Guardianes de lo secreto

26- Peleando juntos

Abro los ojos y me siento en la cama rápidamente, sin dejar de sostener las sábanas contra mi cuerpo.

Había soñado con Zeth y él está en problemas, tengo que llegar hasta el depósito abandonado que está a un par de cuadras.

Comienzo a vestirme tratando de hacer el menor ruido posible para no despertar a Drake, pero entonces recuerdo que no tengo ningún arma conmigo.

—¡Maldición! —digo en tono bajo

—¿Qué sucede? —pregunta Drake al despertarse

—Tengo que ayudar a Zeth y no tengo armas conmigo —digo sin parar de vestirme.

—¿Dónde está él?, yo te voy a ayudar —me dice Drake poniéndose de pie y comienza a vestirse —Tengo mis armas en el carro

—Está en un depósito a un par de calles

—Sé dónde es, vamos

Salimos de la habitación y nos encontramos con Ilan y Andie desayunando en la cocina.

—Buen día —saluda Andie y veo la sonrisa cómplice escapar de sus labios

—Hola —digo sonriéndole en respuesta —Debo irme, mi madre me ha pedido ir a la compañía urgente.

—Vale

Salimos y subimos al carro de Drake.

—Mete la mano debajo de tu asiento —me dice —Debe de haber una pistola y un cuchillo.

Lo hago y saco ambas cosas.

Drake se estaciona del otro lado de la calle y nos dirigimos al depósito en silencio, ambos vamos con pistolas.

Entramos al lugar y no vemos a nadie.

Seguimos caminando alerta a cualquier cosa y efectivamente no hay nadie en este lado del depósito.

—Debo encontrar a Zeth —digo

—Está bien, vamos a buscar en las habitaciones

Empezamos a revisar habitación por habitación y cuando abrimos la quinta puerta allí está Zeth atado a una silla y con cinta adhesiva en la boca y con muchos golpes.

Vamos rápidamente a desatarlo, le quito la cinta de la boca y lo ayudo a ponerse de pie.

—¿Puedes caminar? —le pregunto

—Creo que sí —dice

Se ve cansado y a la vez enojado.

—¿Tenías mucho tiempo aquí?

—Atado no, peleando sí

De repente un tubo de hierro se comienza a mover.

—Zeth, relájate —le digo, suponiendo que es él quien está moviendo el tubo.

—¿Por qué?

—El tubo, lo estás moviendo tú

—Creí que era mi imaginación, hace poco vi cómo otra cosa de hierro se empezaba a mover también.

—Puedes controlar el hierro

Drake me mira sin entender mucho de lo que estamos hablando.

—¿Podemos irnos?, quiero ir a dormir

— Está bien, Zeth, él es Drake —digo presentándolos

—¿Por qué está aquí?

—Soy hermano de Cassiddie —dice Drake

Zeth lo mira serio —¿Qué haces aquí?

—Me gusta tu prima —dice encogiéndose los hombros —Y nunca he atacado a ningún Hale, no es mi estilo.

—Drake, ¿nos puedes llevar a mi casa? —le pido

—Sí

Ayudamos a Zeth a subir al carro de Drake y yo me siento en la parte trasera con él.

—¿Por qué te dejaron atado? —le pregunto a Zeth

—Esta vez fue Cassiddie con Néstor, pasaron buena parte de la noche tratando de que les dijera algo que no sé.

—¿Qué cosa?

—Cassiddie quiere saber dónde está un lugar llamado, Kendlan, creo que fue el nombre que dijo

Me quedo en silencio y comienzo a recordar mi sueño con Lucinda, el cual ya no parece un sueño.



#20474 en Fantasía
#4298 en Magia

En el texto hay: secretos familiares, amor, poderes magia

Editado: 24.02.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.