Guardianes: Los héroes aztecas.

CAPITULO 20

P.O. V Adeline

Me sentía defraudada decepcionada, e incluso traicionada por mí misma. Había apuñalado a Noah pues de cierta manera así debía de ser. Debía de tomar la sangre de un amigo a la fuerza para que esto funcionara, pero seguía fallando como siempre, siento una sensación de escalofríos recorrer mi cuerpo al mismo tiempo que siento una punzada en mi brazo fracturado por Nathan. La misma persona que me había esforzado en salvar me alejaba.

La mano de Malek golpea mi frente, haciendo que salga de mis pensamientos, no sabía dónde estábamos, me había perdido tanto en mis pensamientos que me había olvidado a donde ir.

—Ven conmigo — Me jala hacía una pequeña cafetería. Estaba cubierta de plástico, y olía humedad, su cara se ilumina al darme un tour —. El abuelo me regalo esto…

Su cara es de felicidad pura, me lleva a la barra mientras me ayuda a sentarme en el banco, detrás de la barra saca su kit de emergencia y comienza a curar mis heridas, mi ropa estaba manchada de la sangre de Noah. Dejo unas lágrimas caer, mientras el me trae un cambio de ropa, era su ropa.

—Hey tranquila princesa — Levanta mi cara, mientras dejo salir todo lo que llevaba atorado, me aferro a su camisa, mientras dejo salir todo el miedo. Trato de alejarlo al sentirme débil, pero era estúpido el solo me abraza más fuerte —. No te dejare ir hasta que dejes de temblar.

Inconscientemente mi cuerpo admitía ante el que seguía asustada.

—¿Sabes por qué te traje aquí? — Me dice mientras me ayuda a cambiar, Diane era la que me ayudaba a cambiar de blusa pues era difícil con un solo brazo, este se queda a medias mientras mi blusa deja ver mi vientre, en él había heridas que había olvidado que estaban allí, trato de cubrirlas al ver su cara de miedo.

—No es lo que parece… — Este me deja la camiseta mientras sus ojos no me miraban realmente no sabía el significado de esa mirada —. ¿Malek?

—Adeline, explícame — Me pide, su respiración se vuelve agitada.

—Estas son heridas, hechas las primeras veces que viajamos abajo Diane y yo… Nada salió bien — Le confieso, mientras toma mi cara.

—Me preocupas Adeline — Me dice Malek, mirándome a los ojos, lo único que podía hacer era agachar la mirada, y ocultar la vergüenza que sentía. Odiaba tener que guardarme las cosas, pero debía de ser de esta manera. Levanta mi camisa, mientras cierra sus ojos, el en realidad estaba empeñado en ayudarme —. No voy a mirar nada, solo déjame ayudarte.

No podía entenderlo, así que dejo que me ayude. Todo era más difícil sin Dylan, me tapo la boca pues que estúpida por pensar eso, cuando tenía a Malek aquí.

—¿Quieres comer algo? — Me pregunta Malek, pero niego con la cabeza, no tenía hambre, ni ganas de nada en específico solo quería recostarme.

—Tuve que apuñalar a Noah… La herida que tenia se la hice yo — Le digo mientras comienzo a llorar, este me abraza, pero porque no me gritaba como Nathan o me decía algo más, porque solo se limitaba a darme su compasión —. ¿Por qué no te molestas o me dices algo?

—Suficiente ya tienes con lo que pasa en tu cabeza, como para atreverme a decirte algo más, ¿Qué clase de persona crees que soy? — Su celular recibe un mensaje de texto, su cara cambia, no duda en enseñarme, era un mensaje de Malak, con el texto de que Noah quería verme, no dudo en tomar mis cosas e irme directo. Corría en short de leggins y una camisa de Malek que me quedaba grande, mis pies semi descalzo a excepción de los calcetines no evitan que sienta el piso húmedo, unas gotas de agua comienzan a caer, antes de entrar a la tienda.

El abuelo atiende a unos clientes mientras abajo hacia el sótano, para ver a Noah cerrar y abrir el puño, mientras habla con Diane.

—Noah… — Le habló, y este me mira. No podía leer su mirada, pero solo hasta que sus brazos se abren, me hace darme cuenta de que no me culpaba por haberlo dañado, estaba tan angustiada y me sentía culpable —. Enserio, pero enserio perdóname.

—No me dañarías a menos de que en verdad fuera necesario para la misión — Me dice mientras se limpia una lagrima.

—Necesitamos volver, no funciono porque habían 2 de ustedes — Dice Señalando a Diane y a mí —. Ambas son diosas de la guerra, no puede haber 2 de ustedes. Es más, en este momento ¿Por qué hay 2 de ustedes?

—Tiene que ver con acerca de que Adeline no pertenece a este mundo… — Refuta Silas, quedándome contra la espada y la pared —. Necesitamos que nos digas todo Adeline.

La cara de Malek se queda paralizada ante estas palabras.

—Es demasiado complicado… — Digo mientras evito mirarlo, había cometido el error de hablar de más, lo que me estaba costando ahora soltar la verdad —. Soy un recipiente de dioses, así me llamo Sejmet. Nací para ser el canal de comunicación con el mundo “normal”.

—Adeline… — Se acerca Malak a consolarme, pero no quería ser consolada, sé que había estado haciendo las cosas mal pero no quería que me dieran por mi lado necesitaba su ayuda, pero la mirada de Malek hace que sienta escalofrío.

—Siempre ha olvidado que somos un equipo — Lucía defraudado, este se da la vuelta para irse, pero algo parece detenerlo, se sienta en el sillón cercano para darme la espalda.




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