Guardianes de lo secreto

3- El supermercado

Me levanto al sentir una brisa fría entrar a mi habitación.
Miro y la ventana está abierta.
Qué raro, estoy segura de que no la dejé abierta, es más no recuerdo que la hubiera abierto siquiera. 
El reloj marca las 7:00 a.m. y bajo a ver quién está por ahí despierto. Encuentro a mi mamá sentada en la mesa de la sala con la laptop.
—Buen día —saludo
—Buen día, Cariño —dice mi mamá y me da un beso en la mejilla —¿Qué haces despierta? No tienes clase hasta las 10:00 a.m.
—Lo sé, pero me levanté porque encontré la ventana abierta.
—Ten cuidado
—Oye, mamá, ayer ocurrió algo extraño en el colegio con un chico.
—¿Qué sucedió?
—Bueno él me pasó un lápiz que se me había caído y cuando toqué su mano sentí una pequeña descarga.
—¿No te había pasado antes?
—No
—La verdad quizá sepa por qué pasó, pero no estoy totalmente segura, pero si vuelve a pasar dime.
—Está bien —digo —Iré a la sala de entrenamiento un rato
—Bien, pero después necesito que me compres algo en el supermercado
—Ok —digo y me voy
Subo a mi habitación y me cambio a mi ropa de entrenamiento.
Miro la ventana y la cierro.
Cuando llego a la sala de entrenamiento me encuentro a Kenneth el hermano menor de Kendall.
—¿Qué haces aquí? —pregunto
—Dos tipos venían persiguiéndonos a Tess y a mí, entonces cuando terminamos con ellos tu casa fue la más cerca que vimos y aquí estamos.
—¿Y dónde está ella, Tess?
—Debe estar en la habitación de Jessie
—Bueno parece que no tendré que pelear con el muñeco hoy —digo retando a Kenneth —Parece que tendré un muñeco de carne y hueso.
—¿Eso crees?, ya lo veremos
—¿Una pelea de cinco minutos?
—Hecho
Buscamos los guantes y los protectores.
Pusimos el temporizador y dimos inicio a la pelea.
El primer golpe que recibo de Kenneth es una patada en las costillas que me deja sin aire.
—Soy una chica recuerda —digo cuando recupero el aire
—¿Y?, a los Millington no les importa eso, así que párate firme y pelea como es.
—Bien —digo y le doy un puñetazo en la cara
—De eso hablo —dice Kenneth sonriendo
A Kenneth nunca le ha importado con cuál de las chicas pelea si conmigo o Jessie o su propia hermana, siempre ha dicho lo mismo: “Los Millington no miran a quien van a disparar simplemente lo hacen”.
Por eso todas nosotras hemos aprendido a pelear de forma ruda.
Terminada la pelea siento que muy pronto me saldrán moretones en los brazos y el estómago. Yo le rompí el labio inferior a Kenneth con un derechazo.
—Debo ir al supermercado —digo tomando la toalla y la botella de agua.
—Está bien, yo iré a bañarme.
—Buena pelea
—Lo mismo digo
Regreso a mi habitación para bañarme e ir al supermercado.
Cuando salgo del baño miro el reloj y son las 8:00 a.m. aún es temprano.
Me pongo una camiseta de tiras y unos jeans cortos, me voy a poner unas zapatillas, pero al revisar entre mis zapatos, creo que las botas serán mejor para ocultar una daga que me llevaré.
Bajo a la sala para que mi madre me dé la lista de lo que debo comprar.
—¿Me prestas el carro? —le pregunto a mi madre
—La Range Rover no, ya que pronto me iré, llévate el Cadillac de tu padre.
—¿Cuándo será que tenga la suerte de poder usar el Evoque? —digo y agarro el llavero del Cadillac XT5.
—Ten cuidado con la media luna, se ve —me advierte mi madre
—Son las 8:00 a.m. ¿quién estará por ahí?
—Solo estate atenta
—Está bien
Ya en el supermercado tomo un carrito para hacer las compras.
Voy por el pasillo de lácteos cuando siento la presencia de alguien más, miro hacia atrás pero no veo a nadie.
Será mi imaginación —pienso
A los pocos minutos justo después que suelto la leche en el carrito, siento un corte en la pierna.
De inmediato saco la daga de la bota en espera de que aparezca mi atacante, miro a través del cristal de la puerta de la nevera y ya mis ojos están azules. 
Llega Cassiddie sonriente.
—Vaya, vaya miren quien es la Hale afortunada —dice ella acercándose
—¿Qué no duermes o por lo menos desayunas? —digo 
—No, ¿para qué? —dice sarcástica 
—Genial, tras que está loca también tiene problemas alimenticios 
—Sabes de espalda no te reconozco, pero esa pequeña marca que tienes en la espalda, esa pequeña media luna me ayudó.
—Qué bien, te ganaste la lotería
—Andas algo amarga a ver si esto te endulza —dice y suelta un golpe que le atrapo.
—No, no lo harás está muy temprano —digo soltando su mano
—Quizá yo no, pero ellos sí —dice y entran en escena Néstor y otro hombre que no conozco.
De inmediato sé que estoy en desventaja, puedo con Cassiddie sola, pero tres contra mí sola no es muy justo que digamos.
Néstor viene contra mí de inmediato, pero la ventaja que tengo es que soy más rápida que él.
Puedo anticipar algunos de los golpes, veo mi oportunidad y le doy en la cara uno, dos y tres golpes y de regalo una patada en el estómago.
Me doy media vuelta lista para correr, pero el otro hombre se atraviesa en mi camino con intención de pelea.
—Ven, te dejo en el suelo para que le hagas compañía a tu amigo —le digo
No puedo ni pensar cuando recibo un golpe en las costillas que me saca el aire y me hace agachar, la daga que tengo se la entierro en la pierna y la retuerzo. Me incorporo y saco la daga con intención de volver a meterla, pero Cassiddie me agarra el brazo justo cuando lo voy a bajar con dirección al pecho.    
—No más —dice y me gira el brazo tras la espalda en una posición donde casi no me puedo mover.
—Agárrala —le dice al hombre —La llevaremos a la casa, pero primero unos cuantos golpes.
No puedo zafarme del agarre del hombre y con cada golpe de Cassiddie se me nubla más la visión.
Saca la daga y me apunta a la garganta.
—¿Y si te mato? —dice ella
—No lo harás
—Lastimosamente tienes razón, no puedo hacer ningún trato si estás muerta.
Me da otro golpe en la cara y ya veo borroso.
Cuando me va a volver a pegar alguien la agarra por el cuello y la deja inconsciente.
Néstor quien yo he dejado en el piso se pone de pie, pero escucho como la persona le quiebra la muñeca.
El hombre que me tiene agarrada me tira al piso y me golpeo la cabeza, estoy a punto de quedar inconsciente allí mismo, cuando siento que me levantan en brazos.
Abro los ojos y estoy dentro del Cadillac en la parte trasera, no sé cómo me sacaron del supermercado ni quién fue, solo recuerdo la silueta de un hombre y que tendré muchos dolores más tarde.
 



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En el texto hay: secretos familiares, amor, poderes magia

Editado: 24.02.2019

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