Guardianes: Los héroes aztecas.

CAPITULO 44

Estaba tan cansado y agotado, y sobre todo herido busco a Adeline con la mirada pero era inútil ella no murió a causa de los dioses, ella murió a causa de que la solté y como no era suficiente la apuñale, trate de sostenerla con todas mis fuerzas, pero fue demasiado estúpido, me odiare a mí mismo por siempre gracias a la angustia que vi en sus ojos al caer, como ella me dijo que siempre me amo, yo también la amaba, sabía que la amaba pero renuncie a mis sentimientos y hui, no le tenía muerte a morir, ya le había dicho una vez, la verdadera razón era por que no estaba dispuesto a verla con alguien más, ella tenía razón siempre era un egoísta.

—¿Dónde estamos? — Pregunta Malak tomando en brazos a su hermano. Podría recordar a Malek como alguien fuerte, casi como un dios, pero en este momento él era humano, lloraba como en el momento que le dijo a Adeline que la amaba.

Aplausos se hacen llegar por toda la sala, pero nosotros no ocupábamos aplausos, ocupábamos de regreso a Adeline, una mujer se hace presencia y es cuando Diane toma a la mujer de sus prendas.

—Dijiste que nadie saldría muerto, lo juraste— Estaba furiosa, y sus manos tenían un brillo extraordinario —. Cumplí mi parte y les oculté que no hablaba contigo. Tráela devuelta.

—Dije que ningún guardián saldría muerto, Adeline jamás fue un guardián ella siempre fue un recipiente.

—¿Podemos verla? Permíteme verla — Pide Malek, mientras esta niega con la cabeza.

—Hay dolor en cada palabra que emiten estos niños… — Habla otra dios, no me importaba saber quiénes eran me importaba saber si ella iba a regresar, si ella volvería, me descompenso mientras James me toma —. Hay que borrar sus recuerdos ¿No es así?

—¿Por qué son tan crueles con nosotros? Nosotros no pedimos ser dioses, ni siquiera unos malditos guardianes ¿Por qué se empeñan en usarnos y botarnos cuando no les servimos? ¿En borrar su maldita incompetencia? — Grita Noah siendo el primero en decir lo que siente.

—¿Cómo podemos asegurar su protección si saben que cometemos errores? — Exclama Tlaloc, el ambiente se estaba tornando tenso, sería una guerra entre dioses y guardianes, sería difícil, pero teníamos que jugar nuestra última carta para traerla, para verla.

—Nadie cree en ustedes, quedaron olvidados por un religión. Protegen al pueblo que olvido sus raíces — Dice James enojado, una vez más nos ponemos de pie, estábamos cansados, pero Adeline había movido cielo mar y tierra por nosotros, era lo mínimo que podíamos hacer, era nuestro deber —. Puedo jurar que nosotros antes de toda esta mierda ni siquiera creíamos que existía algún dios…

—Que valientes son al llevarnos la contra ¿No aprendieron la lección? — No teníamos poderes, estábamos heridos tanto física como emocionalmente

El único poder que tenía yo era el de la observación, los demás alistan sus poderes, listos para hacer lo necesario para atacar, un rugido se me hace conocido, sabía que era Sejmet.

—Ustedes harán lo que quieran con sus guardianes, pero de los míos me encargo yo, de mis guardianes me encargo — Se impone la diosa de la guerra, todos sabían su mal carácter, ella cruza las miradas conmigo sabiendo toda la historia en mis ojos —. Ay mis niños…

—Sejmet… — Me acerco a ella mientras podría jurar que la diosa lloraba, que una lagrima resbalaba su rostro, pero ha de ser la percepción, ella mueve su mano para cambiar de lugar, no está Diane, ni Nathan ni mucho menos Silas.

La habitación era parecida a una casa, pero a diferencia que todo estaba hecho de arena, sabía que estábamos en el lugar donde borro nuestras memorias.

—No fue su culpa… — ¿Cómo es que no lo fue? Todos tuvimos que ver en eso, nuestra negligencia —. La razón por la que borramos su memoria la primera vez es porque así lo dicta nuestro raciocino.

—Diosa madre… permítame recordar a mi amada… — Pide Malek, mientras como puede se suelta de Malak para ponerse de rodillas —. Permítame por favor recordarla, porque pensaré que fue un sueño y la buscaré en miles de personas, siendo estúpido… permíteme que conserve sus memorias, su sonrisa.

Ruega llorando, jamás lo había visto de esa manera.

—Le entrego mi lealtad si me permite recordarla… — Ya nadie hablaba de recuperarla si no de conservar su recuerdo, es como si nos hiciéramos a la idea de que ella ya no volverá de que ella ya quedo en el pasado, es como si supiéramos que pedir que ella volviera es un capricho, pues ella no quisiera volver, ella pidió no ser salvada…

Todos comienzan a arrodillarse uno a uno, pidiendo piedad, habíamos salvado tantas vidas, habíamos salvado al mundo por los dioses y aun así nos tenía a su merced, faltaba yo, pero sabía que si me quedaba con sus recuerdos no podía vivir sin ella, no es que no pudiera es que no quiero, no quiero despertar y saber que no pude hacer nada por ella.

—Dylan… — Me dice Malak estirando su mano, pero yo si quería olvidarla, porque si vivo con su recuerdo sé que podre cometer una idiotez, siempre fui débil y sin ella que me quedaba…

—El aún no está listo — Dice mientras con una mano esfuma a los demás me levanto para ver que no quedaba rastro de ninguno —. Ven.

Me lleva por un largo camino donde todos parecen ignorarnos, a nadie parece importarle realmente que la diosa madre estaba caminando a su lado, si no que un mortal lo hacía, y es cuando a lo lejos mis ojos me permiten verla, ella estaba en una banca hablando con lo que parece ser su padre.




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