Guardianes: Los héroes aztecas.

CAPITULO 21

Estaba cansada y agitada, el regreso al inframundo me hacía darme cuenta de lo delgada que era la línea entre la vida y la muerte, Noah me ayuda a pasar entre los escombros, mientras Dylan, Nathan y Silas buscan donde Diane pudo haber tirado el collar, me quedo callada un segundo mientras escucho un ruido peculiar era como agua cayendo, obligo a todos a callar.

—Nathan ¿Escuchas eso? — Le pregunto, ambos caminamos al centro.

—¿Agua?... — Me pregunta mientras buscamos en el piso. Volteo para mirar a Dylan que estaba callado, mirando fascinado. Cada vez el camino era largo, y difícil por el escombro que nos dificultaba el paso —. Lo siento…

—¿Por qué te disculpas? — Le pregunto dándole la mano.

—Yo solo te he causado problemas, y tuve la mala idea de reclamarte por lo que le hiciste a Noah… — Me dice haciendo referencia a mi brazo e incluso a lo que dijo antes —. Haz hecho tanto por mí…

—Desde un principio te dije que te iba a ayudar Nathan, eso implica aún si me termino destruyendo por hacerlo… — Obviamente me sentía mal por las palabras, pero tenía que dejarle un poco de la responsabilidad… —. Quiero que me hagas un favor.

—¿Cuál?

—No le digas a nadie sobre la línea de mi vida — Le digo haciendo que mire la pared, que estaba aún lado de nosotros, nuestros nombres estaban escritos, conectándonos a todos, pero al mismo tiempo nos separaban, mi línea comenzaba a flashear.

—Eso significa…

—La vida que estoy tomando es prestada…. Te lo digo porque si ganamos puedes salvarme… — Le pido el favor que me había tomado tanto confesarle. Lo que en verdad significa ser un recipiente. La anterior vez fui el recipiente de Sejmet y ahora el recipiente que estaba destinado a hacer un sacrificio…

—Adeline… Tú vas a morir… — Solo le sonrió mientras su cara se fragmenta.

—Adeline — Me habla Silas dejando ver que lo que antes era la inscripción hecha de cemento, era un gran hoyo que dejaba ver hacía el fondo el collar hundido, era inútil ir debajo de esta manera nos quedaríamos sin aire, pero Dylan se avienta sin dudar para ir por él, me quedo al borde mirando como este se trata de acercar.

—¡Silas luz! — Le grito, pero es Nathan quien toma la delantera al saltar el también para ir por el collar.

P.O.V Nathan

El agua estaba helada, sentí la necesidad de dejarme caer pues sentía un deja vú con respecto al mal sueño que tuve, esperaba que “Witsi” no me traicionara, había entrenado mis pulmones cada vez que me bañaba pues no quería volverme a ahogar, quería superar mis miedos, mis traumas, lo debía de hacer por mí mismo. También debía hacerlo por Adeline, tenía que salvarla. Nado aún más fuerte pues sentía la desesperación, sentía la ansiedad…

No sabía de donde Dylan agarra tanto aire, pero una vez lo suficiente profundo para notar como el collar se estaba alejando, me quedo quieto para darme cuenta de que se estaba alejando de Dylan.

Lo jalo de la camisa, para indicarle que me aluce mientras me acerco.

“¿Nathan?” La voz de una mujer me sorprende. Era la misma Coatlicue “Ustedes hicieron esto a mi templo”

Quería hablar, pero el abrir la boca hacía que el aire se me escapará, trato de mantener más tiempo el aire.

“Diosa, escúchame. Te ruego que me des tu collar” Le pido en mi cabeza, no sabía a ciencia cierta si este aún seguía en mi cabeza, solo sabía que quería pedirle.

“¿Para qué quieres mi collar?” ¿Por qué no lo dejaba ir tan fácil? Ella misma había mandado a Diane como su elegida, pero no le daba las herramientas para ayudarla. La ignoro mientras por fin logro alcanzarlo, lo tomo entre mis manos, recuperando el aire que estaba perdiendo “Confió en los guardianes… pero no en ese intruso…”

Me dice mientras logro mirar a Dylan, como lo que era, una chica de cabello negro, sonrisa tenebrosa, trato de no hacer un escándalo.

“Adeline… ¿Me escuchas?”

—¡Nathan! — La escucho gritar mientras subimos.

“No es Dylan, necesito que actúen como si fuera Dylan. No es Dylan” Al tocar la superficie todo vuelve a agitarse. El falso Dylan me ayuda a subir, destellos blancos me impiden ver cómo es que corremos, como es que la chica pelinegra que estaba a mi lado toma a Adeline del brazo para ayudarla a correr, e incluso a saltar, los destellos me hacen darme cuenta de que ahora Adeline, no tenía su yeso.

Todo ese cambio de luces, y el movimiento tan rápido me impide ver cómo es que estamos de nuevo arriba, hasta el aire se me había ido. Albert me pone una toalla seca mientras recuperamos el aire. Sentía una presión en el cuello a causa del collar. Al verlo bien, eran corazones y manos abiertas.

Me da por toser escupiendo el agua.

—¿Qué demonios paso abajo? — Pregunta Owen, ignorando a la intrusa.

—Nathan, dame el collar — Pide el falso Dylan. Esta chica ya no se preocupaba de que ya había sido descubierta, su mascara se había caído, al verla bien, podía recordar quien era ella, era la misma chica que había visto con Marcos.

Me niego a dárselo, y en cambio lo tomo más fuerte. Ella se miraba desesperada, su piel estaba fragmentada y pálida. Era bella, pero se miraba más grande que nosotros, era más grande.




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