Guardianes: Los héroes aztecas.

CAPITULO 30

El ambiente estaba bastante tenso, pues la rivalidad de Dylan y Malek se hacia presente, por un lado, Malek quería protegerla y confiaba en nosotros para poder detener a las deidades que nos asechaban, pero Dylan se ponía más el hecho de lo que ella quisiera, sin duda era un conflicto que a ninguno le correspondía resolver, había muchos libros tirados en el piso y otros más sobre la mesa, hablaban de lo mal que lo estaban pasando de lo que realmente necesitaban encontrar, una solución.

—Tenemos los tres objetos es momento de actuar — Dice Malek preocupado, el realmente estaba cegado por su preocupación.

—Necesitamos a Adeline — Dice Dylan siguiendo con la riña.

—Es correcto, ella necesita ser el sacrificio por eso la necesitamos con vida — El solamente decirlo causa indignación y en realidad sonaba demasiado mal, pero era la verdad, ella era la chica que nació para ser el canal de los dioses con los humanos, todos aquí teníamos una finalidad —. Debemos de despertarla, pero ella ya no está aquí.

—¿Qué quiere decir eso? — Pregunta Owen tomando asiento, lucia cansado. Todos lucían cansados.

—Que ella ya cruzo al otro lado, ¿No es así? — El abuelo hace su aparición bajándose con ayuda de Noah, cada vez estaba más viejo. La edad lo estaba afectando.

—No lo sé, lo único que se es que no pude sentirla… Su cuerpo esta allí, ella está allí, pero es como si solo fuera el cascarrón… — Me siento para comenzar a comer el arroz pues estaba hambriento.

—Hemos revisado todos los libros y no hemos encontrado nada — Noah se sienta delante de mí, de una manera haciendo una presión.

—No, no han buscado correctamente — Me pongo de pie dejando salir la energía verde, en mi cabeza el único pensamiento era enseñarnos lo que desconocemos, encontrar una manera de salvar a Adeline, nuestros pies comienzan a temblar y de la mosqueta sale un libro lleno de tierra y raíces. Tomo el libro para darme cuenta de que estaba inscripto, no se podía leer tan fácil.

—Demonios… Sonaba tan fácil… — Dice Anthony sentándose redimiéndose, lo tomo y se lo arrojo a Dylan.

—Si es que sigues hablando con Thot, demuéstralo — Este lo toma como un reto, pues toma el libro apresurado para enseñarnos el destello naranja. Rebelando una inscripción en español, sangre cae de la nariz de este, pero pasa a segundo plano Silas, Diane y yo tomamos el libro para buscar el apartado que necesitábamos. No había algo ‘recipientes de dioses: como salvarlo’ mayormente eran cosas dichas en distintos rituales para ser interpretados por nosotros en la forma que lo necesitábamos.

Lo más cercano era el espiritismo, la iglesia cristiana estaba en contra de esto, pero que importaba en este momento, si todos supiéramos que estábamos haciendo, se pondría en duda la creencia. Entre más leía más encontraba en ciencia cierta lo que debíamos hacer, siento de nuevo un jalón que me hace darme cuenta de que seguía desprendiendo luces verdes.

—Lo siento… Sé que debemos hacer — Comienzo a dar ordenes de cierta manera de los materiales, pero ahora se necesitaría alguien dispuesto —. Para que esto funcione alguien debe de darle energía.

—Lo haré yo — Dice Owen, pero niego con la cabeza.

—Debe ser alguien que este ligado a ella, en todos los sentidos — Malek asiente con la cabeza, para tomar el rol, pero yo solo miro a Dylan. El tenía que hacerlo, también podría ser Malek pero por sus emociones la acción se miraría afectada.

—¿Qué tengo que hacer? — Me pregunta.

—Mantenerla viva hasta que llegue el momento.

—¿El momento de qué? — Todos sabíamos bien, pero era como si necesitáramos la reafirmación de esto.

—De que ella vuelva a morir.

Malek se toma un momento, para salir. Todos estábamos consternados, pero después de un momento me ofrezco para seguir a Malek, mientras guardamos las cosas, el punto más alto de energía seria en casa de William Allen. Este estaba sentado en la acera, el frio seguía, pero el lo soportaba por el cigarro, nunca lo había visto fumar. Me siento a su lado y este apaga el cigarro.

—Soy un imbécil… — Dice así mismo —. Se que debería de querer que mi novia este viva, pero si ella esta así por lo menos puedo protegerla, puedo evitar que muera. De la otra manera ella va a actuar a su ritmo, a su manera, y cometerá la acción que la va a condenar.

No parece querer que diga algo así que solo me queda escucharlo.

—Lo que una vez me hizo que me enamorará de ella, es lo que ahora me hace perderla…

—¿Qué harás? — Le pregunto mientras la tira la caja de cigarros al bote de basura cerca.

—No lo sé… — La conversación no dura mucho pues todos comienzan a salir. Caminamos en el frio de camino nuevamente a la casa del padre de Adeline, entre todos sacamos el cuerpo frio de la bañera con hielo para ponerla en el piso, ella lucía muerta, pálida, acaricio su frente para dejar caer un poco de mi sangre, esta comienza a entrar en ella.

Es como si ella se esforzaba en tomar todo, como que la parte que seguía viva se esforzaba por mantenerse así, limpio la sangre con mi meñique mientras ponemos en el piso ponemos los cristales, no significaba que no lo aceptáramos, más bien era que la mayor parte de su poder se concentraba en esos cristales, nos ponemos de tal modo que no dudamos en romperlos, haciendo que la energía regrese a su dueña.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.