Guardianes: Los héroes aztecas.

CAPITULO 32

P.O.V Nathan

A pesar de que ella ya estaba despertando la espera era larga, los libros decían que Adeline necesitaba aceptarlo, pero el que ella lo aceptará era esperar demasiado, me siento en el sillón, mientras mi hermana se sienta conmigo, trato de evitar mirarla, pero ella me acerca hacía ella, para abrazarme, mientras acaricia mi cabeza.

—¿Si te hubiera contado de todo esto me hubieras creído? — Le pregunto ella se queda un segundo en silencio considerándolo.

—Tal vez no al principio, pero al verte a los ojos sabría qué dices la verdad — Había olvidado tantas cosas de mi hermana, ella me acaricia la cabeza —. Eres más de lo que piensas Nathan.

—Lo sé, pero todo esta tan confuso, nada está conectado con Adeline — Pero recordar lo que dijo Dylan respecto a que no se trataba de ella, si no de mí, hace que el texto que leí tiempo atrás tome sentido de nuevo, todo eran encrucijadas, dejo a mi hermana mientras busco en la biblioteca del padre de Adeline algún mapa, Diane y Silas me miran extrañados.

—¿Qué ocurre? — Me pregunta Silas.

—Creo que se dónde puedo separarme de Huitzilopochtli — Estos me ayudan a buscar un mapa, mientras la voz en mi cabeza más inestable se deja salir, era difícil convivir con él y lo único que lo limitaba a que se saliera de mi cuerpo era una maldita soga atada a mi mano —. Si el sale tienen permiso de darme con una daga, no moriré pues el me necesita vivo. Todos estos años he intentado morir más de una vez, y la razón por la que no he muerto es porque él me ocupa vivo.

—Que irónico, Adeline lucha por su vida y tú no puedes morir — Me dice Dylan desde la puerta, acercándose para ayudarme, lanzando un libro —. Albert menciono que te podría servir.

"Los caminos de la existencia están hechos de encrucijadas. Lugares de encuentros y separaciones, de convergencia, así como de divergencia, de meditación, de espera, de revelaciones o apariciones, las encrucijadas son centros neurálgicos donde se define el destino de los individuos y las colectividades"

Sonrío pues se había dado cuenta, el texto comienza a tener significado, saco el mapa de la ciudad de donde todo empezó.

—Diane, ¿Dónde te recluto Coatlicue? — Ella mira el mapa mientras marca el hospital, lo mismo con Silas, quien marca su casa que quedaba muy lejos de la escuela, trazo una línea dando un triángulo.

—Tardaremos días intentando saber la locación — Siento una punzada en la cabeza, que hace que mis recuerdos se miren alterados, Silas empuña la daga, recordando que donde acepte a Huitzilopochtli en realidad fue en un risco —. ¿Nathan? 

Silas comienza a acercarse mientras Diane me encierra.

—Estoy bien… El maldito no quería que supiera… — Digo mientras Diane me mira aterrada, el espejo muestra como la marca que Adeline tenía estaba en mi cuello, este estaba empezando a consumirme… —. No me queda mucho tiempo…

De pronto necesito sentarme, Dylan corre a traer a mi hermana, pero en qué parte de la carrera de medicina te enseñan como curar a un chico que guarda a un dios. Me levanto mientras trato de ver, pero este dios me tenía controlado la vista, se me nubla haciendo que solo pueda ver siluetas, este cada vez se esforzaba por tener mi cuerpo. Golpeo el escritorio mientras me aferro a este.

—Pachihui — Le digo que se calme al dios suprimiendo la energía, encontrar estas palabras fue lo que me había pasado, mi hermana entra apurada con Michael y Malek quienes se limitan a verme desde la entrada —. Maldita sea…

Escupo algo de sangre, me recompongo un poco mientras con ayuda de mi hermana me siento.

—¿Qué queda al centro? — Pregunto mientras Albert entra, el ruido había sido tal que las personas comenzaban a llegar.

—¿Hablas del baricentro? — Me pregunta este último, pero no sabía, había dejado la escuela, como la mayoría de lo que estábamos aquí por no decir todos, el trabajo de dioses nos había tomado todo nuestro tiempo, se apoya en el mapa tomando sus dedos como referencias para usarlos como compas, marcando círculos en cada orilla, para con mano alzada marcarlo —. Es aquí.

Silas se acerca a ver, pues el había crecido en la ciudad, más que nadie sabía que había en cada lugar.

—Es como un risco ¿Verdad? — Este asiente, miro a todos a mi alrededor para darme cuenta de que todos me apoyaban —. Si ustedes están aquí, quien está cuidando a Adeline.

Como era de esperarse su ausencia en la cama, hace que nos preocupemos, unos ruidos se escuchan en el baño, Malek de una patada abre la puerta rompiéndola, mirando a Adeline con el espejo roto, tratando de cortar su brazo, mientras la herida que se había hecho se regeneraba inmediato.

Sentía un alivio recorrer todo mi cuerpo, las fluctuaciones de su mana se alejan mientras mueve el cabello, la energía carmesí hacía que su cuerpo se regenerará.

—Nathan ¿Qué hiciste? — Me dice agitada.

—Te estoy salvando… — Cruzo entre los vidrios rotos con mucho cuidado, para poder quitarle el vidrio, mientras me abraza, era tan delgada, parece recuperarse en sí, por que me aleja para abrazar a su madre mientras lloran en el piso. Les dejamos su espacio.

Me siento en las escaleras un momento antes de sentir toda la energía, Rosa me da un beso en la cabeza, pero tenía algo que hacer.




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