Guerra en medio mundo

Uno: El Sacrificio

La hermosura de las flores captaron la mirada de Macarena quién con una palidez en su piel y la transpiración que fluye en su rostro demostró un interés por aquellas flores; quizás porque los recuerdos de su pasado se hicieron presentes al observarlas o tal vez por qué el aroma que emana de aquellos frescos pétalos la hipnotiza controlando sus sentidos. 
El pasado se hizo presente tan solo por unos segundos; luego, el silencio se apoderó del ambiente provocando incomodidad en ella y en los que la rodeaban. La inquietud en ese momento parecía eterna pero el silencio fue acortado por la interrupción de un joven que entro bruscamente al cuartel. 
—¡Macarena! Alguien les informo sobre esta reunión a la gobernación de Malak —dijo el joven mostrando la desesperación que se le hizo evidente en su rostro. 
—¡Cómo es posible! Esta reunión era secreta, los únicos que iban a venir eran los líderes de la cooperativa. 
—Mi señora, debemos irnos antes que ellos vengan a fusilarnos. Pero antes debemos informar a los otros líderes que se cancela la reunión, para eso…. 
En ese instante aquel joven fue interrumpido por una hermosa mujer que entraba por una de las ventanas abiertas. 
—No se preocupen, ya me encargué de avisar a cada líder sobre la cancelación de la reunión. 
—Gracias Melisa, ahora lo importante es irnos. Pero hay que llevar todo, no debemos dejar ninguna pista —dijo Macarena mientras guardaba en un maletín un conjunto de papeles. 
Todos ya estaban listos para irse pero se dieron cuenta que alguien se debía quedar para distraer a los guardias de la gobernación de Malak aunque significase la muerte. Nadie mostraba valor suficiente para sacrificarse por los demás. Pero una de las ancianas decide quedarse sin importar la oposición de Macarena. Aquella mujer era Fedra una parte importante en la vida de Macarena y líder de la cooperativa en contra de las gobernaciones, que se originaron a causa de las guerras rebeldes que permitieron la opresión a los derechos humanos de cada ciudadano. 
Maca se acerca a Fedra, la mujer que la educó y la cuido como su verdadera madre, y le dice:  
—Fedra no puedes quedarte, te van a matar. 
—Macarena, ya viví lo suficiente y ahora estoy lista para la muerte, preparé todas las trampas, tratare que nadie salga con vida de este lugar. Sé que me siento orgullosa por haberte criado, fui como una madre para ti y eso fue lo mejor que hice en mi vida porque en este momento eres la líder de la cooperativa y acabaras con las gobernaciones que esclavizan a la humanidad. 
Fedra se quedó mientras que todos los demás se iban, a lo lejos del cuartel se observaba una luz que se acercaba cada vez más y más. Eran las antorchas del ejército que ferozmente se acercaban al cuartel. Fedra estaba dispuesta a todo, había colocado trampas por todo el extenso campo que rodeaba al cuartel. Ni bien el ejército cruzase la cerca iban a caer en las diversas trampas que habían. Una de ellas era el suelo espinoso, era una tecnología avanzada que permitía que el suelo esté cubierto por finísimas espinas metálicas que a simple vista son invisibles pero un medo contacto era mortal debido a que emanaba de cada espina un veneno que tan solo en segundos te paralizada hasta la muerte. 
El ejército penetró la cerca cayendo en unos pozos profundos llenos de desechos químicos. Los que se percataron empezaron a tirar piedras en el suelo para no caer en un pozo pero el suelo espinoso se activo perforando sus cuerpos como agujas que perforan una tela. El dólar era insoportable, gran parte de los hombres cayeron. Los pocos que quedaban se adentraron con los tanques que resistieron las agujas permitiéndoles romper las paredes del cuartel de la cooperativa. 
De uno de los tanques bajó un hombre alto y robusto, utilizaba unas gafas oscuras vestía un traje de negocios. Aquel hombre era Malak, aquel ser despreciable y sinvergüenza que había ordenado la ejecución de un pueblo entero. 
—Malak, has llegado con tu ejército sol para causar muerte a tu alrededor. Me arrepiento haberte llamado hijo. Pero no te creas que atacadas a Macarena, no lo permitiré. 
—Vieja estúpida, que te has creído al decime esto. Sabes que yo la voy a encontrar de todas formas pero tu no verás eso porque estarás muerta…. Hombres alcen armas, apunten a esta vieja y disparen. 
Las balas salieron como bengalas que arrasaron con Fedra haciéndola caer al suelo ensangrentada y solita por la maldad de aquel joven que lo educó como su hijo. Con las últimas fuerzas que le quedan apretó un botón que activo una bomba que arrasó con todos los que estaban en el cuartel. 
Desde lejos, Macarena avisto un enorme luz ardiente que cubría el cuartel entero, la lágrimas fluyeron en si bello rostro dejando que el dolor se apodere de ella. 
 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.