Guardianes: Los héroes aztecas.

CAPITULO 7

P.O.V Adeline

Decido ir a mi casa, para descansar había sido un día bastante ajetreado, al entrar a mi cuarto me siento otra persona, veo diferente mi habitación desde cuando se había vuelto solo Dylan, sin querer había reflejado todo con fotos de nosotros, a cada parte que volteo estaba él, era como si cerebro tratara de llenar el vacío con él.

—Adeline ¿Tienes mucho que llegaste cariño? — Dice mi madre desde la puerta, antes paseaba por la casa como si fuera una pasarela, ahora era como cualquier madre, con pants y camisetas largas.

—Uhm... No, llegue hace poco — Comienzo a arrancar todas las fotos.

—¿Terminaron? — Mi madre entra al cuarto cerrando la puerta, como si alguien nos fuera a escuchar. Ante todo ella quería preservar nuestra conversación confidencial aunque fuera a decirle todo a mi padrastro por la noche.

—Se podría decir que sí... — Me sentía extraña hablando de eso con mi madre, creo que era por la falta de confianza que me impedía hablar de eso.

—Ven aquí cariño — Me acerco a ella, me abraza mientras acaricia la cabeza, entre sus brazos comienzo a llorar, no lloraba por Dylan, lloraba porque mis hombros nuevamente se sentían pesados, ahora no solo tendré que lidiar con salvar el mundo por segunda vez, si no, hacer un buen trabajo para que no le pase nada y enseñarles bien a los guardianes, mi madre me abraza más fuerte —. Si lo hablan podrían volver...

—Él no termino conmigo... yo termine con él — Me alejo mientras sigo gimoteando —. Me gusta alguien más...

—Uno, no se enamora de otra persona si la otra ya no está en tu corazón Adeline.

—Es que mamá, me enamoré de él cuando menos lo pensaba, y ya acabé todo con Dylan y creo que el me odia — Lloró mientras ella me abraza.

—Ten seguridad en tus acciones que vayas a tomar, en los sentimientos que sientes porque si en un futuro sientes que te equivocaste de persona, no habrá vuelta atrás, así que mientras estés 100% segura de saber con quién quieres estar yo te apoyo al 101%

Mi madre no me pregunto nada más y estuvo allí para que calmara, en cuanto lo hice me ayudo a acomodar más rápido mi cuarto, quitar todas las fotos, guardar sus cosas en una caja, estaba cerrando una etapa, amaba a Dylan, pero no de la manera en la que suponía, y la pelea que habíamos tenido, era lo suficiente grande como para terminar esta amistad.

—Si me necesitas... háblame — Me dice mientras acaricia mi cabeza y sale del cuarto.

Tomo mi cuaderno y comienzo a buscar cosas en internet, saber cómo es el museo, familiarizarme, encontrar cosas, ver cómo ayudar, alguien sube a mi techo que estaba a la altura de mi ventana, apago las luces y poco a poco abro la cortina para encontrarme con Dylan, estaba allí, como si nada, trae algo de comer, pues no había comido nada, algo en mí me decía que era Sushi.

—No podía dormir, y encontré la importancia de ir al museo — Dice sacando cosas de su mochila.

—Ayúdame a tender la cama y ponernos a investigar — Entre los 2 lo hicimos más rápido, veo el perímetro para verificar que mi madre no estaba cerca, cierro la puerta con candado, el ambiente estaba un poco tenso.

Reviso los periódicos y noticias, de que trasladaran el penacho de Moctezuma, algo tenía que ver con nosotros pero ¿Qué?

—Míralo con atención... — Al mirarlo, miramos que lo que importa en verdad eran las plumas.

—Necesitamos las plumas de Quetzal... Eso ya nos lo había dicho el abuelo, no es noticia nueva — Le digo —. En unos manuscritos antiguos que encontré había una forma de ir a "abajo".

—¿Cómo? — Pregunta Dylan tomando su teléfono para llamar a Noah, este contesta a adormilado.

—Espero que sea algo bueno enserio... — Bosteza más de una vez estaba muy dormido.

—Creo que encontramos como ir a "abajo" — Hablo en susurro.

Se escucha un silencio, para después las voces de Nathan y Silas.

—Hay que dejar dormir a Diane — La voz de Nathan está un poco ronca.

—Ella es importante en esto — Digo, nos quedamos nuevamente en silencio para luego escuchar un bostezo diferente era Diane.

—En un manuscrito antiguo encontramos como trasladarnos a un santuario, para ello los necesitamos — Era algo que ya sabíamos, pero teníamos que verlos a ellos antes que a todos.

—Mañana a las 8 aquí, y Adeline duérmete ya — Me rio, antes de colgar, me había entrado un gran sueño.

—Ya me iré — Dice Dylan recogiendo sus cosas, no me miraba.

Toma todo, lo hecha rápido en su mochila ignorándome completamente, mientras echamos la basura en el cesto de al lado.

—¿Podemos hablar? — pregunto, sosteniéndolo de la mano.

El asiente, y vamos hacía la ventana en el techo donde solía estar con mi papá, la última vez que estuvimos aquí fue antes del baile, y de verlo morir, en mi cabeza seguían esos recuerdos, pero ahora tendría que buscar las palabras para hablar con él.

—¿Te gusta Malek? — Dice abrochándose la chamarra, antes me la hubiera dado.

—Sí... — Mis ojos se llenan de lágrimas y me dan por llorar.




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