Me dirigí a mi casa, estaba en completo desorden y llena de gente por todos lados, subí a mi alcoba ,pase directo al baño, había aguantado hace horas para no descuidar a nadie, salí y me recosté unos segundos sobre mi cama, cerré mis ojos, buscando tranquilidad, de pronto recordé que aún no había abierto esa misteriosa caja.
Me senté sobre la cama y la tome, volví a buscar la cerradura, pues no tenía ningún ojal por donde introducir la llave-que raro objeto –pensaba, tome el sobre quizás la llave estaba adentro. Solo había un papel, lo abrí y vi que era una carta:
“Querida hija mía, lamento mucho no haber estado estos años a tu lado, debía alejarte del mal que me perseguía.
Nunca deje de pensar en ti ni un solo día, me costaba mucho no darme por vencida y buscarte.Fue una difícil decisión pero sabía que estabas bien y que Edgard lograría darte la vida que yo no. Espero sepas entenderme.
Hoy cumples veintiún año, dejas de ser una niña para convertirte en una mujer, por eso quiero obsequiarte algo muy valioso, algo que solo tú puedes tener.
Lo que hallaras dentro de este cofre es parte vital de mí, Úsalo con inteligencia mi linda Rowena.
Te quiere Caroline “
Mientras leía la carta no pude evitar escuchar un ruido sobre mi habitación, ahí se encontraba el desván, de seguro algo viejo caia.
Cuando termine de leer la carta, mis ojos se humedecieron, había leído las palabras de mi madre, ella si había pensado en mi todos estos años, y quizás fue ella quien lo dejo en la puerta,pero Porque no entro? Acaso no quería verme?, eso quiere decir que ella aun esta con vida, pensaba dentro de mí con entusiasmo y esperanza. Aun no sabía cómo abrir esa caja, que sería lo que me obsequiaba, tenía tantas preguntas.
Cerré la carta y vi que en dorso al final de la hoja había algo escrito, casi no se veía.
- aperire bruxum .
Al pronunciar esas palabras en vos alta, la caja se abrió sola frente a mi. Dentro de ella había un bonito frasco de vidrio con un líquido color dorado muy brillante. Que sería esa cosa que mi madre me había dado?.
Tome el frasco lo puse en mi escote y Salí a hablar con mi padre, debía mostrarle la carta. Amague a bajar las escaleras, pero un nuevo sonido me distrajo, algo se caía en el desván por segunda vez.-que pasaba allá arriba?-me dispuse a ir a ver .
Subí lentamente los viejos, estrechos y gastados escalones de madera uno a uno, mientras más me acercaba, más oía, había alguien, podía sentir leves susurros, la puerta estaba a media cerrar, la empuje con sigilo y entre.
Ross estaba sentada sobre una mesa vieja llena de polvo con sus faldas rojas levantadas, sus muslos se enredaban en las caderas de un hombre. Él tenía sus ropas desordenadas, sus pantalones desabrochados y se meneaba con fuerza hacia las entrañas de ella. Parecían dos fieras en celo, ella lo tomaba con fuerza de su amplia espalda y su otra mano sujetaba los negros cabellos de el, el beso su cuello y bajo hasta sus pechos, perdiéndose en ellos, Era el codiciado Eegon.
Mi mente se apagó, mi corazón se detuvo,mi respiración se detuvo, mis pulmones colapsarían, un frio se apodero de mi cuerpo y mis manos frías dejaron caer la carta que traía. La desilusión inundaba cada rincón de mi tieso cuerpo.
Ross-Rowenaa!! –quedo sorprendida al verme de pie en la entrada.
Eegon la miro y voltio a verme, su cara se desfiguro por completo, ellos no esperaban que alguien los viese, mucho menos yo. Estupefacta y en cámara lenta veía sin poder retomar el control de mi cuerpo, la indecorosa escena de los amantes.
Eegon voltio a acomodarse sus ropas…ella bajo de la mesa ,debía sentirse avergonzada, no podía mantenerme la mirada ni dos segundos seguidos, no sabía cómo reaccionar ,quería hablar pero nada salía de sus labios corrido, siempre supo lo que yo sentía por el príncipe y aun así había decidido ocultarme lo de ellos. De Eegon era de esperarse, pero de mi hermana mayor no.
Yo lentamente recobrar el aliento, mis sentidos se agudizaban, el olor a muebles viejos mezclado con el polvo y el sudor de ellos en la habitación, oía sus respiraciones agitadas, los balbuceos de Ross y veía sus sonrojadas caras con las miradas bajas.
Cerré mis manos y estas seguían frías como agua de deshielo. Sentía repulsión y desprecio hacia ellos. Mi hermana y el hombre del cual estaba enamorada, estaban teniendo un romance a escondidas y habían escogido el dia de mi cumpleaño para revolcarse como animales a pocos metros de mi. Mis lágrimas comenzaban a brotar ,la ira y el dolor se asomaban, debía salir de ahí.
EE-Rowena,Puedo explicarlo¡! –mientras terminaba de acomodar su ropa, intento hablar.
Di un paso hacia atrás y Salí corriendo de ese lugar, baje las escaleras completamente segada por la traición. Al llegar abajo, me quede sujeta de la baranda de la escalera, necesitaba un segundo para no desplomarme. La fiesta no había terminado, aun había gente en la casa, por el rabillo de mi ojo vi que alguien se me acercaba.