Guerra espiritual de 6 misioneros.(pluma maldita)

2.4: Decisión de partir y explicación cultural

Esa noche tomé la decisión.

Empaqué nuestras cosas mientras Thomas dormía su primer sueño profundo en semanas, agotado por el episodio. Al amanecer, fui a ver a Kakumba.

—Necesitamos irnos. Ahora.

Kakumba asintió como si hubiera estado esperando esto.

—Tu esposo está roto.

—Mi esposo está enfermo. Y necesita tratamiento que no puedo darle aquí.

—¿Enfermo? No. Despierto. Ve lo que es real. Ve que tienes dos espíritus. Uno que camina contigo, otro que camina sin ti.

—Eso es imposible.

—¿Imposible? Mundele pequeña, has vivido aquí cuatro meses. Has comido nuestra comida. Bebido nuestra agua. Respirado nuestro aire. ¿Crees que eso no tiene consecuencias? Aquí, cuando una mujer sin hijos permanece demasiado tiempo, su espíritu busca completarse. Crea una sombra. Una hermana invisible que hace lo que ella no puede. Que baila. Que seduce. Que vive.

—Usted hizo esto. Con brujería.

—Nosotros no hicimos nada. Los ancestros hicieron. Tu vacío llamó. Y ellos respondieron llenándote. Ahora tienes gemela espiritual. Y tu esposo puede verla. Bendición y maldición al mismo tiempo.

—¿Cómo la detengo?

—No puedes. Ella es parte de ti ahora. Solo puedes irte. Dejar Nguvu. Quizás en tierras extrañas, ella se debilite. O quizás te siga para siempre.

Conseguí un camión que pasaba hacia el puesto de salud regional. Desperté a Thomas, lo ayudé a vestirse. Estaba dócil, roto.

Mientras cargábamos nuestras cosas, vi a Mama Zawadi observando desde su choza. Levantó su mano. No como despedida. Como advertencia.




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