La segunda señal llegó cuando comenzamos a construir la iglesia.
Kibwe "generosamente" ofreció madera. Troncos enormes, ya cortados y pulidos. Rachel y yo inspeccionamos cada uno. En el séptimo tronco, encontré símbolos tallados en la base donde nadie miraría. Símbolos que reconocí de mis estudios sobre brujería africana: marcas de protección invertidas. De maldición.
—Kibwe, esta madera está marcada.
—¿Marcada? Es el sello del carpintero. Para identificar su trabajo.
—No. Es brujería. No construiré la casa de Dios con madera maldita.
Su sonrisa se congeló.
—Rechazas mi generosidad por segunda vez, hermano Aaron. Los ancestros notan estas cosas.
—Tu ancestros no tienen autoridad sobre el Dios Altísimo. Trae madera sin marcar o no hay iglesia.
Trajeron madera nueva. Yo la inspeccioné toda. Limpia. Construimos la iglesia en tres semanas