Guerra de Gemelas.

2. Volviendo a casa

Después de que Thiago me dijera nuestro plan, preparé mis maletas y empecé a caminar en dirección de la cochera. Ese era nuestro punto de reunión, siempre íbamos a pasear y a sentarnos a nuestro banco.

Una vez lista, salí de casa con mucho silencio ya que mi madre estaba durmiendo, metí las maletas y bolsos en la parte trasera del auto. Arranqué y fui directo a nuestro punto de reunión. Sonreí al divisar a Thiago junto con su hermanita.

- ¿Esperan a alguien? — pregunté divertida mientras bajaba la ventanilla. Thiago frunció sus cejas y me observó molesto pero a la vez, aliviado.

-Pensé que no vendrías, te estábamos esperando, nena, ¿porque tardaste tanto? — me preguntó mientras le indica a Isabela que suba al auto y él hace lo mismo pero en la parte del copiloto.

- Lo siento, estaba esperando que mi madre se durmiera para poder salir. — Arranco el auto mientras prendo la radio y nos dirigimos hacia el aeropuerto.

♥ ♥ ♥

- ¿Tus hermanos saben que vamos? — me pregunta Thiago mientras sacaba las maletas del auto, y yo cargo a Isabela que estaba dormida en mis brazos.

Asentí con mi cabeza y él respiró tranquilo. El viaje en auto fue silencioso y tranquilo, la hermanita de Thiago se durmió apenas prendí el auto. Pasaríamos la noche en el aeropuerto y mañana temprano nos iríamos a nuestro nuevo hogar.

Thiago guardó los boletos en el bolsillo de su pantalón, caminamos con nuestros equipajes y nos sentamos en unos asientos, que realmente, eran muy incomodos. Solté un suspiro mientras acomodaba a Isabela en mi regazo, ella estaba dormida y ni siquiera había notado que nos habíamos bajado del auto.

Y nos quedamos en silencio, ambos teníamos mucho para pensar. Thiago, por su parte, estaba escapando de su padre alcohólico que los golpeaba y maltrataba y yo, por mi parte, dejaba a mi madre con su novio que no me caía bien, solamente esperaba y rogaba que ella estuviera bien y que no se metiera en algún problema.

Cerré mis ojos para calmar mis pensamientos y caí en un sueño profundo hasta la mañana siguiente. Sentía un movimiento en mi hombro.

- Vamos, despierta Emily, ya nos llamaron dos veces, vamos — murmura Thiago desde lejos. Mi cuerpo se sacude y hace que abra mis ojos lentamente, el rostro de mi mejor amigo es lo primero que veo. Hago para atrás con mi cabeza debido a la sorpresa. —  Emily, vamos, despierta. Tenemos que irnos, nos hemos dormido. — Asentí rápidamente dándome cuenta en donde estábamos. Desperté a Isabela y nos pusimos de pie mientras agarraba mi equipaje.

Al ver mi reacción murmura un "vamos" y salimos corriendo, en medio del recorrido me tropiezo con mis pies y caí de rodillas y ahí estaba yo, en medio del aeropuerto tirada con mi maleta a mi lado y Thiago riéndose a carcajadas e Isabela tratando de ayudarme a levantarme.

- Gracias princesa, vamos idiota — le digo a Thiago. Él se calma y salimos corriendo de nuevo.

Cuando llegamos, los guardias de seguridad estaban cerrando las puertas. ¡Joder, no!

-  ¡Esperen, no cierren las puertas! — grito mientras le hago señales con mi brazo, ellos al vernos, hablan con alguien por radio y detienen las puertas. Sonrío feliz porque no íbamos a perder nuestro avión. Cuando llego a donde estaban las azafatas, le entrego mi boleto y el de Isabela. Ellas nos sonríen y nos dejan pasar.

— Emi, mi hermano corre como tortuga —  me dice Isabela tirando de mi remera, agacho mi cabeza para mirarla y ella señalaba algo detrás de nosotras, giro mi cuerpo hacia donde estaba apuntando. Bajo mis hombros cansada y miro a mi amigo que caminaba y corría a su vez mientras cargaba las maletas de él y las de Isabela.

Escucho unas risas detrás de mí y sé que son las azafatas y el guardia de seguridad.

— ¡Vamos Thiago! — lo apresuro hasta que por fin llega.

- No me...presi…ones —  me contesta agitado. Cuando llegó a donde estábamos todos, les entregó su boleto a las azafatas y nos hicieron entrar. Nos sentamos en nuestros lugares y pudimos respirar tranquilos.

No había marcha atrás.

Thiago estaba tratando de abrir un paquete de caramelos para Isabela, pero le estaba costando abrirlo.

- ¿Quieres que te ayude? — le pregunté divertida. Él negó con su cabeza haciendo más fuerza para abrir el paquete, pero lo abrió de más y todos los caramelos salieron volando para todos lados. Tapé mi boca con mis manos para ocultar mi sonrisa.

Genius

-Bien, tengo que decirte que mi padre es un poco exigente con respecto a las normas de la casa.—  le digo mientras observaba divertida como juntaba algunos caramelos que habían quedado en su pantalón y su remera.

-¿Cómo qué? — me contesta distraído.

-Bueno, te lo voy a enumerar y toma nota.-dije seria. -Son dos reglas, las más importantes, no sé si habrá cambiado alguna pero no creo, él no está mucho tiempo en casa. Primera regla: No vestirse informal, es decir, andar en boxers, pantalón y el pecho desnudo. Se tiene que ir vestido dentro de la casa. — Tomé aire y fijé mis ojos en los de Thiago. —  Segunda regla: No traer mujeres/hombres en mi caso, mujeres en el tuyo — Thiago me mira mal y al principio no entendía el motivo pero luego recordé que él era gay, río un poco y me corrijo— Cierto que tu estas del otro bando, bueno hombres en nuestro caso.




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