Guerra Con Sabor A Ti

CAPÍTULO QUINCE: TODO FINAL TIENE UN COMIENZO

 

En el frío quirófano de un hospital me encontraba y a lo lejos escuchaba máquinas de hospital, un hombre que a lo lejos gritaba 

 

𑁋 ¡Déjenme verla! Es una orden, soy su esposo 

 

La puerta se abrió chocando con la pared, el estruendo hizo que reaccionara poco a poco 

 

𑁋 Mi vida, estás viva, no te voy a perder, eres una mujer muy fuerte, te amo mi Isabela 

 

𑁋 ¿Isabela? 𑁋 Pensé 𑁋 Debe ser un sueño, todavía estoy dormida, esa no es la voz de Alan, necesito ver a mi hijo, quiero ver a mi familia

 

𑁋 Descuida mi amor, aún estás reaccionando, los médicos dicen que no puedes hablar, ya cuando lo hagas podrás decirme lo mucho que me amas

 

Sí, tal vez eran los medicamentos que me tenían dopada, escuchaba la voz del monstruo de Dimitri que me llamaba Isabela, tenía que ser un sueño.

 

Nada tenía sentido, esta mujer que veo en el espejo no soy yo, éste no es mi cuerpo, ésta no es mi vida, ni mucho menos ese asqueroso hombre es mi esposo. Tenía que ver a Alan, pero no me creería y tampoco dudaría en dispararme al acercarme a él. 

 

Traté de escapar varias veces de Dimitri, pero él siempre me encontraba, estaba  muy desesperado y ansioso por el tesoro y yo pasaba a un segundo plano, pero aún así sus hombres siempre estaban cerca y no me descuidaban, por alguna razón Dimitri ya no confiaba en Isabela, y no era para menos, no actuaba como ella, así yo quisiera, ese algo traumatizante para mí, aunque tratara de acoplarme, mientras pensaba en un plan, era una situación agobiante, no conocí bien a Isabela, no sabía sus gustos ni el trato con Dimitri.

 

Por las noches llamaba a Alan, me conformaba solo con escuchar su voz aunque estaba cortada y sin energía, su respiración alterada como si llorara antes de ir a dormir. Una de esas noches escuché a Gabriel llorar, el sentirlo me alivió y me dió más fuerzas para seguir adelante, también algunas veces contestaba  Anastacia, su voz también era sin alientos y cansada, necesitaba decirles que era yo y que aunque en otro cuerpo, estaba a salvo. 

 

𑁋 ¿A dónde vas?𑁋 Preguntó Dimitri mientras me cambiaba 

𑁋 Al cementerio, tengo que asegurarme de algo 𑁋 Contesté 

𑁋 Sabes que mis hombres están contigo y no se te despegarán 

𑁋 Lo sé, no lo tienes porque repetirlo 

 

Me puse un vestido negro corto, medias veladas, una peluca de cabello rubio corto, tacones, labial rojo y gafas negras, uno de los hombres de Dimitri me habrió la puerta de la camioneta y emprendimos nuestro camino hasta llegar al cementerio, desde el auto vi a Alan, Anastacia, mi hijo y una mujer muy misteriosa con un velo negro en la cabeza, dí la orden de seguir nuestro trayecto a otro lugar, mis manos sudaban, mi cuerpo temblaba cada vez más, mi corazón latía con más fuerza, mis ojos se llenaron de lágrimas, quería salir de esa camioneta, abrazar a Alan, besarlo, decirle que yo estaba con él, que nunca lo iba a dejar solo, no desprenderme de mi hijo, abrazar a Anastacia y saber quién es esa mujer misteriosa que está con ellos, se me hace imposible pensar que Alan ya puede estar con otra mujer al poco tiempo de mi muerte.

 

No me podía quedar con la curiosidad, así que le dije al chofer que me dejara en la puerta del cementerio, caminé detrás de ellos hasta llegar a mi tumba, el ver mi nombre en esa lápida fue muy doloroso para mí, así que me senté en un jardín cerca a ellos, escuchar el llanto de Alan y ver como se arrodillaba ante mi tumba me destrozó el corazón, mi hijo ya caminaba y tal vez no entendía lo que pasaba, pero dejó una hermosa rosa roja, que al irse agarré y besé rompiendo en llanto, Anastacia abrazaba a Alan y lloraba en su hombro y aquella mujer misteriosa por fin dejó ver su cara, era mi madre, que no dudó en llorar sobre la tumba y entre llanto pedir perdón al aire 

 

𑁋 Te perdono madre 𑁋 Susurré, mientras Alan la agarraba del brazo y la llevaba a la puerta del cementerio, donde se subieron a un sencillo auto y emprendieron su camino 

 

Al llegar al lujoso hotel donde nos quedamos, no tenía dudas de lo que tenía que hacer, mi plan esta vez no fallaría, por alguna razón estaba acá de nuevo, invadí y reencarné en éste cuerpo gracias a una gran oportunidad que me dió la vida y no la iba a desaprovechar, regresé para recuperar todo lo que perdí y hacer caer a todos los que pisotean y se burlan de los demás cegados de odio y poder.

 




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