Guau! El Centro de Todo lo Tecnológico

XXIII - Fade in,

La confusión, el dolor e incomodidad, los distintos tipos de comezón y unas imbatibles ganas de estornudar, me generaban varias preguntas al terminar con la inconsciencia de este desmayo (espero el último). ¿Por qué estaba todo obscuro? ¿Dónde es que estaba? ¿Acaso eso era alguien llorando? ¿Mi recuerdo de un montón de gemelos de pelo verde secuestrándonos a mi familia y a mí es falso? ¿Esta vez cerré la puerta de casa al salir?
Las respuestas no eran las que quería escuchar y aún así me encontraba rezándole a algún Dios que en el momento en el que pudiera ver me encontraría en casa con una Lyla "regañándome" porque estoy llegando tarde para traer a los niños del colegio. Tal vez existe un Dios, algún tipo de energía más grande o simplemente el Creador tiene tal poder como nos intentan hacer creer, no es que sea un sectario ni nada parecido, pero estoy seguro que ese ser o seres serían algo demasiado poderoso como para aceptar mi plegaria y venir a mi rescate, o tal vez sólo estaría muy ocupado mirando a chicas mientras se cambian. Lo único que era seguro es que cuando me quitaron la bolsa de la cabeza y pude ver mi panorama, era exactamente lo que temía, o al menos alguno de los que imaginé.

Miro hacia el frente al instante que mi entorno comienza a existir, solamente logra disgustarme lo que veo. Al parecer este secuestrador malvado no es más ni menos que el único candidato en la lista.
El Dr. Nails, mi archienemigo, mi némesis, mi piedrita en el zapato; al parecer no notó mi consciencia y se lo ve algo frustrado.
–¿Cuándo van a despertar? ¿Para esto me esfuerzo? ¿Para que me paguen haciéndome esperar? Debí traer algo para comer... muero de hambre... –A lo que el hombre nota mi cara, de desconcierto supongo, y se transforma de un enclenque pseudocientífico desanimado a un enclenque pseudocientífico pomposo. – Oh, veo que despertaste. Te preguntarás que traigo entre manos...
 

     

 

Para mi desgracia me encuentro atado a una silla, de lo contrario ya hubiera puesto manos a la obra y estaría escapando del lugar. Lamentablemente no sé como librarme de estas cuerdas. Aunque todo esto es teórico, no es que tenga un plan de escape.
–¡Verás, tu trabajo aquí será...! ¿O tal vez debería hacer una presentación más larga?
El hombre comienza a tantear su bata buscando algo.
–¿Donde es que lo dejé? Estoy seguro que lo guardé en algún lado.
A lo que en la desesperación del Dr. uno de sus hombres completamente tapados de pies a cabeza con su traje táctico de combate, le entrega un papel.
–Gracias. Como decía. Te preguntarás que tra-- no eso ya lo dije... maldición ya estoy todo sudado. Okay. –Dice cayendo sobre sus hombros abatido –Vamos al grano, necesito ayuda con eso.
Apunta hacia la máquina de clonación, exactamente igual a la de los planos ideados por mi equipo de investigación.
–Te preguntarás cual es el problema...
–Debo suponer que no lograste superar el conflicto que consiste en mantener al cuerpo clonado en una sola pieza, por lo que debo suponer que esos clones con los que nos atacaste no son más que un montón de intentos fallidos con menos de veinticuatro horas de vida.
En este momento me estaría tapando la boca, pero con las manos atadas lo único que puedo hacer es imitar la cara de estupefacción del Dr. Nails. 



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En el texto hay: comedia, novelaligera, ilustrado

Editado: 19.12.2018

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