Guardianes Del Sueño

Capítulo 25: La Conexión Silenciosa

"No quiero saber de la científica, Elara... Quiero saber de la mujer sencilla que está oculta en ese manto de ciencia." Las palabras de Martín resonaron en la quietud de la posada, y su mirada, fija en la mía, buscaba una verdad más allá de los datos y los diagnósticos. Pero la respuesta no era sencilla.

—Siempre he sido la Dra. Elara, Martín —le dije, mi voz apenas un susurro, buscando refugio en sus ojos—. Incluso desde chica, siempre fui 'la chica científica'. 'La que lee mucho'. La que entiende los números, no las emociones.

Mi vida, mi identidad, se había forjado en ese molde. Despojarme de él era como intentar quitarme la propia piel. Mis ojos buscaron los suyos, buscando un lugar donde depositar el peso de mi vulnerabilidad. Y entonces, las palabras salieron sin permiso, crudas y sinceras:

—Extrañándote.

Juro que vi una sonrisa. Fugaz, apenas un atisbo que suavizó las líneas de su rostro, pero una sonrisa al fin. Un destello de algo más allá de su habitual inexpresividad. Su mano, que aún sostenía la mía sobre la mesa, la apretó suavemente.

—Lo sentía —dijo, y su tono de voz, aunque bajo, tenía un toque de ironía, casi de burla tierna—. Por eso vine.

Una sonrisa se dibujó en mi mente, una respuesta impulsiva que no pude contener.

—Engreído —dije, casi sin pensar, el apodo escapándose como una burbuja.

Esta vez, Martín soltó una carcajada. Una risa profunda, resonante, que nunca le había escuchado. Se extendió por la pequeña sala, llena de calidez y una espontaneidad que lo hacía, si cabe, aún más atractivo. Su rostro se transformó con la alegría, las comisuras de sus ojos se arrugaron ligeramente, y por un instante, el "Representante inexpresivo" se desvaneció, revelando una humanidad que me robó el aliento.

La Revelación de la Conexión

Cuando su risa se apagó, sus ojos, aún brillantes por la diversión, me miraron con una seriedad que de repente era muy íntima.

—No te diste cuenta, Elara —dijo, su voz recuperando su habitual calma, pero con un matiz nuevo—. Pero estamos conectados. Siento tus emociones. Y aunque no te hayas dado cuenta como tal, tú también sientes las mías.

La aseveración me golpeó con la fuerza de una revelación. Era cierto. Esa alarma silenciosa, esa necesidad de su presencia en las noches de Cobre Muerto, esa extraña calma que me invadía cuando él estaba cerca. ¿Era eso? ¿Una conexión que iba más allá de la lógica científica, una especie de telepatía emocional ligada a la misma aversión que estudiaba?

—¿Qué quieres decir? —pregunté, mi voz un susurro apenas—. No... no es posible.

Él negó con la cabeza, una leve sonrisa aún en sus labios.

—En Cobre Muerto, los sueños se entrelazan. Las mentes se abren unas a otras. La aversión al sueño solitario no es solo miedo al depredador, Elara. Es miedo a la desconexión total. Es la mente buscando su eco en otra. Y contigo, en esas noches en la cabaña, esa conexión se hizo... más fuerte. Más personal.

Se inclinó ligeramente hacia mí, su mirada intensa, hipnotizándome.

—Cuando el Instituto te llamó, sentí tu angustia. Cuando decidiste venir, sentí tu esperanza. No puedo explicarlo con tus palabras científicas, Elara. Pero lo siento.

Mis propias emociones eran un torbellino.

—Y... ¿yo también siento las tuyas? —pregunté, mi voz casi inaudible. —¿Por qué crees que vine, Elara? —respondió, una chispa divertida en sus ojos—. No solo porque me llamaste. No solo porque sé lo que la soledad hace. Vine porque te necesitaba. Porque sentí tu necesidad de mí.

La verdad se desplegó ante mí, tan abrumadora como liberadora. No era solo la ciencia, no era solo la patología. Era una conexión profunda, un hilo invisible que unía nuestras almas de una manera que solo Cobre Muerto, con sus secretos y su extraña verdad, podía haber forjado. La Dra. Elara Vance se estaba descubriendo a sí misma en el corazón de la Patagonia, y en los ojos de un hombre que, con una risa inesperada, me había mostrado una nueva forma de ver el mundo, y de sentir.

¿Cómo afectaría esta revelación sobre la conexión emocional a la relación de Elara y Martín y a la percepción de Elara sobre su propia identidad y propósito?



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En el texto hay: romance, fantasia

Editado: 14.07.2025

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