10 años después de la Guerra Contra Los Drossenmau
Sonaba un pequeño silbido a medio pasillo, casi no se escuchaba, pero fue lo suficiente para espantar el sueño de un futuro guardián que cambiará la historia completamente.
Aunque fuera un joven inmaduro de 18 años, el ya se sentía que ni tocaba el suelo, tanto le costó llegar hasta donde está, ahora podrá decir con orgullo que es un guardián.
Es tarde, se levanta como si le prendieran fuego en el pecho y con los pies congelados corre en dirección a la ventana, visualiza en medio de la calle empedrada típica del País del Cerro Del Águila, dos jóvenes, uno llamado Ángel, de estatura media, pelo rubio casi como el sol de verano, de ojos tan brillosos como un rubí y con una espada de color negro mientras que el otro repentinamente desapareció dejando unas hojas de árbol como rastro de su presencia.
-¿Dónde está tu preparación?, sufriste mucho para llegar aquí, y ni siquiera te has cambiado, siempre te tenemos que avisar de todo y con el pretexto de que te quedaste dormido, pero en estos 4 años que te conozco ahora veo que es cierto, eres un flojo de primera.- Dijo sereno, apereciendo detrás de Santoyo, un joven llamado Víctor con sus típicos anteojos cuadradados.
- Aún eso no supera la vez que rompiste mi collar azul, hoy, hace 3 años nos peleamos como niñatos- Dice Santoyo en un tono más serio superando el tono sereno de Víctor.
- ¡Eso ya pasó! No sólo fue mi culpa- Contesta Víctor exaltado.
- ¡Apúrenle! Yo ya me voy- Dice Ángel mientras limpiaba su nueva espada, gritando desde la calle sentado en una roca.
Santoyo se molesta por el acto un poco apresurado de Ángel, toma un vaso de leche fría y sale corriendo de su casa junto a Víctor quién limpiaba sus lentes.
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La plaza de San Francisco es el primer lugar en todo el País que tuvo un piso que no fuera de tierra, siendo remplazado por uno fino y costoso como es la exclusiva cantera rosa además, es un lugar emblemático donde todos los bailarines, cantantes y poetas se ponían a derrochar arte; a la gente le encantaba ver todos estos futuros artistas en sus shows pero ahora está plagado de graduados y familias llegando a despedir a sus hijos quienes volarán a las secciones como palomas recién liberadas.
-¿No van a venir sus papás?- Dijo Santoyo mirando melancólicamente a una familia despidiéndose de su hija.
-No, vivimos muy cerca para que vengan, además mis papás ya saben cómo es de desastroso este lugar ya que hace varios años venimos a despedir a mi hermano mayor- Dijo Víctor metiéndose entre la gente.
Santoyo, confundido y un poco estresado por la multitud tan agitada, fija su mirada como imán a unos sujetos vestidos con un traje de color negro.
- Son los guardas del Palacio Tonodra- Le dice Ángel - Son los más especializados en batalla, se encargan de proteger al País de manera más central mientras a nosotros nos van a enviar a las Secciones para proteger desde la periferia.- Contesta Ángel.
Mueve sus órbitas hacía todos los puntos donde se ubican esos sujetos pero en un edificio en particular, se posa un guardia de Tonodra que además de su típico traje negro con una águila roja bordada en la espalda, se diferenciaba de todos por un tatuaje de un dragón en su calva. - Ese lo he visto en los periódicos, creo que es importante- Dice mientras apunta con el índice.
Víctor le da una manotazo rápido. -¡No los apuntes, pueden sospechar de ti! Sobretodo porque pertenece a una de las Seis Sombras De Tonodra-
- Exacto, el se llama, si mal no recuerdo, Arnold Pirogoff. Son lo mejor entre los mejores y los posibles candidatos a ser líderes Supremos Del Palacio De Tonodra- Interrumpe Ángel muy interesado en lo que dice, le encantaría ser uno de ellos, lucir ese traje le quedaría bien, pero sabe que nunca será uno, no hay tiempo de pensar en cosas que no salvarán al mundo.
Una voz aguda escandalosa grita a lo lejos entre la multitud, hasta que una mujer de cabello corto ondulado se aparta entre todos los graduados, se llama Caryna, una compañera de la escuela.
Para a unos metros de ellos, sus cachetes se ruborizaban como jitomate, no sabía cómo expresar su felicidad al verlos de nuevo, se fue de vacaciones, soñaba hasta despierta con ellos para contar sus experiencias, abraza a Santoyo tanto que lo carga a pesar de que el mide casi el doble que ella y además, lo sofoca.
Toda la gente se les quedaba mirando por tales saludos tan ruidosos, incluso se escuchaban voces y murmullos diciendo: "ojalá con esos payasos no nos toquen en la misma sección, dan pena".
Víctor sabe que están siendo expuestos a ser comidos por las críticas, intenta dar unos pasos hacía atrás para alejarse de esta escena tan bochornosa, pero Caryna lo abraza a pesar de que sabe que no llevan una buena relación.
En unas tarimas que están puestas en el fondo de la plaza se sube la Señora Sofía, Secretaria Principal del Presidente del País, con su obligado traje rojo lujoso, con unos aretes de oro puro de la tienda más cara del País, comprados hace años por su esposo multimillonario fallecido en un asesinato escándaloso, un misterio sin resolver, algo que conmocionó al país, dejando a la población con la típica premisa: "hasta el más rico no está a salvo aquí",
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Editado: 21.07.2020