unos diez minutos intentando que mi cabeza terminara de caer. Poco a poco los recuerdos iban surgiendo en mi mente, ya no sentía cansancio, por el contrario, me sentía renovada. Pero mi alivio no duró mucho. Me paré de golpe y salté las cajas que me cubrían.

No había señales de Leon en ningún lugar, no sabía si salir a buscarlo o esperarlo donde estaba... Si salía podía empeorar las cosas, pero si no lo hacía y Leon estaba en problemas él podría morir... Moví violentamente mi cabeza intentando sacarme esa idea de la cabeza.

Algo había cambiado en mi, aun podía sentir y escuchar el murmullo del liquido corriendo por mi cuerpo, y el de las personas que se encontraban a mi alrededor, gracias a eso me di cuenta que algo corría hacia donde yo estaba. Me apoyé en la pared al lado de la puerta, cuando esta se abrió cubrió mi cuerpo de la visión de quien sea que haya entrado.

Los segundos de tensión acabaron rápido cuando vi que se trataba de Leon, estaba tan agitado que ni siquiera se dio cuenta de que yo estaba ahí, en cualquier otra ocasión lo habría notado al instante. Solo llegó para buscar desesperado tras las cajas, cuando no me encontró se dio la vuelta, su semblante se llenó de alivio cuando vio que lo observaba desde donde estaba.

-¿Qué me perdí? – Avancé hasta donde él estaba.

-No mucho, la policía logró entrar y ya está todo bajo control – Me tomó el rostro y observó mi expresión minuciosamente – Tienes mejor semblante ¿Cómo te sientes?

-Me siento como nueva - Me estiré para demostrarle mi punto - ¿Qué sucedió con el resto de los estudiantes? ¿Alguien murió...? – Me aterraba escuchar la respuesta, pero debía saberlo.

-No lo sé, no me quedé a esperar si daban un informe, vine corriendo a buscarte – ya parecía el Leon de siempre, tranquilo, seguro y de mirada inteligente. Salimos al patio, de momento no dejaban entrar a nadie al colegio, pues estaban sacando a todos los estudiantes y profesores que se habían escondido en salones de clases, baños, habitaciones de servicio y demás.

Me acerqué a uno de los oficiales para hacerles preguntas, las cuales me respondió un tanto apresurado. No sabían por qué habían hecho lo que hicieron, que habían disparado a las cámaras y por eso no tienen mayor registro, solo cuando empezó todo, que habían logrado entrar gracias a que alguien había desarmado a los dos estudiantes que mantenían rehenes en la entrada para evitar el paso de las autoridades, que una vez dentro no hicieron más que capturarlos porque ya los habían desarmado e "inhabilitados". Eso quiere decir que los golpearon hasta dejarlos inconscientes.

Miré a Leon y levanté una ceja. Así que no me había perdido mucho, solo me perdí que él solo nos había salvado el trasero a todos. Leon disimuló una sonrisa y mantuvo su semblante sereno.

-¿Muchas personas murieron? – Esa era la pregunta que más me asustaba hacer.

-No, es increíble – Revisó el informe que le habían pasado hace poco – algunos chicos atestiguaron que creyeron haber sido impactados por las balas, pero aunque sus prendas tienen manchas de sangre y agujeros están completamente sanos, solo tienen un morado donde debería estar la herida... Manejamos la teoría de que fueron balas de salva – Torció un poco el gesto – Otros si estaban heridos de bala, eran los más próximos a la entrada, pero al ser la herida tan reciente hemos podido llegar a ellos a tiempo...

Observé a Leon por un momento, su expresión fue cambiando poco a poco mientras miraba a lo lejos. Comencé a escuchar gritos nuevamente y cuando voltee me encontré con que algunas personas chocaban y saltaban contra otras. Era como si todo el mundo, o al menos la gran mayoría, hubiera enloquecido. Aun así me mantuve donde estaba junto a Leon y mi mente cansada quiso creer que eso no me estaba sucediendo a mí, después de todo lo que había pasado ese día no estaba viendo a esas personas enloquecer.

-Oficial – llegó una linda chica con rasgos bastantes delicados, creo que la había visto antes por los pasillos – Algo está sucediendo, necesitamos su ayuda... - Y luego de eso todo se volvió a ir por la cuesta.

De repente el caos reinaba en este lugar, las personas corrían, el pánico colectivo que existía era una llamarada que no paraba de crecer. Podía sentir la sangre en mi cabeza y en mis oídos resonaba el latido acelerado de mi corazón. León estaba sujetando mi mano mientras corríamos.

-¿Por qué corremos? ¿A qué le huimos? ¿Por qué esas personas se estaban comportando así? ¿Qué está sucediendo? – Mi respiración estaba agitada - ¿A dónde vamos? – De repente paró bruscamente y me acorraló contra una de las esquinas oscuras en uno de los pasillos cerca de la entrada del baño de hombres. Si no me equivoco estábamos bastante cerca de la primaria. Mi instituto estaba compuesto por tres niveles: primaria, secundaria y diversificada. Decir que el instituto era grande era quedarse corto, era uno de los Institutos más grandes infraestructuralmente dentro del país, y primaria estaba aislado de los otros dos niveles.




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