8: Una noticia perfecta.

—¡Eres un genio Deacon! —dijo Nicolas mientras sostenía el periódico. —Nunca pensé que tu plan fuera tan bueno.

—No me subestimes —murmuro el rey, arrebatándole el periódico a su hermano para volver a ver la noticia.

A Nicolas se le vía muy feliz, de tan solo ver que la familia enemiga estaba en el periódico sin una noticia de felicitaciones, era un avance para que sus años en la monarquía fueran bajando poco a poco.

El rey observo la fotografía puesta en el periódico y se quedó viendo fijamente la silueta del príncipe de Cosmos. Respiro hondo y le paso el periódico a Keelan, quien sostuvo el periódico en su mano y de manera rápida lo hizo a un lado.

—No saben el daño que le causaron a este chico que ni involucrado en la venganza está. Ustedes solo quieren hacer venganza metiendo al medio a personas que no tienen nada que ver con esto —a Keelan se le veía muy enojado.

—¿Tu porque los defiendes? —le preguntoo Nicolas.

—No estoy defendiendo a nadie, solo no me gusta que en su venganza involucren a personas que no tienen nada que ver en todo esto. Sin embargo, eso no quiere decir que no odie a Gregory a su hijo mayor por todo lo que le hicieron a Elena y a esta familia.

—Para nuestra venganza es necesario involucrar a personas que no tienen nada que ver con esto, Keelan. Es necesario para que los malvados paguen —respondió Deacon, dándole un sorbo la liquido rojo de su copa.

Keelan se levantó de su asiento y apoyo las manos en la mesa inclinado hacia adelante observando detenidamente al rey.

—Tu eres el rey y ya eres bastante mayorcito como para saber lo que está bien y lo que está mal. Solo no muestres tu cara de perro bueno y cuando la persona te da la espalda, sacas tu cara de lobo vengador e idiota. Eso deja mucho que decir de ti. —dicho esto se volvió hacia Nicolas. —Y tú, busca algo que hacer porque cuando la venganza concluya entonces serás un bueno para nada inventándote otra venganza para encontrar que hacer.

El príncipe subió las escaleras hay fue hasta su habitación, dejando a sus hermanos sin palabras. Pero tenía que decir lo que pensaba de todo esto. Lo que pensaba de las cosas que hacían sus hermanos que le parecían estúpidas.

—¿A este que le pasa? —preguntó Nicolas.

Deacon se encogió de hombros.

—No lo sé.

Nicolas alcanzó el periódico y lo volvió a leer.

—Mas furioso se pondrá Keelan cuando se entere que iré por la princesa Greta Roussos y le haré la vida imposible. Y si es posible correrá con la misma suerte que Elena.

—Olvídate de esa idea.

—¿Que? —Nicolás arqueo una ceja.

—No harás nada de lo que sea que estas tramando, y nadie tendrá la misma suerte que Elena porque tú te mantendrás al margen, quieras o no. Keelan tiene razón, no debemos involucrar a personas que no tuvieron la culpa de lo que le paso a esta familia.

—No te entiendo, hace un momento pensabas diferente.

El rey se levantó y miro a su hermano. Estaba enojado porque este lo quería desobedecer.

—No vas a molestar a nadie he dicho y fin de la conversación.

Deacon salió del comedor y posteriormente del castillo, dejando a su hermano en la mesa quien estaba rojo de la ira porque su hermano le estaba arruinando los planes que tenía con la princesa de Cosmos.

—No me importa lo que me digas Deacon. Yo haré lo que me prometí hace mucho tiempo. Me vengare de la familia Roussos quitando del medio a quien sea que se interponga.

Dicho esto, un brillo invadió sus ojos negros. Mostro una sonrisa maliciosa y le dio un sorbo a su copa, mientras pensaba en lo primero que haría cuando se encontrara con Mateo Roussos. Se iba a vengar de lo que le hizo, y estaba consciente de que no se iba a quedar de brazos cruzados.

Nicolas tenía muchos pensamientos destructivos con todos los miembros de la familia Roussos. Pero lo primero era acabar con Mateo ya que era el que más dolor de cabeza le estaba dando.

...

—¡El rey de Cosmos ha llegado su majestad!

El rey Gregory entró al castillo de Hatzis. Hizo una reverencia ante la familia Giannakop y tomó asiento en donde le indicaron.

—Me disculpo por la reciente noticia. La situación se me salió de las manos de manera espontánea, pero ya lo resolví.

Demetrius, el rey de Hatzis, respiró hondo, y dio un sorbo a la copa de vino que tenía en frente sin apartar la mirada de Gregory.

—No te preocupes, esto no afectara tu posición en la monarquía, pero si se repite, puede que tu primer lugar no continue.

—No se repetirá, de eso estoy seguro —respondió, seguro de sus palabras.

—Sabes lo mucho que has trabajado para obtener este lugar —la reina Nerea miro a Gregory. —Con una simple noticia todo puede acabar, y entonces el reino de Cosmos se verá afectado.

—Porque se lo mucho que he trabajado en esto es por eso por lo que una noticia de esa magnitud no volverá a estar en un periódico.

—Todo está bien si no es mi prometida la que sale en el periódico. Además, no sé qué tan grande puede ser la noticia si dos hombres están fuera de lugar, tal vez afecte más solo porque Mateo está en territorio enemigo —expresó Philip, el príncipe mayor de la familia Giannakop quien pensaba con todo menos con el cerebro y eso se notaba a leguas.

—Justo porque son dos hombres y da mucho de qué hablar es porque el puesto en la monarquía puede bajar. Si se llega a revelar que el hijo del rey de Cosmos siente atracción hacia un hombre ¿cómo crees que lo tome la monarquía?

Estas palabras de la reina Nerea, pusieron a pensar a Philip, en verdad tenía algo de lógica lo que decía su madre.

—Eso no va a pasar nunca —afirmó Gregory. —Si mi hijo estaba ahí, es porque quería hacer un tratado de paz con el enemigo, algo que le prohibí de inmediato. Mis hijos serán unos sucesores dignos y tendrán esposas y esposos.

—No especificaste quienes son los que tendrán esposas. Por esta razón, pensare que el único que tendrá esposa será Maximus. Es decir, que tengo todas las puertas abiertas para verme a escondidas con tu hijo, ¿o me equivoco, suegro?