Note a Nicolae inquietado, nervioso y preocupado. No dijo nada durante todo el camino. Habíamos llegado a su casa. Me miro detalladamente.
-¿Pasa algo? No me has dicho nada durante todo el camino... –Me baje del auto.
-Perdón, querida... Es solo que... –La puerta de la casa de repente se abrió.
Una chica rubia de ojos verdes, buenas caderas, piernas, mejor dicho, un cuerpo perfecto se iba acercando con paso formal y un poco coqueto. Cualquiera que la viera se sentiría intimidado por su mirada verdosa y penetrante.
Sonrió al ver a Nicolae, sus colmillos sobresalían. Parecía una modelo de los 70s que aún se conservaba bien, le ponía unos 40 y algo de años. No sabía cómo reaccionar cuando vi que extendió sus brazos alegre al ver a Nicolae.
-Por fin has llegado, querido. –Beso sus dos mejillas y lo analizo.
¿Tenía que estar celosa por lo de Nicolae o debería de admirarla por su belleza inigualable? La chica acaricio el rostro de Nicolae como si le alegrara su presencia. Su expresión cambio cuando volteo bruscamente a verme. Su mirada era vaga hacia mí, si no le importara mucho quien fuera.
-Pero que tenemos aquí... –Su tono hacia mí era hostil.
Me miro de pies a cabeza de manera desagradable... Me incomodaba mucho que me estuviera juzgando con su mirada.
-¿Quién es ella, Nicolae? –Se cruzó de brazos y frunció el ceño. –No huele a ninguna raza que allá conocido antes. –Soltó una pequeña risa picara. –O acaso es una muerta viviente.
-Ella es-... –Interrumpí a Nicolae.
-Soy su novia. –Le conteste seca. –Y ¿Usted?
La chica se acercó más a mí con paso amenazante.
-Yo soy su-... –Nicolae la interrumpió.
-Ella es mi abuela, Karen. –Trago con dificultad.
¿¡Su abuela!? Dios, ya quisiera estar así cuando tenga su edad... Espera, también puedo hacer eso. Nunca pensé que esta chica de aspecto tan joven seria la abuela de Nicolae, me la imagine llena de arrugas, caminando con un bastón mientras se quejaba todo el tiempo pero a diferencia de la realidad, ella es todo lo contrario.
Estiro su mano hacia mí. Yo la mire dudosa mientras que ella me insistía con su mirada a que la tomara.
-Mucho gusto, Karen Vlad-Rumanescu. –Le sonreí nerviosa.
-Evadine Eunice de Vatore. –Sonrió maliciosa mientras que me miraba malévola.
-¡Mamá! –Damián salió de la casa frunciendo el ceño. –Déjalos llegar tranquilos, las presentaciones para luego.
-Solo quería darle un abrazo a mi nieto... –Lo miro desconcertada.
-Suegra, he preparo té. –Alice le hizo una señal para que entrara a la casa.
-¡Qué bien! –Apretó la mejilla de Damián. –De paso iré a ver a tus pequeños retoños. ¡Chloe, Maya! Vengan...
Entro a la casa rápidamente. No dije nada por lo impactada que estaba, Nicolae se acercó y me dio un abrazo.
-Dios mío, tu abuela es muy hermosa pero a la vez su aura refleja temor para otros. –Le comente sorprendida.
-¿No parece mi abuela, cierto? –Asentí. –Dice que tiene un secreto para mantenerse joven.
-¿Qué edad tiene? –Encogió sus hombros.
-No lo sé... ¿600 años? O quizás más. –Trago con dificultad. –Mi abuelo y ella tenían la misma edad, solo que mi abuelo no soporto más este plano terrenal.
-Creí que ella vendría en dos semanas... –Entramos a la casa.
-Igual yo, por ese motivo tuvimos que irnos antes... –Tomo mi mano y me miro con dulzura. –Cariño, necesito que vayas a darte una ducha caliente, te pongas tu mejor ropa y luego vayas al jardín trasero en máximo 2 horas, o quizás te avise cuando.
-¿Y tú que harás mientras? –Horus seguía en el auto y apenas me había dado cuenta.
-Iré a dejar las maletas en mi habitación, incluidas las tuyas. –Miro nervioso el lugar. –También iré por Horus.
-¿Y después de eso? –Me cruce de brazos.
-Iré a hablar con alguien... al parecer la cena que tenía preparada para hace unos días, se hará hoy. Así que tendremos invitados especiales, además de la abuela...
Nicolae
Termine de hacer todo lo que faltaba. Corrí hacia lo más profundo del bosque esperando a que mi idea funcionara, no había encontrado a Lex para esto así que intentaría con este método. Pare de correr cuando sentí que era el lugar indicado para hacerlo.
-¡REY DE LOS UNIVERSOS! ¡Ayúdame! –Estire mis brazos y cerré los ojos.
Un gran silencio se escuchó.
-¡LEX! ¡Aparece por favor! –Abrí los ojos pero no había nadie. – ¡Lex, te necesito a ti y al Rey!
Athan apareció de repente inquietado.
-¿Ya? –Pregunto sin ver los resultados.
-No... Aun no aparecen. –Suspire. –Sin ellos no puedo hacerlo hoy, esto es importante para mí... Y quiero que Karen los tenga ahí cuando se lo diga.
-¿Dijiste Karen?
Athan y yo volteamos cuando escuchamos su escalofriante voz. El Rey y Lex estaban a pocos metros de nosotros, él Rey camino hacia nosotros con paso seguro, hicimos una reverencia.
-¿Qué es importante, Joven Nicolae? –Lex pregunto.
-Hoy se hará una cena, en donde están las personas cercanas de la familia, también abran regalos por esta navidad... –Trague con dificultad.
-Y también hay una propuesta esta noche que será tentadora... –Athan sonrió malicioso.
-Me agrada la idea... –Miro a Lex. –Si eso hace feliz a Karen, iremos.
Karen
Ya me había dado un baño de agua caliente, pero seguía sin encontrar algo que me gustara. Mi cuerpo estaba cubierto por una toalla que me cubría del pecho hasta llegar por encima de las rodillas. Oí como alguien golpeo varias veces la puerta de la habitación.
No me dio tiempo de abrir así que paso sin invitación. Evadine, la abuela de Nicolae entro mirándome arisca.
-Señora, Evadine. ¿Qué desea aquí? –Ella se sentó en la cama y miro la habitación.