Capítulo 2: Pequeño Aviso

La tarde empezaba a ceder rápidamente, en medio del famoso desierto llamado Scarpa con sus peculiares  dunas picudas que se les dibujaban las olas del aire.

A pesar de todo, muchos de los guardianes iban dormidos en el suelo, si estaban en lo asientos les pegaba la incómoda arena, excepto uno, a Santoyo, no sabía nadie ya que hacer, había vomitado demasiado a causa de su exagerada cinetosis, el pobre se quedó pegado a la ventana lleno de arena como semimuerto, mientras muchos de sus compañeros  dudaban de la veracidad de su graduación, "tal vez fue corrupta", pensaban algunos.

De repente se asoma una fortaleza enorme en medio de un desierto árido, era de hierro puro fundido, tan brillosa que podía reflejar el calor del sol y encima uno que otro vigía en la cima de las paredes.

Se abre una gran compuerta con un número 4 enorme en ella,  para dar paso a los nuevos guardianes, muchos de los vigías se espantaron, al ver una carroza media destruída por lo que no tardaron en preguntarles sobre su identidad, sin embargo no hubo problemas ya que el Tutor se encargó de aclarar la situación gritándole desde la carroza a los vigías.

Al entrar, habían muchos edificios bastante simples sin ningún adorno el particular, con paredes grises,  uno que otro guardia corriendo y otros que brincaban entre los techos.

Muchos se decepcionaron, era totalmente distinto a como todos se lo imaginaron.

Sin aviso, la voz de una mujer les da la bienvenida.

-Patricia, no seas ridícula yo también me quise hacer el interesante y nada más busqué problemas con ellos- Dijo el Tutor mientras sonreía con una voz burlona.

- Antes no te perdiste por el desierto niño despistado, Douglas no debió quitarte la correa- Dijo esto después de que se apareciera de pronto a un lado del Tutor, como por arte de magia, una mujer  con unos ojos negros hermosos.

- Yo soy una de las 5 principales protectores de aquí, entonces yo también soy su jefa, por lo que ahora no tengo mucho tiempo de hacer un discurso motivador y emocional, le encargó esa bodega del fondo, hay una sorpresa para ustedes, ya Calot les dirá, bye-

Todos se dirigieron a la dichosa bodega. Al parecer el Tutor despistado se llama Calot, este abre la puerta y había nada más y nada menos que unas escobas y trapeadores.

Calot los divide en equipos, casi todos estaban con una cara de aburrimiento y decepción excepto Ángel que tomó una escoba y se alistó con mucha energía.

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-No era lo que esperaba, mi hermano me contaba otra visión muy distinta cuando era niño- Dijo Víctor,con una escoba barriendo casi que cada basurita que había.

-A mí nadie me contó nada, de hecho ni sé, hasta este punto, la razón por la que quise ser guardián- Dijo el chico gordito, Ozsiel desde un piso abajo con un trapeador en mano.

-Oye, ¿no se te hace raro ver tantos edificios?, yo vi a mucha gente pero ahora que lo pienso creo que toda ella cabe en menos de la mitad de los edificios- Dijo Víctor limpiando sus lentes.

- Hay bastante polvo y huele mucho a humedad, como si nadie estuviera aquí, eso quiere decir que solo nos trajeron para limpiar un edificio que no sirve, vaya utilidad de guardias que som...-

-Exacto- Dice Calot recargado en un pilar de un edificio. Les explica que estás secciones además de ser una protección periférica del país que en su tiempo fue una barrera impermeable ante los enemigos, el Segundo Presidente ordenó ampliarlas para que fueran como un pequeño pueblo, y miles de familias se mudaron, sin embargo hace 10 años, con 3 invasiones por parte de los Drossenmau, la gente moría por ser un obstáculo para batallar ante los ellos. Después de esta explicación, Calot premia a este dúo por ser observadores y los libera de los trapeadores.

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Dante, otro novato, notó que su pareja de trapeador, Ángel, es muy hábil, bastante retador, así que se apura para acabar de limpiar sus pisos correspondientes.

-¿Ya acabaste? Es que yo ya hice mi parte e incluso la tuya, ya vamos a avisar al Tutor Calot- Lo dijo el chico de ojos de Rubí, Ángel, bajando de un salto hacía donde estaba Dante.

- Ángel es bastante rápido, con razón es uno de los mejores promedios solo por debajo de Ozsiel- Pensó Calot mirando a través de una ventana por fuera del edificio.

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  Caryna mirando la luna en el cielo, se percata que ya casi es media noche,  aprendió a saber la hora con tan solo mirar el sol o la luna en uno de sus tantos viajes.

-Ten cuidado, casi te caes por las escaleras- Dijo una sombra gigante de voz masculina, es Carlos.

-Perdón, es que a veces me pierdo en mi mente...- Caryna se impacta con la llamativa altura de su compañero. Carlos, solo sonríe, esa mujer le quitó las palabras con su mirada tan profunda.

- La parejita- Se dice Calot mientras mira incómodo, le hicieron recordar cuando quería con Patricia.

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- Oye disculpa, me llamo Óscar, ¿me puedes aventar la cubeta? es que la que tengo se le tira el agua- Dijo gritando desde el 15vo piso.