Guardianes de lo secreto

16- Hablando con Lucinda

—¡Brooke! —escucho mi nombre, pero no veo quién me llama

—¿Hola? —respondo

—Cariño, acércate

—¿Quién me está hablando?

—Me llamo Lucinda, ven, demos un paseo

Camino hacia la voz que suena amable, camino y camino hasta llegar al principio de un barranco y me detengo de inmediato.

—Vamos, salta —me insta la voz

—¿Estás segura?

—Por supuesto, además estás soñando

La voz tiene un punto a su favor, así que tomo una respiración profunda y me dejo caer al vacío.

Resulta que no muero, aunque debe ser porque estoy soñando.

Llego a un lugar, más bien a un pueblo, pintoresco y a la vez oscuro. Las personas andan felices y transmiten mucha paz a través de sus expresiones.

Todas las personas siguen su camino a excepción de una mujer de no más de 60 años con el cabello castaño y unos ojos que me parecen familiares. La mujer me mira y sonríe.

Comienzo a caminar hacia ella.

—¿Debo suponer que tú eres Lucinda?, la voz que me trajo aquí —le digo al acercarme.

—Así es

—¿Qué hago aquí? —le pregunto, ya que no entiendo nada

—Quiero mostrarte el lugar y pedirte un favor

—Está bien…

—Bien, primero vamos a conocer a alguien muy especial

—Vale

Camino a la par de Lucinda hasta que llegamos a una casa de color rojo ladrillo, es bastante grande y justo cuando voy a entrar aparece un… ¿lobo?, me detengo en seco.

—No te haré daño, linda —escucho una voz en mi cabeza y los ojos del lobo me ven directamente.

—¿Estás hablándome? —pregunto

—Él es Axel y sí, él puede hablarte, vamos no te detengas

Sigo detrás de Lucinda, no sin antes volver a echarle un vistazo al lobo que parece sonreír.

—¡Mahina! —grita Lucinda

—¡En la parte de atrás! —escucho que gritan, pero en el grito se escucha cansancio.

Salimos rápidamente y la mujer está peleando con tres hombres, de inmediato busco mi pistola en la cinturilla de mi pantalón.

No tengo idea de cómo aparece allí, pero la tengo.

Apunto a uno de los tipos y le disparo en el hombro. La mujer acaba con los otros dos.

—Gracias —dice caminando hasta donde yo estoy parada

—Claro

—Soy Mahina —se presenta la mujer, se ve aún más anciana que Lucinda, pero se ve llena de mucha energía.

—Soy Brooke —me presento

—Lo sé

—¿Lo sabe? —pregunto extrañada

—Sí, ¿sabes dónde estás?

—La verdad es que no —admito

—Entonces recuerda el nombre, Kendlan

—¿Kendlan?

—Sí, Kendlan, lo recordarás cuando sea necesario

 

Justo después de esas palabras me despierto, me siento en la cama sin estar muy segura si de verdad fue un sueño o no.



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En el texto hay: secretos familiares, amor, poderes magia

Editado: 24.02.2019

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