Guerra Entre Reyes || #3 En Busca de Nuestro Destino

6. Propuesta especial.

 

 

Ya habíamos terminado de comer, la comida estaba deliciosa. Alice puso una balada para ambientar el lugar. Evadine sonrió al escuchar la melodía.

-¡Me encanta! –Aspiro con alegría.

-Es un clásico. –Comento Tizc.

-¿Sabes bailarla? –Tizc asintió. – ¿Me concede esta pieza?

Evadine extendió su mano a Tizc con una mirada coqueta, Tizc trago con dificultad y la tomo. Empezaron a bailar en un rincón. Los demás se iban acercando al árbol de navidad para abrir sus regalos.

-¿Qué haces aquí, Elizabeth? –Pregunte sin mirarla.

Ella y yo seguíamos sentadas en la mesa. Escuche como soltó una pequeña risa y tomo de su copa.

-¿Por qué? ¿Te incomodo? –Sonrió maliciosa.

-No hace falta que responda a eso. –Me levante. –Disfruta de tu copa de Sangre mientras yo iré por mi hombre. –Le guiñe el ojo y me aleje. Escuche como bufo.

Me acerque a Nicolae y le tome la mano. Nos dirigimos adentro de la casa ya que no quería que los demás escucharan.

-¿Estas molesta por Elizabeth? –Trago con dificultad. Pero negué rápidamente con la cabeza.

-Solo quiero entregarte un regalo. No quería que los demás lo vieran. –Suspire.

Empecé a frotar mis manos, unas sombras fueron absorbidas a mi mano hasta que fue apareciendo algo. Le mostré un collar a Nicolae que traía como Dije algo parecido a una canica azul con morado. Extendí mi mano para que tomara el collar. Me miro confuso pero luego sonrió.

-Oh, es hermoso. –Me dio un beso.

-No es un collar cualquiera. –Lo mire fijamente. –Ese Dije representa un planeta oculto en este universo. Nicolae, te acabo de dar ese planeta, eres dueño de él. –Sonreí.

No dijo nada, me miro en shock.

-Puedo dejarte pasar a él a través del portal que une este universo con otros; El lago.

-¿Me diste uno de tus planetas? –Asentí.

-Hay criaturas en ese planeta, hay vida. –Tome su mano. –Serás Rey de tu propio planeta, serás su único líder. Aquellas criaturas tiene un tercer ojo, otras tiene 4 brazos, son muchas, incluso hay unas que son similares a los Vampiros, solo que tu serias superior a ellos.

-No tenías que hacerlo. –Aun seguía sorprendido. Sonrió grande y me beso.

-No es nada, es para representar el amor que te tengo. No te doy un universo entero porque sería mucha carga para ti, implica responsabilidades muy grandes.

-Con esto sobra y basta, cariño. –Acaricio mi mejilla. –Te daré tu regalo en un momento. Y si algo pasa, no olvides que te amo muchísimo.

-¿Por qué lo dices como si te fueras a morir? –Fruncí el ceño y el soltó a reír.

-No moriré, aun. –Me guiño el ojo y salió rápidamente.

-Maldito, sentí tu sarcasmo. –Apreté mis puños y Salí.

 

 

 

-LEJOS DE VAMWOLSTAEN-

 

 

Nodens llego con una gran sonrisa, se notaba su malevolencia, tanto que desprendían sombras de él. Dante lo vio sin ánimos. Se limpió la sangre de sus manos y se levantó. En el suelo había una de las muchas víctimas de Dante, solo que le había arrancado la cabeza.

-¿Noticias? –Nodens asintió. –Dime.

-Unas tropas menores pudieron ingresar. –Su tono reflejaba malicia. –Al parecer no pudieron pasar tus tropas menores ya que la barrera no se rompió del todo. Y ellos no tienen tanto poder como para pasar.

-Es escaso. Pero al menos tenemos un sostén. –Sonrió malicioso. –Empieza a entrenarlas. Nuestro primer ataque a Karen empezara pronto.

Los dos empezaron a reir de manera macabra mientras que la oscuridad los rodeaba. En los ojos de ambos pasaron distintos destellos, el poder de Dante seguía débil pero su ego era demasiado grande como para abandonar la guerra.

¿A quién más mataran para tener a Karen en aprietos?

 

 

-EN VAMWOLSTAEN-

 

 

Nicolae

 

 

Mire a mí alrededor. Mi madre puso otra balada. Mi abuela saco nuevamente a Tizc. Me acerque a Karen y estirando mi mano, ella me sonrió y la tomo. Empezamos a bailar dejándonos llevar del suave ritmo. Trague con dificultad, me estaba empezando a sentir nervioso.

Todo saldrá bien. –Me dije a mi mismo en mi mente. –Es la mejor decisión.

Mire de reojo al Rey quien nos estaba mirando con una sonrisa maliciosa. Él ya lo sabía, él fue el mayor testigo...

Le di una vuelta a Karen y la acerque más a mí. Nos dimos un pequeño beso sin dejar de bailar. Athan parecía inquietado, él también lo sabía desde un principio... Alex miro a Athan confundido, frunció el ceño y apretó sus puños. Esto no le agradaría a Alex, lo sé.

Félix bailaba con Elizabeth, pero parecía que ellos dos estaban sospechando de algo más, era un alivio que ninguno de ellos pudiera leer la mente. Mi abuela me miro de reojo y sonrió maliciosa, no aguantaba más...

Le di unas cuantas vueltas a Karen para distraerme. Me miro curiosa, solo esperaba a que no lo supiera ya. Seguía bloqueando mi mente para que no la leyera, no podía saberlo. Me estaba dando mucha presión que algunos de los presentes me miraban insistentes.

Athan quebró una copa para llamar mi atención, sabía que estaba recayendo por la desesperación, así que no me aguante más. Al acabar la balada le di una última vuelta a Karen. Athan tomo otra copa y la golpeo levemente con un tenedor para llamar la atención de todos hacia donde estábamos.

Respire profundo para calmarme. Sonreí mordiendo mi labio. Puse mi mano en mi bolsillo y me arrodille sacando una caja pequeña de mi bolsillo. La mirada de Karen era inexplicable, como si estuviera en Shock.

-Karen, me has hecho el hombre más feliz de todos en tan poco tiempo, y siento que en cualquier momento podría morir por tu amor, así que quisiera asegurar nuestro lazo de amor y unirnos aún más. –Trague con dificultad. –Estoy comprometido a amarte durante el resto de nuestras vidas. Karen... ¿Quieres casarte conmigo?




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