Guerra Entre Reyes || #3 En Busca de Nuestro Destino

Capitulo +18. ( El toque de tu cuerpo. )

 

 

ATENCIÓN: Este capítulo contiene escenas +18.  Si no le interesa leer este contenido, por favor saltarlo y seguir con el capítulo 14.

PST: Este capítulo fue hecho con la ayuda de una amiga, quien se inspiró en sus experiencias personas y pudo hacer el 75% del capítulo.

 

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Karen

 

Después de la ceremonia pasamos a la pequeña celebración, durante este tiempo tomamos vino, champagne y mucho más, Alice bailaba con los no-invitados, Evadine charlaba de una forma inusual con el rey. Leslie y Dayana estaban comiendo todo lo posible de la comida.

Fui a buscar un vino muy fino que le había comprado a Nicolae, porque sabía que el vino  era lo que más le gustaba tomar a Nicolae, trate de esconderme cuando escuche la voz de Athan y Nicolae, no quería que viera el vino aun.

-¡Mierda! Ahora sí llegó tu momento de lucirte… —Athan parecía emocionado.

-¿De qué hablas?

-Hombre, es momento de quitarle la liga del muslo con tu boca. ¡No me mires así! Sé que no eres estupido, sabes a lo que hablo. 

-Si, se a lo que te refieres…

-¿No quieres hacerlo con ella? —Oi como se alteró en ese momento.

-¿¡Qué dices!? La he deseado desde que la vi por primera vez, no me malinterpretes… Tengo vergüenza de hacer algo mal…

-¿Crees que eres inexperto? ¡Nicolae! Si llevamos lo salvaje en nuestras venas, no te preocupes, ya veras como le encantara y te estará suplicando que se lo hagas todos los días.

Su comentario me sacaba de onda, no me gustaba que pensaran que fuera una Ninfómana… pero no podía decir nada porque después de todo estaba escondida y quería seguir escuchando.

-Ten en cuenta esto… Nosotros nos iremos y luego tú quedarás solito con ella en una habitación de hotel, es inevitable que no pase nada, de igual forma ¡Ustedes son esposos! A diferencia de Alena y yo, no tuvimos que esperar al matrimonio.

-Cállate, no quiero saber que haces con mi hermana…

-Bien, vámonos, tu chiquibaby debe de estar esperándote. —Al cabo de unos segundos ya no estaban y yo salí de mi escondite.

 

Me olvidé de la charla que tuvieron y seguí disfrutando de la fiesta, casi al final de la celebración, tire el ramo de rosas y la persona que lo agarró fue Alena, volteo a ver a Athan con una sonrisa mientras que este se puso pálido. Después de una hora, el Rey se los llevó de nuevo y me dijo que volvería en dos días por Nicolae y por mi.


 

Cuando Nicolae y yo nos dirigimos al hotel en un auto rentado, note que estaba nervioso pero trataba de esconderlo. Cuando llegamos, me cargo hasta la habitación del hotel, pero seguía notando su nerviosismo.

 

-Si quieres, podemos ir a dar una caminata nocturna… pareces tenso.

—No—apenas pronunció esa palabra, un escalofrío me recorrió la columna vertebral. Lanzó un gruñido. Tan solo un instante después, su lengua estuvo enredada con la mía.

¿Pero qué demonios pasó?

La pregunta no se repitió mucho en mi cabeza. Mi espalda dio con el colchón y él presionó su cuerpo sobre mío. La parte de mi cerebro que se encarga de formular pensamientos decidió girar el letrero colgado en la entrada a «está cerrado» y no trabajar hasta nuevo aviso.

Le devolví el exigente beso con las mismas ansias, chupando su labio inferior casi tanto como lo hacía él con el mío. virgen santísima! esa acción le enviaba descargas a la zona sur de mi cuerpo. mis dedos emprendieron viaje hacia su suave piel bajo su camisa que vestía esta noche. Los suyos empezaron a bajar lentamente el cierre de mi vestido, solté un jadeo entrecortado.
El calor que irradiaba su cuerpo me arropaba completamente. La inminente firmeza proveniente de sus pantalones se hundió en la parte interna de mi muslo y yo me removí para que se presionara en un lugar más... centrado. Él mordió mi labio inferior cuando lo hizo mi respiración se detuvo por breves segundos. Admito que excitarlo tan rápido me gustaba.

El primero en romper el beso es Nicolae. Nuestros pechos suben y bajan acelerados, pero no me importa la falta de aire, solo quiero seguirlo besando. Puedo hacerlo el resto de la noche y garantizar que no moriré, ni, aunque sienta que voy a vomitar los pulmones.
—¿Confías en mí? —su mano baja con lentitud a mi trasero, luego lo apachurra provocando que suelte un gemido.

La manera en que me toca envía señales a mi cuerpo, unas que se sienten deleitables. ¿Pueden culparme? ¡Obvio no y mucho menos con semejante hombre que tengo frente a mí!

—Sí.

—Muy bien —me suelta.

Me guía a la orilla de la cama, me da la vuelta de modo que mis pantorrillas tocan el colchón y me vuelve a comer los labios. No espero que lo diga en voz alta para saber que quiere tener intimidad conmigo. No será tan malo que quiera dar ese paso.

Es lo que mi cuerpo quiere. Sus dedos van arrugando la tela del vestido hasta sacarlo por arriba y dejarlo caer al suelo, dejándome solo en tacones y una delgada braga de color blanco. Nicolae se sienta sobre las sábanas, y con sus manos en mis caderas, me acomoda en el medio de sus piernas. Mi corazón deja de bombear nerviosa de lo que tenga en mente hacer conmigo.

Sus labios tocan mi vientre. Eso es suficiente para acomodar mis manos en sus hombros, obligándome a no caer al suelo con estas piernas de gelatina. Suelto una maldición al sentir sus labios encima de la tela de mi braga. Acaba de besar la zona más íntima de mi cuerpo. La presión que siento es tentadora, con ganas de volver a repetirlo una y otra vez e intentar sin nada de por medio, como alguna vez lo llegue a ver entre una pareja de un video... porno. Abro mis ojos y bajo la mirada, preguntándome por qué no sigue. Entonces, cuando caigo en cuenta que busca saber de qué manera reacciono, si lo quiero o es mucho para mí.




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