Karen
Todos quedaron en shock al verme, menos Evadine, porque ella fue la primera en descubrir la verdad. Nicolae empezó a lagrimear mientras se abalanzaba para abrazarme fuerte, pero tenía que entenderlo, no contaba con que pensara que me había muerto. La mitad de mi plan falló, se suponía que no podía decirle a nadie la verdad hasta tener otro plan bien elaborado.
-Bien ¿Saben que la persona que enterraron no soy yo?
Dayana y Leslie seguían sin poder moverse de sus asientos porque seguían en shock.
-Pero… ¿Como? —Damián no encontraba las palabras.
-¿A quién enterramos entonces? —dijo horrorizada Scarlet.
-Les contaré… —Nicolae seguía pegado a mi. —En el bosque, donde estaban los símbolos, le concedí una tarea muy importante a uno de mis súbditos más leales… Él cambió de forma haciéndose pasar por mi, y yo hice lo mismo, haciéndome pasar por él. Gracias a él, ya sabemos más o menos como generar estrategias contra Dante.
-¿Matarlo estaba en tus planes? —Fue lo primero que preguntó Dayana.
-No, tenía planeado sacarlo de ahí unos días después… él me daría la señal. Murió con honor, y gracias a él Dante piensa que estoy muerta, así que… No podrán decirle a nadie más que estoy viva.
Leslie iba hablar pero se cayó.
-Ni Alex, Ni Kilian, ni Ban, NA-DIE puede saberlo. Solo los que están aquí, así mi plan seguirá en funcionamiento. Hablaré con el Rey para que me ayude a realizar la boda sin que Dante se de cuenta.
Aparte a Nicolae un poco para mirarlo a los ojos.
-Cariño ¿No se te ocurrió verle las manos al cadáver? —No me entendió. —Él nunca tuvo mi anillo de compromiso, siempre lo tuve yo, no me lo quité para nada.
-Es verdad, cuando hice la autopsia con papá, no había ningún anillo. —Comentó Alena.
-Bueno, pues si no es mucha molestia, quisiera que no movieran la tumba del chico. Y les pido perdón si los asuste con mi supuesta muerte.
-¡No, claro que no! —Dijeron todos casi al mismo tiempo. Me reí.
-Esta bien, Damián… ¿Podría hablar contigo un momento? —Él asintió saliendo de la habitación. Le susurre a Nicolae de forma tranquila. —Suéltame un momento, ya volveré.
Él hizo lo que le pedí, les di una última mirada a todos y salí al pasillo con Damián.
-Caminemos, no quiero que nadie me escuche. —No dijo nada y simplemente empezó a caminar.
Presentía que ya sabía de lo que le iba hablar, no parecía inquieto ni estresado. Caminamos por unos minutos en silencio hasta que rompí el silencio.
-Bien, por lo que supongo ya sabes que quiero hablar de Elizabeth ¿No?
-Si, lo sé.
-Lo que está haciendo me saca de quicio. —Dije entre dientes.
-Su actitud no es la mejor, pero creeme que estaba pensando en hablar con ella y darle un castigo.
-No. Ya se le advirtió una vez ¿No es así? Ahora yo le daré un castigo, y no me preguntes cual es. —Damián bajó la mirada y asintió.
-Lo que usted diga.
-¿Ya le contaste a Nicolae que ella nos traicionó?
-No, no quiero que Nicolae tenga que lidiar más con ella.
-Y ella no lo volverá a molestar más. —Sonreí. —Ya lo sabes… sigo muerta. Ya te puedes ir.
Damián sonrió y se dio media vuelta para irse por uno de los largos pasillos que tenía la casa del Clan. Pase mi mano por mi cabello frustrada, respire profundo y seguí caminando perdida en mis pensamientos, un momento despues senti como alguien me alzo dando un giro sobre sus talones y abrazándome, su risa me hizo estremecerme olvidando por completo de que tenía que hablar con él. Nicolae me beso en la mejilla pero lo aparté de inmediato de forma suave.
-¿Por qué estás tan feliz? —Estaba confundida por su actitud. Pensé que estaría destrozado y llorando en el suelo cuando entre en esa habitación con mi fachada falsa. —¿Mi muerte falsa no te afectó?
No se si sintió que lo decía con decepción o algo parecido, su sonrisa se borró y se puso serio, mirándome fijamente a los ojos, pasó su mano por mi mejilla y pronunció suavemente.
-Claro que me sentí mal, aunque no lo creas… Lloré en silencio estos días, pero aun así algo me decía que no era verdad lo que estaba pasando.
Mi yo de más de 100 años odiaba los sentimientos, le daban asco, pero cuando él los expresaba me sentía tan bien, tan tranquila.
-Después de vivir por siglos… termine enamorándome. —Decía mi conciencia. No pude reaccionar ante lo que me decia o hacia, estaba confusa, al fin empezaba a recordar todo antes de suicidarme y reencarnar de nuevo, mis pensamientos, los pocos sentimientos. La barrera que tenía con los demás había colapsado solo para Nicolae.
Su atención y atracción eran muy diferentes a las de Dante, me produce asco y odio tan solo pensar en él, Dante es un codicioso hombre adicto al poder, como si quisiera que toda la atención estuviera puesta sobre él, con el ego sobre las nubes. Mientras que Nicolae, él era algo muy distinto… Un hombre honorable, un buen líder que piensa en los demás pero sabe dónde está su lugar, es duro cuando lo debe de ser, aunque he notado que tampoco es de demostrar mucho sus sentimientos a los demás… He estado en mis pensamientos por unos segundos, sin darme cuenta que Nicolae ya me tenía entre sus brazos otra vez, besándome…
-Casemonos ya, Karen. —Caí en la realidad cuando sus palabras desesperadas me golpearon.
-¿Qué?
-No quiero despertar mañana sabiendo que esto no es verdad, un simple sueño, y que de verdad estés muerta…
-¿Te estás oyendo? No podemos casarnos aun, no tenemos los preparativos, la gente piensa que estoy muerta y tengo que hacer un plan para matar a ese desgraciado. Será otro día pero hoy no.
-¿Cuándo entonces? No quiero que sea dentro de 10 años o más… Puedes morir mañana o… —Dejó de insistir al ver mi mirada de molestia, su cara se entristeció y eso me hizo estremecer una vez más.