Guardianes [secuela de «mi ladrona»]

Capítulo 35: Más Ilusiones

Anteriormente…

La cabeza le dolía horrores, con esfuerzo se levantó del lugar apoyándose del árbol donde estaba recostada, se siente un poco mareada y sus sentidos por alguna razón no estaban completamente despiertos.

—¿Nadia? —De inmediato reconoce la voz de Marcos y levanta la cabeza para verlo llegar a donde ella con rapidez— ¿Estás bien Nadia?, ¿Te duele algo? —pregunta tomando la cabeza de la vampiresa entre sus manos.

—Me siento un poco mareada y mis sentidos siguen dormidos —explica con sinceridad mirando a los ojos del licántropo.

—No te preocupes Nadia —dijo abrazándola—, vamos a salir de aquí.

Con satisfacción la vampiresa abrazo a Marcos esperando sentir su calor corporal, sabiendo que al ser un licántropo su cuerpo siempre es caliente, pero… algo la desconcertó.

¿Por qué su cuerpo está tan frío?

—¿Marcos, por qué estás tan frío? —Le pregunto directamente separándose de él.

—¿De qué hablas? Mi temperatura es normal, eres tú la que tiene un poco de fiebre —respondió con seguridad poniendo una mano en la frente de Nadia—. Vamos, tenemos que salir de aquí, tu fiebre está muy alta —La tomo de la mano con suavidad y comenzaron a caminar.

—¿Pero y Kayla? —Ambos se detuvieron— ¿Dónde está?

—Ella está bien, se encontró con Daniel y con Aidan, yo me devolví para buscarte —explico con una sonrisa.

—Oh, que bien —expreso aliviada, comenzó a caminar guiándose de Marcos, pero el presentimiento de que algo no anda bien no la abandonó ni un segundo.

Presente…

El gas que había olido le produjo efectos secundarios, sus sentidos están dormidos como si fuera un humano, no es algo que le agrade mucho a la vampiresa, pero tener sus sentidos débiles y estar vulnerable, no impidió que se diera cuenta de algo.

—¿Marcos a dónde vamos? —Pregunto con seriedad deteniéndose.

—Pues a la salida, preciosa —dijo con obviedad y Nadia frunció el ceño.

Marcos nunca la llama «Preciosa».

De pronto la vista de Nadia comenzó a cambiar, ya no veía a Marcos al frente de ella, ahora ve a un monstruo extraño de ojos saltones y aletas como manos, una baba extraña le recorre y no tiene dientes.

—¿Qué carajo? —Se pregunto más para si misma.

—Anda, preciosa vampiresa, vamos —La voz de aquel ser extraño salió distorsionada y Nadia se alejo unos pasos.

—Nop —Fue lo que dijo y comenzó a caminar en dirección contraria negando con la cabeza.

—¡Vuelve aquí! —Escucho el grito del monstruo y Nadia cogió la primera rama lo suficientemente grande para usarla como bate de béisbol.

—¡Te dije no! —Grito girando el pedazo de árbol y dando justo en la cabeza de aquel ser extraño.

El golpe fue certero; Olivia les había enseñado el deporte de béisbol hace unos años atrás y ella había resultado ser una excelente bateadora.

Ahora su respiración estaba un poco agitada y sus manos estaban algo lastimadas por haber golpeado tan fuerte, el contacto con la madera hizo que se le incrustaran varias estillas y dolía horrores. Lo bueno fue que el ser extraño quedó medio inconsciente en el piso, cuando Nadia vio que se movía un poco siguió dándole con su nuevo «bate», hasta hacerlo trizas.

—Y ahora, a buscar al verdadero Marcos —dijo alejándose del cuerpo inerte del ser extraño y comenzando a caminar sin rumbo fijo, con el «bate» en la mano, para encontrar a su licántropo favorito.

Y lo encontró, bueno él la encontró a ella.

—¡Princesa! —Grito cuando la vio y corrió hacia ella estrechándola en un abrazo.

El calor del licántropo traspaso hasta su cuerpo haciendo que ella suspire con tranquilidad, sus sentidos volvieron y ella sonrió soltando el bate para abrazar también a Marcos, su Marcos.

[…]

Anteriormente… (Marcos)

La cabeza del semi–pelirrojo le daba vueltas, con pesadez abrió los ojos pestañeando varias veces hasta acostumbrarse a la poca luz, no identifico donde se encontraba y eso le alertó, su corazón comenzó a latir rápidamente al darse cuenta de que no estaban ni Nadia ni Kayla.

—Argh ¿Dónde estoy? —Pregunto al aire tocándose la cabeza y mirando a todos lados.

—No creo que quieras saber —La voz apagada de su lobo hizo presencia a la vez que veía un árbol de rosas rojas.

—¿Cómo llegamos al Bosque Leinad? —Le pregunta a su lobo y este está tan confundido como él.

—Ni idea, pero creo que nos desmayamos con lo que olimos —dice desperezándose.

—¿Dónde estarán Nadia y Kayla? —Se pregunta levantándose del suelo y mirando a su alrededor.

—Hay que buscarlas —Sugiere su lobo sonando un poco más animado,

Luego de caminar un poco se encontraron con Nadia.

—¡Princesa! —Grito corriendo a dónde ella para poder abrazarla y la vampiresa se dejó abrazar.

—¡Marcos! —La vampiresa le abrazo emocionada.

—¿Cómo es posible que tus manos estén tan suaves todavía? —Pregunta Marcos a la vampiresa tomando sus manos cuando se apartaron del abrazo.

—Secretos de chicas —Aseguro Nadia sonriendo—. Vamos, sé cómo salir de aquí —Aseguro la fémina.

—Ella no es Nadia —Gruño su lobo.

—¿Cómo lo sabes? —Pregunto Marcos mentalmente, dejándose llevar por la vampiresa.

—Su olor —Fue lo único que necesito decir su lobo para que Marcos se detenga con el ceño fruncido.

—¿Quién eres y dónde está mi princesa? —Le pregunta está vez a lo que sea que está al frente de él y se suelta de su mano.

—Soy yo Marcos ¿No me reconoces? Quizás estás un poco aturdido por el golpe que te diste —Intento convencerlo.

—Claro, solo estaba contigo cuando nos emboscaron —Dice siguiéndole la corriente.

—Exacto, solos tú y yo —Cuando la chica iba a tomar la mano de Marcos una vez más, el licántropo de alejo.

—No eres Nadia —Aseguro el licántropo.

—¿Por qué lo dices?

—Porque Kayla también estaba cuando me desmaye y si no quieres que te arranque la cabeza por intentar engañarme, aléjate —Le gruño caminando en dirección opuesta.



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En el texto hay: confianza, lobos vampiros brujos

Editado: 11.09.2022

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