Guardianes Del Sueño

Capítulo 7: La Verdad Detrás de las Sombras

El primer día en el Centro de Adaptación fue una avalancha de datos. La Dra. Ramos, con su mirada vigilante, me concedió acceso a los expedientes. Me sumergí en ellos como un buzo, cada página una pieza del rompecabezas de Cobre Muerto. Mi agenda se llenaba de anotaciones febriles.

Notas Mentales de la Dra. Vance:

  • 10:30 AM - Análisis inicial: La aversión es real. Los ataques de pánico y el terror al intentar la soledad son innegables. Mi pragmatismo lo acepta, pero mi mente lucha con esta "necesidad de otro". ¿Cómo puede ser tan primaria una fobia a la soledad? Esto desafía mi concepto de autonomía individual.
  • 1:15 PM - Protocolos de "inmersión gradual": Son brutales. Minutos de soledad controlada escalan a horas. Los registros de ansiedad y alucinaciones son espeluznantes. La valentía de estos pacientes es inmensa, ¿pero a qué costo?
  • 3:00 PM - Las "consecuencias inesperadas": Aquí la Dra. Ramos es vaga. Pero los expedientes son claros: amnesia selectiva, catatonia, incapacidad para la conexión emocional. Martín lo describió como "perder la capacidad de conectar profundamente". No es solo una patología neurológica; es una erosión del ser. ¿Están intercambiando una forma de libertad por otra, o destruyendo la esencia misma de la conexión?
  • 4:45 PM - Hipótesis y plan: Necesito clasificar expedientes por severidad y resultado. Los "fallos" son tan importantes como los "éxitos". ¿Es la aversión innata o adquirida? La Dra. Ríos no lo sabe, o no quiere decirlo. Urgente: revisar historiales de niños y adolescentes. ¿En qué etapa se desarrolla? ¿Hay algún desencadenante ambiental o social?
  • 6:00 PM - Reflexión personal: La ciencia exige objetividad, despojarme de la emoción. Pero la idea de esta aversión... me roe. No poder dormir sola, mi santuario más íntimo violado por una necesidad incontrolable, me inquieta. ¿Qué pasa si Cobre Muerto no es una peculiaridad, sino un reflejo de una faceta latente de la humanidad que hemos ignorado? Mi cuerpo, tenso por la noche anterior, anticipa la batalla.

Al caer la tarde, con la cabeza zumbando por la avalancha de información, había logrado esbozar mi estrategia. Necesitaba clasificar la "aversión" y la respuesta al tratamiento. Los casos fallidos y las temidas "consecuencias" eran mi prioridad. Mis convicciones científicas seguían intactas, pero sentía que mi propio cuerpo estaba a punto de pasar factura. La primera noche en la cabaña había sido reveladora, y sabía que la siguiente no sería diferente.

Esa noche, con el murmullo colectivo del pueblo colándose por las paredes de mi cabaña, la Dra. Elara Vance se preparaba para una batalla. No solo contra un misterio científico, sino contra la amenaza de perder su propio derecho a la soledad. El insomnio ya se cernía sobre ella, una sombra tangible en la fría noche patagónica.

¿Sería la Dra. Vance capaz de superar su propia aversión a la soledad, o se vería forzada a aceptar la "Vigilia Compartida"?



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En el texto hay: romance, fantasia

Editado: 14.07.2025

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