Guau! El Centro de Todo lo Tecnológico

17. "Y nunca encontré la estructura detrás de los libros"

No sé qué es lo que hace Alpha por las noches, la lógica diría que duerme; otros podrán decir que vaga sin rumbo por las oscuras calles; tal vez desaparece hasta que sale el sol o simplemente no existe respuesta correcta. Pero entre la noche del día de ayer y esta mañana, Alpha consiguió algo que generalmente no trae consigo; en una de sus manos traía su famosa caja de zapatos pero en la otra un objeto que jamás sería parte de este personaje sin que desentonara en su persona: En esa mano llevaba un libro.
El pequeño plenamente contento se movía entre los grandes edificios que predominaban en el Centro de Todo lo Tecnológico, obviamente su dirección es siempre la misma, y es por eso que existía la posibilidad que decidiera pasar todas sus noches en, ni más ni menos que Meep, su lugar favorito de todos en el mundo entero; pero no parece ser el caso. El pequeño se sentó a la mesa y espero a Mei para ser atendido, pero lamentablemente ella no se encontraba trabajando ese día. En su lugar un movimiento fugaz que hizo revolotear cortinas, papeles y faldas vino a reemplazarla, era Cyprien moviéndose un poco más rápido que de costumbre. El muchacho completamente desesperado le habló a alta velocidad al inmutable Alpha.
–¿Lo conseguiste?
Alpha afirmó muy contento y se dispuso a pasarle el libro que traía en sus manos.
–¿Y qué es esto?
Su rostro en parte desconcertado y en parte muy desconcertado miraba al frente a una estatua de negro que fue inmortalizada con una gran sonrisa, pero claro que fue tapada con un pasamontañas.
–¿Acaso no quedo claro ayer que es lo que tenías que traer?
Cyprien pasó de estar disgustado a muy a gusto, en el instante siguiente, cuando tomó el libro y sin pensarlo comenzó a leerlo. A simple vista parecía que era bastante interesante, ya incluso en la primera página; debo recalcar que Cyprien no es un lector veloz, tampoco uno lento, lo que sí es, es un lector constante. El libro, de tapa dura y bastante antiguo; con sus hojas ligeramente amarillentas y los bordes algo carcomidos por el tiempo; con un grosor que no superaba las quinientas páginas, pero con unas letras casi diminuta que lo alejaba de una lectura ligera, no dejaba de ser acosado por los ojos voraces de este adicto a la lectura.
Cyprien siguió leyendo, pero yo voy a retrotraerme a las acciones para que todo esto cobre algún sentido, o al menos lo intentaré.

En el día de ayer: Cyprien y Alpha fueron "echados" de la casa de Red por la hija del mismo. El muchacho de anteojos se sintió algo dolido por esta situación y se prometió que la próxima vez sería completamente bienvenido por toda la familia a la cual él está ayudando a rescatar (o al menos eso jura que está haciendo). Alpha no tenía ningún plan especial para con la situación vivida en la casa, de hecho para él había sido una visita muy provechosa y llena de gozo; pero su opinión no importaba, aunque tampoco la dio en primer lugar, a lo que Cyprien aprovechó para terminar de organizar sus planes.
Debía conseguir los aparatos necesarios para dejar grabadas sus conversaciones sobre la organización que está detrás de ellos y así poder usarla como prueba más adelante en el tiempo. Destaco que Cyprien no trae un celular consigo y no puede grabarla por eso; sería un problema si alguien lo rastreara por algo tan tonto como un celular. No tenía dinero suficiente para comprar nada, prácticamente, apenas podía comer. Los libros eran una prioridad y su vida iba después, así que es lógico adónde iba a parar su sueldo; básicamente era el que mantenía con vida la tradición de los libros físicos. Pero, sobre todas las cosas, la niña no podía seguir actuando como una serpiente que intenta inyectar su veneno, o peor aún una abeja asesina que, a pesar de que deba sacrificar su vida para acabar con la suya, no dudaría ni un segundo en clavar su aguijón. La teoría era realmente hermosa. Cyprien ya había planeado con lujo de detalles todo lo que debía conseguir para la visita del día siguiente. La suerte le sonreía ese día, tenía su pago en el bolsillo y simplemente debía dirigirse a una tienda y conseguir todo lo que se propuso para cumplir con su agenda. Pero es obvio que no lo hizo.
En el camino a la zona de comercios cometieron un grave error antes de llegar a la línea de meta; estaba a simples metros, pero los atajos improvisados pueden sacarte de la carrera. A su derecha vio algo que cualquier otro podría haber ignorado, pero claro, sino nada hubiera salido mal. En una pequeña "grieta", donde reinaba la oscuridad y la poca luz que pasaba cerca temía acercarse un poco más, se asomaba un pequeño cartel escrito en una hoja bastante demacrada y con una escritura muy rustica: Era un cartel de descuentos.
Cómo todo un adicto a las novelas, sabe también donde localizar las librerías; pero esta es diferente. Esta librería no era como las demás. En medio de los dos edificios se generaba una fisura en el espacio-tiempo, o eso es lo que se sentía al ver hacia allí. Cuando mirabas hacia la librería no se veía sólo eso, sino que también veías a través de ella, como si existiera pero no del todo. A pesar de la desconfianza que trae que un local se vea de esa manera, un jugoso descuento fue suficiente para atraer a una mosca a la telaraña.
La clase de libros que tenía iban de todas las épocas y de todos los géneros, a pesar de ser un lugar muy pequeño para traer tal cantidad de libros, ahí se hallaban. Los libros no estaban ni por cerca acomodados, era un rio que ocultaba por completo los detalles de la edificación y por momentos creerías que los libros eran la estructura. Pero eso en ningún momento disintió a Cyprien a alejarse de allí, su debilidad por los libros le puede jugar una mala pasada en cualquier momento.
En el mostrador, lo único que asegura que ese lugar no eran sólo libros (aunque si estaba parcialmente tapado), el dueño estaba completamente tapado de la cabeza a los pies y dejaba ver solamente parte de su boca gracias a su túnica con capucha. En ningún momento emitió sonido, hasta que dijo con voz muy grave y profunda: "Todo está a su disposición" y luego calló para siempre, al menos mientras ellos estuvieron allí. Cyprien estuvo de acuerdo con el hombre y comenzó a cargar libros en un bolso, lo que por supuesto desencadeno en la desaparición total de su salario.



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En el texto hay: comedia, novelaligera, ilustrado

Editado: 19.12.2018

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