Guerra Con Sabor A Ti

CAPÍTULO UNO: EL COMIENZO DEL ABISMO

CAPÍTULO UNO: EL COMIENZO DEL ABISMO 

 

De pequeña mi padre me enseñó a conocer las plantas, cuidarlas, regarlas, me enseñó que cada planta tiene un poder curativo. Cortando las plantas con mi padre, Anastacia nos interrumpe con la excusa de unos señores que lo esperaban en la sala ansiosos, él inmediatamente se dirigió a recibirlos, yo solo pensaba en cortar una hermosa roja para obsequiarle a mi madre, pero las tijeras eran demasiado grandes para mí y me corté, prontamente corría detrás de mi padre, pero él no me escuchó, recordé sus palabras antes de recibir a los señores que lo esperaban “quédate aquí, no te muevas, ya sabes que no me gusta que la gente que viene acá te vea” así que escondida detrás de unas macetas de gran tamaño veía a mi padre hablar angustiado con dos hombres, en seguida saca de un baúl una gran pistola, pero ya era tarde desde afuera de la casa disparaban sin cesar, los dos hombres que trataron de avisarle a mi padre cayeron al piso mientras él cargaba su pistola, yo solo tapaba mis oídos y lloraba sentada en el frío piso, no entendía qué era lo que pasaba, por un momento pararon los disparos, solo era silencio, solo se escuchaba el palpitar de mi corazón, quería que todo pronto acabara, pero solo era el principio de una larga historia.

Prontamente unas botas de cuero café, con parches negros y zuela de oro pasaron frente a mi mientras seguía tapando mis oídos, mi padre prontamente me vió y puso su dedo en su boca, demostrandome que pese a todo y pese a lo que pase tenía que guardar silencio, de sus ojos brotaron lagrimas y levantó la mirada “Me engañaste, eres una rata tricionera” 

 

𑁋 Mijo venga, aprenda cómo se hacen las cosas 

 

Ví cómo se acercaron unos zapatos negros mucho más pequeños que esas enormes botas 

 

𑁋 ¿Cuál es la clave? 

 

Mi padre me miró fijamente y gritó con todas sus fuerzas ¡Corre!

Yo sabía lo que tenía que hacer, pues mi padre siempre supo que algo así podía ocurrir, mientras el hombre giró a mirarme yo me levanté y corrí muy rápido mientras mi padre le disparaba por la espalda, escuché el disparo de mi padre y seguía corriendo, acto seguido escuché más disparos, estaba segura que esos disparos ya no eran de mi papá, mi corazón seguía latiendo fuertemente y salí pronto de mi casa, corría entre plantas y flores, al llegar al lago me tiré en éste y me escondí debajo de un pequeño puente de madera, el frío del agua se apoderaba de mi cuerpo mientras  temblaba de miedo, mis labios se partían, ya no escuchaba disparos así que decidí moverme un poco, inmediatamente mi  perro ladró desesperadamente y escuché el último disparo, Tobi cayó al agua frente a mí, levanté la mirada y esas botas que ví en la casa estaban encima mío, pisando el puente, quedé inmovil, temblaba de miedo, me asomé entre dos palos de madera de aquel puente y ví el brazo de aquel hombre sangrar.

 

𑁋 ¡Jefe! nos tenemos que ir, me llamó nuestra ficha de la policía y ya vienen para acá, tenemos que salir cuanto antes

𑁋 Ví una niña en la casa de el Ramón, ¿él tenía hijas?

            𑁋 No, yo lo investigué bien y solo tiene un hijo, el Samuel

𑁋A ese nomás no lo mato porque tengo planes para él

 

Esa voz se quedó grabada en mi cabeza y en mi corazón, como un puñal que me ha lastimado por años esperando ser retirada con venganza.

 

Fui a la casa nuevamente después de esperar a que esos hombres se fueran y ví a mi padre en el piso, con dos tiros en la cabeza y uno en el pecho, ya no me salían lágrimas, juré frente a su cuerpo vengar su muerte y la de tantas personas inocentes. Mi padre cometió muchos errores, pero era mi padre, no merecía morir así, de esa forma tan miserable. Yo solo tenía 7 años, acabaron con mi inocencia, con mi infancia, con mi familia, ese día juré acabar con esa mafia y que mejor manera de hacerlo que siendo la patrona.  

 

Escuché sirenas de ambulancias y autos de policías, mi hermano entró por la puerta de atrás y me tomó de la mano 

 

𑁋 Mi madre te espera en la camioneta, vete con ella, yo tomo tu lugar ¡corre!

 

No quería dejarlo solo pero no tenía opción, sabía que si seguía en esa casa sabrían quién era yo y mi vida corría peligro, me dirigí a la camioneta, mi madre y mi abuela estaban ahí sentadas llorando 

 

𑁋 ¡Vamos, acelere! - gritaba mi madre al conductor 

 

LLegamos a una cabaña algo retirada de mi casa 

 

𑁋 ¿Qué hacemos acá? - Pregunté  - ¿ Dónde está mi hermano? 

𑁋 Nosotras nos tenemos que ir mi cielo, tu hermano vendrá por ti, solo no te vayas a mover de aquí hasta que él llegue - Dijo mi madre 

 

Me dió un fuerte abrazo y salió de la cabaña, mi abuela me abrazó y lloró 

 

𑁋 Cuídate mucho mi cielo, no quisiera dejarte pero no puedo dejar a tu madre, no nos vayas a buscar

 

Grité con mucha fuerza pero ellas no se detuvieron se subieron a la camioneta y emprendieron su camino, corría y lloraba detrás de ellas pero nunca pararon, me senté en la carretera con el corazón destrozado, pasé horas ahí sentada esperando pero nadie llegó por mi.

 

Ya era al amanecer, paso a paso me dirigía a la cabaña donde me dejó mi madre. Abrí la puerta temblando de frío y me senté frente a la chimenea, estaba apagada pues sentía que mi último aliento lo había dejado corriendo detrás de esa camioneta donde estaba mi abuela y la mujer que me dió la vida, no quería calor, quería morir como lo hizo mi padre, ese día perdí a mis padres y mi abuela, no sabía qué había pasado con mi hermano, sólo le imploraba a mi padre que tuviera piedad y no me dejara sola, quería que todo fuera un sueño, una mal sueño.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.