Guerra Con Sabor A Ti

CAPÍTULO SEIS: NO ES LO QUE BUSCAN

Dos años han pasado ya desde el matrimonio del “Señor de las sombras” mi trabajo para por fin cumplir mi tan anhelada venganza está dando frutos, pues tengo más responsabilidades que el mismo Alan, me encargué de desprestigiar su trabajo, para así ganarme más la confianza de Juan José, mi corazón no quería lastimarlo, pero mi cabeza sabía que Alan era una de las fichas más importantes para destruir a Juan José. Lo amaba, por supuesto que lo seguía amando incluso cada día más, y hacer todo esto en contra suya me mataba un poco cada vez a mí, mientras fingía estar plenamente feliz a su lado, por otro lado le daba puñaladas traperas al hombre del que estaba perdidamente enamorada, pero en el fondo no me importaba, esta sed de venganza estaba poco a poco convirtiéndose en el ser que siempre odié, y que jure destruir, me estaba convirtiendo igual al “señor de las sombras” una persona fría y calculadora, que deja de último sus sentimientos y el de las personas que amo, con tal de sacar adelante todos los negocios. Sólo que esta vez no se trataba sólo de negocios para mí, también me acompañaba el sentimiento de venganza que no se iría tan fácil y tampoco quería que lo hiciera. 

 

Poco a poco me robé los negocios de Juan José y con el tiempo me convertí en la jefe del cartel de Agra después de que el “Señor de las sombras” llamado así por sus grandes y sucios negocios con el gobierno de las sombras quedara en cama por una fuerte enfermedad, a Alan no le agradó la idea, pues yo era su novia y muy pronto su esposa, pero él era su único hijo, Alan sabía de mis cualidades y mis capacidades para llevar a cabo negocios de gran magnitud, confiaba en mí, pero no quería que lo desbancara, pues al fin y al cabo era su único hijo y varón, el darle el poder a una mujer era bajarlo de categoría. Ahí empezó una pelea entre nosotros, pues nuestra vida sentimental tratábamos de no mezclarla con lo laboral, él creía que era mi mano derecha, que sabía todo sobre los negocios que manejaba, pero sobretodo estaba confiado que llevaba el control sobre mí y cada paso que daba, aunque era todo lo contrario, era yo quien tenía el control sobre él y sus negocios, pero lo que no entendía era que  el querer hacerle daño solo era hacerme daño a mí misma, pues pierdo el control sobre mi y me enamoro cada vez más, y aunque no eran mis planes, terminaba siempre ayudando a Alan con sus crímenes y negocios. 

 

Sabía que mi situación con Alan no podía seguir así, tenía que hacer algo al respecto para no desviarme de mi misión que era vengarme de su padre, así que cuanto antes tenía que empezar con la segunda parte de mi plan. 

 

Contraté a un gran fotógrafo, yo le daba indicaciones para que no fuera descubierto, su misión era tomarle fotos a Alan y así lograr que su rostro sea revelado por la prensa y medios noticiosos, los cuales le apodaron “El hijo de la mafia” la policía y sus enemigos comenzaron a atacar su organización que para ese entonces no era la misma que yo manejaba, yo ya no estaba involucrada con lo poco que tenía él y su padre.

 

Después de varios meses, logré hacer caer a Alan, expropiando sus pocos terrenos, mansiones y joyas, su cara era en poco tiempo reconocida por el mundo entero como la caída de uno de los narcotraficantes más peligrosos y buscados por la policía, mi apellido no era de las familias de la mafia, no me había casado aún con Alán, no me encontraron relación con él, más que la hija de una empleada. 

 

Ya en la cárcel Alan busca con desesperación huir para proteger a su padre y vengarse de mí por haberlo traicionado, aún no entendía porqué lo había hecho caer, por qué le había hecho tanto daño si decía amarlo, pero mi propósito iba más allá de tener el poder y riquezas o de solo hacerlo caer a él, yo iba por su padre, la noticia de la caída de Alan le hizo mucho daño a Juan José, pues era su único hijo, rápidamente supo que yo era la culpable de su venganza y aunque yo tenía más poder que él y me había quedado con la mayor parte de sus riquezas y negocios me declaró inmediatamente la guerra, él tenía algo que yo no, experiencia. 

 

 




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