Guardianes Del Sueño

Capítulo 20: El Eco de una Promesa

De regreso en mi departamento, la carpeta con la nueva investigación pesaba en mis manos. La dejé en la mesita junto a la ventana, donde el aroma reconfortante de una taza de café humeante esperaba. La vista de Buenos Aires bajo el sol me ofrecía una efímera tranquilidad, un contraste con el torbellino de decisiones que me aguardaba. Era el momento de analizar la propuesta del Dr. Ríos y ver si mi temida "subjetividad" había encontrado un nuevo rincón donde instalarse.

Me sumergí en los detalles del nuevo proyecto: "Patrones de sueño en comunidades aisladas de la Cordillera patagónica, Villa La Angostura". La descripción de los síntomas era similar, aunque menos extrema, a la de Cobre Muerto. La posibilidad de una "aversión" similar en otro asentamiento, la promesa de una verdad más amplia, picaba mi curiosidad científica. Sería una investigación controlada, lejos de la inmersión profunda que me había llevado a mi "error" con el Instituto. Mi mente racional encontró solidez en la propuesta, un camino para redimirme profesionalmente. La decisión final parecía clara, lógica, la correcta.

Pensamientos de Elara: La Razón vs. el Corazón

  • Análisis racional: "Este proyecto en Villa La Angostura es una oportunidad perfecta para demostrar mi objetividad. Una investigación controlada, sin la 'interferencia' de una inmersión total. Podré redimirme ante el Instituto y, quizás, incluso encontrar una base científica más amplia para la aversión."
  • El dilema personal: "¿Pero es esto lo que quiero? La lógica me dice que sí, pero mi corazón... mi corazón está en Cobre Muerto. Seis meses de distancia de Martín, ¿es un precio que puedo pagar?"

Justo cuando todo parecía estar resuelto, mi celular sonó. La pantalla mostró un número no registrado, uno que, sin que me diera cuenta, mi subconsciente ya había memorizado. Era Martín.

—Hola —respondí, mi corazón latiendo con una fuerza inesperada. Mi voz era apenas un susurro, cargada de una mezcla de miedo y el deseo abrumador de escuchar su voz. —¿Estás bien? Sentí la necesidad de llamarte —su tono grave y tranquilo llenó el silencio de mi departamento.

Pensamientos de Elara: La Fuerza de la Conexión

  • Reacción visceral: "La necesidad. Esa palabra. ¡Él sabía! Sabía que lo necesitaba, que lo extrañaba. Esta conexión es innegable, va más allá de la razón."
  • Decisión impulsiva: "No puedo guardar esto. Él necesita saberlo. Lo que el Instituto piensa, lo que me ha pedido, lo que siento. Todo."

Elara Vance, la neuróloga pragmática, se derritió. La necesidad. Esa palabra, tan suya, tan de Cobre Muerto, me desarmó. Y entonces, sin pensarlo dos veces, comencé a contarle todo: la llamada del Instituto, la reprimenda velada del Dr. Ríos, la suspensión de mi misión en Cobre Muerto, la nueva asignación en Villa La Angostura, la angustia de los seis meses. Hablé sin pausas, como si liberar las palabras en el aire pudiera aligerar el peso en mi pecho.

Martín escuchó en silencio, su paciencia infinita al otro lado de la línea. Cuando terminé, hubo una pausa, densa y significativa.

—Elara, ve. Ve a Villa La Angostura. Ve esa realidad. Analízala. Ve si se asemeja a lo que tenemos aquí, si hay el mismo eco de la necesidad en su gente. A veces, la verdad se revela en la comparación, en el contraste —dijo finalmente, su voz ahora un bálsamo. Sus palabras eran una invitación a seguir mi instinto científico, pero también una velada promesa—. Y si se necesitan... si nos necesitamos, nos encontraremos a mitad de camino.

Su voz se hizo un susurro que me llegó al alma. La moneda estaba tirada. No era una huida de Cobre Muerto, sino una búsqueda. Una búsqueda que, por un capricho del destino, me llevaba de nuevo a la Patagonia. Con esas palabras de Martín, con esa promesa tácita de un reencuentro, mi corazón se llenó de una determinación renovada. El camino se había abierto. Emprendí nuevamente mi viaje hacia la Patagonia, no solo como científica, sino como una mujer que había aprendido a escuchar no solo a su razón, sino también al eco de una necesidad más profunda. La Noche de Cobre me esperaba, y esta vez, no iría sola en mi interior.

¿Qué verdades revelaría la nueva misión de Elara en Villa La Angostura, y cómo afectaría esto a su conexión con Martín y Cobre Muerto?



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En el texto hay: romance, fantasia

Editado: 14.07.2025

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