2. Liberación de poder.

-Quiero que para la próxima pelea uses un rayo de oscuridad. –Demando. –Le apuntas a Dayana y el rayo ira directo a ella, puede causarle diferentes efectos, como matarla, causarle perforaciones graves en su cuerpo y más, incluso su cuerpo puede explotar.

-¡No, no, no! ¡No quiero que mi cuerpo explote!  –Se alteró.

-No explotara por el escudo protector en tu piel, tranquila. –Miro hacia donde estaba. –Esto puede lastimar a Dante, sí. Aunque sus cuerpos son muy resistentes hacia los ataques, pero eso depende de que lo lastime.

-Entonces dices que si Dayana me pega con un rayo, puede tener un efecto en mí, pero no suficiente para matarme.

-Exacto. También podemos controlar nuestro poder con la mente, podemos manipular cualquier cosa, como el clima, que se caigan cosas. –Todos volteamos a ver a los árboles que estaban un poco lejos, se derrumbaron y al momento se volvieron cenizas.

-¿Puedo sacar sombras de mi espalda que sirvan como escudo? –Trague con dificultad. –Digo, que cuando algo se aproxime a mí, me cubra rápidamente con esas sombras.

-Sí, lo vas entendiendo.

Leslie

No había tanta nieve en esta parte del pueblo en la que estaba, todo tenia decoraciones navideñas, las casas, las tiendas, etc. Brais saco una pelota de su abrigo y la tiro, Horus fue por ella feliz.

-Y ¿Cómo van las cosas con Ban? –Acaricio a Horus y me miro de reojo.

-Bien, estoy muy feliz de estar con él. –Sonreí. –Solo pensamos en nuestro futuro como pareja. –Suspire mirando hacia el vacío. –Nodens es el problema. Sé que me complicara las cosas.

-¿Cómo es Nodens? –Tiro nuevamente la pelota.

-Nodens es... una copia barata de Dante pero con sus diferencias. Es egocéntrico, vanidoso, su otro lado es de un chico callado y observador. Tiene sus debilidades, solo hay que hacer lo que él hace.

-Y ¿Qué es?

-Entender a tu oponente. –Lo mire a los ojos. –Aprender cada movimiento, saber lo que piensa o lo que hará, crear posibilidades. Dante también es observador pero se deja llevar de su ira, de lo que quiere. A veces solo quiere actuar sin pensar, lastimar a su enemigo, él usa la fuerza y la estrategia.

-Bueno, tengo el presentimiento que nosotros podremos ganar en caso de cualquier ataque. –Dio una sonrisa amplia.

-¿Nosotros? –Fruncí el ceño confundida.

-Sí, mis hermanos, los Vatore, y los demás. Siempre las ayudaremos en lo que sea. –La pelota que estaba en su mano desapareció y reapareció en mi mano.

-Pues gracias. –Tire la pelota y Horus fue por ella.

Dayana

Karen y yo estábamos a una distancia de 11 metros entre nosotras. El Rey chasqueo para que empezáramos a pelear. Corrimos una hacia la otra, prepare mi puño cuando Karen estaba a un metro de mí. Dirigí mi puño hacia su cara pero ella lo esquivo. Ella intento pegarme en el abdomen pero di una vuelta hacia atrás esquivándolo y pegándole con mis piernas cuando di la vuelta.

-¿Podías hacer eso? –Dijo desconcertada acariciando su mandíbula.

-No sabía que podía. –Sonreí de lado.

-¡Concéntrense! –Autorizo el Rey.

Karen se acercó nuevamente y empezó a dar golpees al aire los cuales esquivaba, ella retrocedió y yo aproveche para darle una patada en su cintura, en el instante en el que mi pierna la iba a tocar ella desapareció. Sentí como me pateo la espalda y caí al suelo. Gire mi cabeza intentando ver hacia atrás.

La mirada de Karen había cambiado, tenía una sonrisa maliciosa. De su mano salía energía oscura, apunto su mano hacia a mí. Mire al Rey de reojo el cual sonreía satisfecho. Vi como lanzo un rayo de energía hacia mí, el cual fue potente, lo último que oí fue el sonido de algo grande chocando contra el suelo.

Abrí mis ojos con dificultad, Karen había hecho un gran agujero en donde estaba, pero no me había pasado nada gracias al escudo en mi piel. La detonación fue grande y esto solo era una pequeña parte de su poder.

El Rey aplaudió con una carcajada. Se acercó y miro la profundidad del agujero, sus súbditos me sacaron y pude ver a Karen, su mirada había vuelto a la normalidad. Antes de que me atacara vi destellos pasar en su mirada, se veía la frialdad que tenía, una mirada de guerra.

-Dayana, muy bien, pero quiero que intentes esquivar a Karen, usa tu poder también. –Trono su cuello. –No se la dejes fácil.

-Y tu Karen, excelente. –Sonrió. –Pero conmigo no será tan fácil.

Dio media vuelta y se alejó. Chasqueo sus dedos para indicar que empezáramos de nuevo.

Esta vez estábamos a 2 metros. Intente darle una patada pero ella esquivo rápidamente. Vi como su puño paso por un costado de mi cara.

-No dejes que esquive tanto, Karen. –Comento el Rey. –Tienes que darle en el blanco.

Le di un golpe en la cara, pero ella me hizo caer con su pierna, se aproximaba a mí para darme otro golpe pero le lance un rayo que salía de mi mano para darme más tiempo. Me levante rápidamente y corrí para estar a una buena distancia de ella.

El cielo se oscureció, mire de reojo al Rey quien estaba manipulando el tiempo, me estaba dando una ventaja, quería que se lo pusiera difícil a Karen en verdad. El cielo trono, levante mis manos hacia el cielo atrayendo a los rayos. Hice que empezara a caer rayos sobre Karen, eran muchos, ella intentaba esquivarlos.

Uno la roso, entonces vi como de su cuerpo salía una sombra y se posaba encima de ella, formando un escudo contra los rayos, aquella sombra los paraba antes de caer al suelo o sobre ella. Con una de mis manos apunte hacia el abdomen de Karen y libere un rayo de gran potencia de mi mano.

El rayo impacto sobre Karen, al principio parecía estar afectándole, porque se estaba aguantando el dolor, su cuerpo cada vez estaba a punto de tocar el suelo pero vi que se puso firme, mi rayo no le hacía nada. Vi otra vez esa mirada extraña en Karen, soltó una onda expansiva que me lanzo metros hacia atrás. Los rayos pararon y vi como Karen se aproximaba a mí con paso lento y amenazante, en sus manos se veía esa energía oscura y detrás de ella se veía toda esa sombra que manipulaba.